Ruiz Mantilla: las presiones a los medios en los últimos años tienen descaro repugnante

Santander, 12 jun (EFE).- Tres décadas de profesión le valen a Jesús Ruiz Mantilla para hablar con conocimiento de causa de la transformación y los problemas que acechan al periodismo, un oficio “en un gran momento” porque es necesario, aunque en los últimos 15 años las presiones, que “siempre han existido”, han llegado “con descaro repugnante”.

“Papel” es la última novela de Ruiz Mantilla (Santander, 1965), en la que refleja el salto digital en los medios de comunicación y el choque entre la vieja escuela periodística y el empuje y las nuevas ideas de los milénial, contado a través de un veterano del oficio y una joven pegada a su móvil.

Esa dicotomía en las redacciones, el impacto de la transformación digital y los augurios “terroríficos” sobre el futuro del papel llevaban ya una década bullendo en la cabeza de Ruiz Mantilla, que no se sentó a dar forma a “Papel” hasta que hace cuatro años dio con el desenlace que quería para esta historia.

“Yo sabía que quería escribir una novela sobre este asunto, pero no sabía cómo podría terminar, porque todo era una incertidumbre muy bestia, muy pesada, muy honda, muy real y no se podía ver... Tuve que adentrarme en ese túnel y en ese viaje”, cuenta en una entrevista con Efe Ruiz Mantilla, que está en plena promoción de su libro.

Con su trabajo en el diario El País ha vivido la crisis “muy bruta” de los medios de comunicación, que ha llevado a la desaparición de cabeceras y a la destrucción de muchos puestos de trabajo, pero, sobre todo, este periodista alerta sobre la pérdida de la independencia como mal mayor.

Según destaca, “un periódico es una empresa muy golosa para ser controlada por los estamentos políticos y económicos que entran en acción directamente y sin complejos”, y por eso, en épocas de crisis, lo que se pierde es “mucha independencia”.

A su juicio, uno de los grandes retos del periodismo “decente” es recuperar esa independencia y también combatir las presiones, que “siempre han existido” pero que ve más descaradas y con un “intervencionismo repugnante” en los últimos 15 años.

Como arma frente a ese adverso panorama, Ruiz Mantilla esgrime la personalidad, el criterio, la fuerza y la capacidad de convicción, si bien reconoce que “hay periodistas que se la han jugado” librando esta batalla, y que incluso han perdido su trabajo por rebelarse ante las presiones.

Otro de los males que señala es el de la desinformación y las noticias falsas, un engranaje de rápida transmisión que expande “mentiras como una manguera en todas partes”.

A su juicio, los medios tienen la obligación de plantar cara a estas falsedades, aunque reconoce que se trata de una tarea “quijotesca” en redacciones menguadas por la crisis, con menos recursos y con un tajo multiplicado por la pandemia. “¿Pero qué es el periodismo si no una tarea quijotesca?”, interpela al hacer esta reflexión.

También incide en la existencia de “órganos de propaganda vestidos de periódicos” y que buscan “deslegitimizar” a los medios serios.

Y ahí Ruiz Mantilla apela al sentido común del lector y a las propias redacciones como antídotos: los primeros para vigilar y advertir si algo se desvía de la verdad, y las segundas para que reaccionen colectivamente si ven amenazada su independencia.

También reflexiona sobre el rol de las redes sociales, que ve como arma de doble filo y compara con “un cuchillo, que puede servir para cortar pan o para asesinar”. Todo depende, según señala, de quien le dé uso, si alguien con buenas intenciones o con malas ideas.

Avisa del riesgo de caer en “el aceleramiento” en ese mundo de los “hashtags”, el retuiteo y los post porque, aunque en periodismo ser rápido y resolutivo es un plus, no hay que ser acelerado y “muchas veces las redes te calientan hasta llevarte a ese punto”.

Ruiz Mantilla, que cree pese a todo que el periodismo vive “un gran momento”, explica que en su otra faceta, la de escritor, siempre tiene “un par de libros en la cabeza”. “Una vez que ves impresa tu última obra ya llama a la puerta la siguiente para que le hagas caso”, bromea.

Ahora tiene en mente un ensayo relacionado con el mundo de la ópera y otra historia de la que no quiere desvelar detalles porque “está en ciernes”.

Pilar Palazuelos