Rosa Aneiros entona la “Sibila” doce años después

Santiago de Compostela, 13 may (EFE).- Se confiesa de Taraza; antes el lugar que la propia parroquia, Meirás, en Valdoviño (A Coruña).

Rosa Aneiros (1976) es una de las firmas más respetadas del panorama editorial gallego y esta semana experimenta “la emoción de volver, dar el paso” doce años después de su último éxito, “Sol de inverno”.

Lo hace con “Sibila” (Xerais), en cuyas páginas protagoniza el salto calculado del peso de la historia a la falta de concreción del relato en el tiempo o a un escenario más oscuro.

En una entrevista con Efe, observa su retorno al libro para adultos tras haber consagrado los últimos ejercicios a profundizar en un contacto directo con el público infantil.

No hay grandes cambios porque en ella hay alteraciones constantes, como los que ha vivido la propia “escena editorial”.

Raquel, su “primera correctora”, le trasladó su “sorpresa” porque leyó “un texto diferente a lo que suele ser mi temática” y lo coloca “lleno de poesía”.

Aneiros señala que hay “un misterio por resolver” y una narración articulada a partir de “imágenes que son muy potentes”.

“Yo confío mucho en la historia; en el fondo, llevo toda la vida escribiéndola”, destaca la autora, que atribuye a “Sibila” una estructura “como una cebolla, tiene muchas capas; cada lector se va a quedar con una distinta”.

Algunas pistas: una mujer “llega a una isla, a oscuras”, y es el momento de “descubrir qué misterio se esconde” en ese lugar.

La escritora de Taraza se aferra a la expresión gallega “de quén ves sendo”, pero también al “quién eres tú”, en un “espacio natural muy fuerte”.

La sensación de “aislamiento” empapa todo y también aflora “mucha carga de denuncia social” porque los que resisten en la isla “son personas mayores; son consideradas inservibles, una carga”.

Una historia “líquida” de elementos “llevados al extremo, mucha poesía y mucha denuncia”.

Pese a que Rosa Aneiros reconoce que juega “mucho con el concepto de identidad”, admite que hay “características de tu estirpe con las que muchas veces peleas”.

Ahí subyace la “lucha de la protagonista” por encontrar “su propia identidad” y no será sencillo avanzar en sus detalles: “En muchos momentos sientes empatía, pero en otros la odias”.

Hay “muchas mujeres” en una sola protagonista y su creadora recalca que identificarse “con algo odioso” permite descubrir “una parte de ti que no te gusta”.

Desde “Sol de inverno” ha mudado el panorama social y literario y ahora enfrenta “un salto muy grande” de la “ambientación histórica de mucho peso” a no saber “en qué tiempo ni en qué lugar” avanza la trama.

Sostiene que es “radicalmente diferente” y que para “escribir necesito que sea un reto”.

Hay ecos del pasado, del canto de la Sibila, un augurio del “fin del mundo” y a partir del que preguntarse “qué mundo queda y cómo se revitaliza”.

Una mujer, apostilla Aneiros, cuya “presencia es amenazante para el resto” y que colma su aspiración de “divertirme” como escritora, “afrontar retos nuevos”.

Volcada en los más pequeños en los últimos años, le suelen preguntar “si va a haber segunda parte” en los libros que les presenta, pero “procuro que no haya segunda parte”.

Su “Sibila” es un punto y aparte en tiempos de pandemia, de recuperación del “placer de leer”.

Raúl Salgado