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Sandra Cervera: “El final está lleno de ternura pero es tremendamente duro”

Un "cóctel de emociones" vivirán los espectadores este miércoles con el desenlace de "El secreto de Puente Viejo", tras casi una década en antena.

EFE

Madrid —

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Un “cóctel de emociones” vivirán los espectadores este miércoles con el desenlace de “El secreto de Puente Viejo”, tras casi una década en antena. Así define Sandra Cervera el ansiado final, que tuvo que ser “readaptado” por la crisis del coronavirus: “El final está lleno de ternura pero es tremendamente duro”, dice a Efe.

Sandra Cervera es sinónimo, de alguna forma, de “El secreto de Puente Viejo”. Cierto es que muchos actores, cerca de 800, han pasado por la mítica serie de las tardes de Antena 3, pero no tantos han resistido a las inclemencias del paso del tiempo o a los giros de guion, los cuales han provocado un buen puñado de muertes dentro de la producción de Atresmedia Televisión y Boomerang TV.

Más de 2.300 episodios y unas dramáticas y siempre intensas tramas han acompañado a los fieles espectadores que han seguido a la 'mala, malísima' Francisca Montenegro (María Bouza), al galán Raimundo Ulloa (Ramón Ibarra), al metepatas de Hipólito Mirañar (Selu Nieto) o a la cotilla Dolores (Maribel Ripoll), quienes se han mantenido en la serie, la más longeva de la televisión en España, desde el primer capítulo.

Sin embargo, si hay un personaje que ha encandilado y ha tenido en vilo a los espectadores es el de Emilia Ulloa, interpretada por la actriz Sandra Cervera, quien habla con Efe de sus más de 1.800 capítulos en la serie, sus idas y venidas y, cómo no, del esperado final, cuyo rodaje se vio afectado por la crisis del coronavirus.

“Sabíamos que el final estaba cercano. En un principio lo que hicieron fue condensar las tramas para poder cerrar, pero también nos pilló el coronavirus y algunas no estaban del todo pinceladas para poder tener ese broche final”, relata Cervera.

“Nos quedaba muy poquito por rodar y lo que se hizo fue una readaptación con lo que ya teníamos rodado, con las secuencias que se podían retocar. Creo que han hecho una gran adaptación para poder ese final tan esperado”, argumenta la actriz.

Una explicación que Miquel Peidró, guionista de la serie desde sus inicios, ratifica en una charla con Efe: “Nos cogió en un momento delicado porque nos quedaban muy pocos días para acabar el rodaje y estábamos perfilando el final como se merecía la serie. El final que se le va a dar era una de las opciones que se barajaba antes de sufrir el parón por el coronavirus”.

Y añade: “Se ha tenido que ajustar a las circunstancias, con los elementos que teníamos, pero el espectador no va a tener la sensación de que se ha hecho un final como de ·aquí te pillo, aquí te mato·, en ningún caso ha sido así”.

Un final en el que ninguno de los dos desvela si se descubrirá ese “secreto” que el pequeño pueblo ficticio de Puente Viejo esconde. Lo que sí adelanta la actriz es que será un “cóctel de emociones”: “Está lleno de ternura pero es tremendamente duro”.

“Estamos todos con unas expectativas muy grandes porque tenemos muy poca información de cómo ha sido todo este montaje final”, explica Cervera, quien dio vida a Emilia Ulloa desde el estreno de la serie, allá por 2011, durante siete años y medio de manera ininterrumpida para después, en el siguiente año y medio, volver “cuatro veces de manera intermitente”.

De esta forma, Emilia Ulloa siempre ha estado ahí, como si “nunca se acabara de marchar”. “Es un personaje que siempre se ha mantenido vivo aunque fuera en 'off', así que es un auténtico regalo”, cuenta la actriz, que huye del término 'encasillamiento'.

“Es un término muy chapado a la antigua. Encasillar a un actor no tiene ningún sentido, otra cosa es que tu trabajo no evolucione, pero al final es una responsabilidad personal. Creo que es importante saber diferenciar y saber que cada personaje tiene su propia esencia. Ese es nuestro trabajo, para eso somos actores”, apunta la actriz.

La actriz, que dice llevarse de la serie “el sentimiento de haber creado, dentro de la ficción, algo realista, y un núcleo de equipo verdadero” fuera de ella, reconoce que el reto más importante al encarnar a Emilia fue “saber atajar una enfermedad tan dura como el Alzheimer”, una situación que su personaje vive con su padre y que ella misma, en la realidad, ha tenido que afrontar.

“Me ha hecho enfrentarme, a lo largo de todos estos años, a que hubiera incluso un paralelismo con mi vida real y ahí he tenido que aprender de lo que el personaje me estaba dando y, al mismo tiempo, implicar a mi persona, con mis vivencias, para que Emilia supiera afrontar ciertas circunstancias”.

Y concluye: “Emocionalmente ha sido el reto más difícil porque llegar a las emociones es un trabajo que nosotros solemos hacer, pero su descontrol no está dentro de la parte técnica de una serie. Es ahí donde tienes que sacar la parte más teórica como actriz y controlar tus propias emociones para poder hacer un trabajo fino y enfocado hacia la escena”.

Por Patricia Muñoz Sánchez

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