El Salón de Reinos, una pieza clave en la ampliación del Museo del Prado

El Consejo de Ministros ha impulsado hoy las obras de ampliación del Museo del Prado al despejar los trámites administrativos para el inicio de los trabajos en el Salón de Reinos, que debían haberse iniciado en 2019 y que se inscriben en la ampliación de la pinacoteca acordada en 1994.

La rehabilitación del Salón de Reinos debía haber comenzado el pasado año coincidiendo con el Bicentenario del Prado, pero se ha ido posponiendo por la falta de presupuestos, por el retraso en la formación del Gobierno y por el cierre del museo por la crisis del COVID-19.

En las últimas décadas tanto la colección como el número de visitantes del Prado se han incrementado enormemente, y desde 1994 el Museo ha ido acometiendo sucesivos trabajos de ampliación en su sede histórica.

- Ampliación del siglo XX, de 1994 a 2007.

En 1994 arrancaba el proceso de reforma y ampliación del museo, por acuerdo del Real Patronato del Museo Nacional del Prado, la Dirección del Museo y el entonces Ministerio de Cultura, que pusieron en marcha un “Plan de necesidades del Museo del Prado” en el que se destacaba la necesidad de ampliar sus espacios físicos.

Al año siguiente se alcanzó un acuerdo parlamentario y el Gobierno, en el marco de dicho pacto, por el que se decidió la incorporación del Salón de Reinos al Museo del Prado, y determinó el traslado del Museo del Ejército al Alcázar de Toledo.

Se dotó al Museo del Prado de un Plan Museográfico al que en abril de 1997 dieron el visto bueno tanto el Real Patronato como la Comisión permanente.

El plan incluía en la ordenación de cinco edificios del entorno museístico: el de Juan de Villanueva, sede central de la pinacoteca; a sus espaldas, el edificio Aldeasa de la madrileña calle Ruiz de Alarcón destinado a oficinas y gerencia; el Casón del Buen Retiro; el Claustro Circunstancial de los Jerónimos del siglo XVI y el Salón de Reinos, que albergaba el Museo del Ejército que sería traslado a Toledo entre 2005 y 2010.

En julio de 1998 el Consejo de Ministros aprobó el convenio alcanzado entre el Ministerio de Educación y Cultura y la Archidiócesis de Madrid por el que la Iglesia cedía gratuitamente y libre de cargas el Claustro de los Jerónimos, (monumento nacional desde 1925), para proceder a su ampliación.

- Proyecto de Moneo.

El arquitecto Rafael Moneo fue el ganador, poco antes de finalizar 1998, del concurso para la ampliación con el anteproyecto “Buen Retiro”, que recibió el apoyo del Patronato, aunque algunos miembros, como Fernando Chueca Goitia, mostraron su desacuerdo con algunos aspectos. Las críticas al proyecto de Moneo llevaron al arquitecto a modificar el proyecto inicial.

Finalmente, y pese a las peticiones de paralización de las obras, en noviembre de 2001 el Ayuntamiento de Madrid resolvió aprobar la modificación del Plan General de Urbanismo con el apoyo del PP, PSOE e IU.

La modificación del plan para adaptarlo a la ampliación del museo supuso además la segregación de la parcela de los Jerónimos en dos partes, una de las cuales -la iglesia-, seguiría siendo de la Iglesia, mientras que el claustro pasaba a pertenecer al Estado para integrarlo en el Prado.

En 2007, el 2 de febrero las obras del Prado culminaron con la colocación de las puertas de la escultora Cristina Iglesias en el edificio de ampliación de Moneo. Y el 30 de octubre de ese mismo año, los reyes Juan Carlos y Sofía inauguraron la mayor ampliación de la historia del Museo del Prado.

- Rehabilitación del Salón de Reinos.

El Gobierno firmó en octubre de 2015 la incorporación del Salón de Reinos al Museo del Prado. El entonces ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, firmó el acta de cesión del edificio, que permitirá culminar la ampliación impulsada en 1994.

Un año después, en noviembre de 2016, el proyecto de los arquitectos Norman Foster y Carlos Rubio ganaban el concurso para la rehabilitación del salón de Reinos, una propuesta bautizada como “Traza oculta”.

- Proyecto de Foster y Rubio.

Según la propuesta de Foster y Rubio, se creará un gran atrio de acceso en la fachada sur del edificio, imprimiendo a este espacio un carácter semiabierto y permeable al exterior, que sirva de protección a la fachada original del Salón de Reinos, en la que se recuperan sus huecos y balconadas.

Sobre dicha fachada se contempla la prolongación de un gran espacio expositivo en planta tercera, con mayor altura y anchura que el actual, formando la cubierta del atrio, a la vez de la terraza orientada al campus del museo.

El diseño seleccionado no necesita excavar nuevos sótanos, realzando los espacios históricos que forman el núcleo del edificio, en especial el Salón de Reinos.

El trabajo de Foster y Rubio fortalece y consolida la identidad del Campus del Museo del Prado, proponiendo la potenciación peatonal del eje Parque del Retiro–Paseo del Prado, a través de la calle Felipe IV, lo que revitalizaría su conexión con la ciudad.

Las obras de ampliación del Salón de Reinos previstas en un principio para 2018 se han retrasado a lo largo de este tiempo por la falta de Presupuestos Generales.

Para mediados de octubre de 2019, estaba programado el inicio de las obras de rehabilitación que se alargarían por un periodo de 39 semanas. Sin embargo, no comenzaron y al retraso se ha añadido el cierre de la Pinacoteca durante tres meses por la actual crisis del COVID-19, en este 2020.

Los días 5 y 6 de octubre de 2019, el Museo del Prado abrió las puertas del Salón de Reinos por última vez para que el público interesado pudiera visitarlo y conocer el proyecto de rehabilitación y adecuación.

Hoy, el Consejo de Ministros ha despejado la tramitación administrativa para comenzar las obras de rehabilitación y adecuación museística del Salón de Reinos, pero el coste aún no está incluido en los Presupuestos Generales del Estado, lo que impide saber cuándo realmente se iniciarán los trabajos.