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Santi Millán, que estuvo allí

Santi Millán, portada de revista Don

Revista Don

Madrid —

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Santi Millán estuvo (y está) allí. Sin mucho ruido, con mucho morro. A su manera. Mira con atención. ¿Lo ves? Ahí está, haciéndote reír. Con La Cubana en los 90, con Buenafuente a comienzos de siglo, en ‘Periodistas’, en ‘7 Vidas’. Enciendes la tele y lo ves. El actor cierra 2014 a lo grande: el programa ‘Sinvergüenzas’, la serie ‘El chiringuito de Pepe’, sus apariciones kamikazes en ‘El Hormiguero’ y la gira de ‘Santi Millán Live’. Todo a la vez. Y además, se ha vuelto loco y recorre con su bici distancias extremas. Quién mejor para poner cara al último número del año de Don.

Créditos: Esmóquin de Gucci, camisa de Scalpers, pajarita de AG y zapatos de Tommy Hilfiger.GucciScalpersTommy Hilfiger

Santi Millán recuerda a Phil, el personaje de Bradley Cooper en ‘Resacón en Las Vegas’. Parece el más desastre y es el más sensato. La mala fama le precede, pero es el más consecuente. Cae bien. Mientras, el resto de zoquetes de la pandilla (Alan, Zach Galifianakis, no cuenta), hacen lo contrario. Se las dan de sensatos y son lo puto peor. Algo de esto ahí en Santi Millán. Está a años luz de los zoquetes y no es Phil, aunque lo que parece. Cae bien.

Lo corrobora en la sesión del último número del año de Don. Es la portada número doce, el primer aniversario de la revista. Debutamos con Paco León y cerramos 2014 con Santi Millán. Nos parecía una buena idea y al instante de recibirle, lo sabemos. Viene sólo. Como Paco. A currar y a pasarlo bien. Nos hace reír.

A sus 46 años, Santi Millán es un puro frenesí. Vive un momento de gloria profesional gracias a varios proyectos televisivos que conviven en antena. ‘Sinvergüenzas’, ‘El chiringuito de Pepe’, ‘El Hormiguero’, ... Mientras, prepara un programa de running para TV3; su show ‘Santi Millán Live’ recorre España y de remate se ha vuelto un locazo de la bici extrema pedaleando distancias imposibles en entornos muy hostiles.

Necesitamos conocer tu secreto. Por las buenas o por las malas …

No hay secreto. La clave es que no estoy sólo, tengo en equipo en mi productora Zoopa, que me hace todo más fácil. Y echándole muchas horas. Intento no saltarme la siesta, pero duermo poco. Pero sobre todo es querer hacer las cosas. Y hacerlas con ilusión. No hay más.

En ‘Sinvergüenzas’, con un equipo de youtubers das una vuelta de tuerca a la cámara oculta y encima haciendo branded content con estilo ...branded content

Es un producto de Zoopa. Mola porque lo pasamos muy bien con la banda que hemos formado Javi Sancho y yo con muchos youtubers, gente como loulogio; Llimo y Javi García, de ‘Haciendo la Mierda’, Bollicao o Enzo. Estaba fuera de este fenómeno, quizás por edad, pero quería saber de qué iba, qué hacen, cómo, qué contenidos y formatos gustan en Youtube … Somos curiosos y se nos ocurrió mezclarlo con un formato de cámara oculta. Y además para Kinder bueno. Carlos Ortet, mi socio, un tipo muy creativo, ha sabido aunar contenido para marcas (branded content) de una manera novedosa, con otro lenguaje.

Y series, series y más series. Ahora en ‘El chiringuito de Pepe’ …

Estamos rodando en Madrid la segunda temporada tras el éxito del estreno. Desde entonces, es curioso porque en los restaurantes me tratan como un igual, como si fuera mi personaje Sergi Roca, un chef de verdad.

¿Cómo llevas las críticas de una parte del público hacia las series españolas?

Siempre que he visto algo muy malo he intentado hacerlo mejor. Luego ves que cosas muy malas, funcionan muy bien. Y al revés, cosas muy buenas, que no tienen éxito. Me siento muy orgulloso de los trabajos que hacemos. Y disfruto mucho haciéndolo. No te puedes comparar con el mercado estadounidense. Pese a las críticas, aquí gustan unas cosas y nosotros nos adaptarnos a nuestro mercado. Francamente, lo digo convencido, el nivel artístico y creativo en España es muy alto.

Entremedias, colaboras con ‘El Hormiguero’. ¿Pelín masoca?

Tengo muy buena relación con Pablo Motos y Jorge Salvador (director y productor ejecutivo del programa). Había ido varias veces al programa, y tenía muy buen rollo con el equipo. Como no me negaba a las putadas que me proponían, por lo visto cuando descartaban una prueba decían, “Está para Santi Millán”. Y un día me lo propusieron. Voy de vez en cuando, una vez cada quince días. Y Pablo y yo hacemos ‘El Reto’. Los dos somos unos picaos de la vida, muy competitivos, y como es en directo pasa lo que pasa, como aquél día en el que Pablo se hizo un chichón, de los de Mortadelo.

Y luego, te montas en un coche y te vas de gira con ‘Santi Millán Live’. ¿Cómo se resetea la cabeza? ¿No se te olvidan los guiones?

Mientras viajamos además pensamos y escribimos el siguiente espectáculo. Ya lo tenemos muy cerrado Javi Sancho y yo. Anotamos ideas en el móvil, Nos las enviamos por What’sApp… Eso sí, necesito un tiempo de tranquilidad antes de salir al escenario. Para concentrarme. Tengo la suerte de tener una gran capacidad de retentiva para los guiones y siempre está la improvisación. El ejercicio, los años, la experiencia ayudan mucho.

Tu primer trabajo fue en ‘Cómeme el coco, negro’, de La Cubana, ya me contarás…

Todo fue muy casual. Y sigue siéndolo. No hay grandes planes. Jugaba al baloncesto en el colegio. Y un año participé en la típica representación de fin de curso. Me gustó y me apunté a un centro cultural aragonés que hacían obras del teatro. Cuando acabé COU, me apunté al Colegio del Teatro de Barcelona, un centro privado, para prepararme para el Instituto del Teatro, que estaba considerado como una carrera universitaria. Hice las pruebas, pero no me cogieron. Seguí en el Colegio. Y trabajaba en una compañía infantil. Íbamos de bolos con una furgoneta los fines de semana. Un profesor conocía a Jordi Milán, el director de La Cubana. Estaban buscando a un actor joven para una obra nueva. Nos enviaron a varios alumnos para hacer una prueba. Les gusté y me pasé los diez años siguientes sin parar. Cuando llegué era el más joven. La inconsciencia hace mucho a esa edad. No piensas mucho las cosas.

¿Cómo era la vida dentro de La Cubana? ¿Muy loco?

No vivíamos juntos, como hacían en aquellos tiempos Els Juglars o Els Comediants pero tampoco hacía falta. Estábamos siempre juntos. La Cubana funcionaba como una cooperativa. Jordi Milán era el director, pero la creación era colectiva. Todos hacíamos de todo, menos construir el decorado: hacíamos el vestuario, conducíamos, montábamos el decorado, nos maquillábamos, ... Justo en aquél momento La Cubana lo peta. Venían de hacer ‘Tempestad’, un espectáculo duro. Parte de la compañía no quiso dar el salto a la profesionalización. En ese instante, entro en el montaje de ‘Comeme el Coco, negro. Y La Cubana lo peta.

Es una obra maestra ...

El público flipaba. Recuerdo en Madrid que venían señoras con sus abrigos de pieles pensando que iban a ver el espectáculo de revista que parecía que era. Cuando a la tercera canción, desmontábamos el decorado como parte de la obra, no daban crédito. En aquél momento fue un shock.

Las compañías de teatro de Cataluña tenían mucha personalidad y éxito ...

La tradición teatral en Cataluña es diferente. Siempre se ha hecho mucho teatro desde la base. En Brasil hay buenos futbolistas porque están desde pequeños jugando en la calle. Y en Cataluña sucede con el teatro. Desde pequeño se hace teatro. Mis hijos ya hacen teatro. Muchos de mis compañeros no son actores, pero trabajan en este mundo: productores, guionistas, … Y genera además que mucha gente se convierta en espectador. Gente a la que le gusta el teatro. Y llega TV3 ... Esta generación de compañías la desmonta en parte la aparición de TV3. Al principio ayuda a impulsarlas, La Cubana y otras tuvieron incluso programas, pero después poco a poco, los actores nos fuimos a trabajar de manera individual a la tele. Se perdió el espíritu de las compañías de aquella época. Las compañías actuales tienen otra manera de funcionar.

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Enganchas el fenómeno de La Cubana con el fenómeno Buenafuente …

Cuando dejé La Cubana no tenía ninguna oferta de trabajo. Me fui porque pensaba que ya se había cumplido una etapa. Recuerdo venir con Corbacho y Anna Barachina, al abandonar los tres la compañía, a buscarnos la vida a Madrid con los CVs debajo del brazo. Fuimos Globomedia, a ver a directoras de cásting... No me salía nada. Y me llama Buenafuente. Me gustaba mucho lo que hacía en su programa ‘Sense Títol’. Y Buenfuente era muy fan de La Cubana. Nos conocíamos. Fue el comienzo de sus late nights con ‘La Cosa Nostra’. Aquella fue una época muy buena. Con ‘Crónicas Marcianas’, en Telecinco. Se manejaban grandes presupuestos. Hacía directos desde Sidney cuando las Olimpiadas. Ahora no se podría hacer un programa de este tipo. La crisis también ha afectado a nuestra profesión. Se trabaja el doble para ganar la mitad.

Tu personaje era periodista … Era un puto vividor. Un fotógrafo colega de la mili de Buenafuente que le da la tabarra para que le coloque en la tele. Me daba curro y hacía de reportero, vividor y caradura. Estando en El Terrat, me llaman de Globomedia para hacer de fotógrafo en la serie ‘Periodistas’, un fotógrafo vago y golfo también.

Comienza el momento Bradley Cooper en ‘Resacón’ ...

Es algo aspiracional. Gustó mucho porque todos pensamos en un momento “A la mierda con todo”, pero nos autocensuramos mucho, en general por el que dirán, etc. La gente me identifica con este tipo de personaje, que hace lo que sale de los cojones. Es muy aspiracional. La gente no está contenta con muchas cosas de su vida: el trabajo, la relaciones de pareja. Y quieres parecerte a este tipo de personajes. Pero yo no soy así, soy igual de pringado que todos vosotros, aunque la gente crea que no.

‘Siete vidas’ tampoco te ayudó en este aspecto …

No. Al final, el golfo de verdad tiene un punto de cordura, viendo el desparrame de los demás.

Vaya, no eres el tipo que deja de salir y se convierte en un apóstol del deporte extremo ...

Comencé hace no mucho a ir en bici. Para variar no fue nada premeditado. En unas vacaciones comencé a ir por la montaña y me gustó. Conocía a Josef Ajram (el popular trader y deportista adicto a las carreras extremas) y un día quedé con él. Casi me muero pedaleando con él. Y al poco me convenció para correr la Titan Desert. De allí surgió el documental Imparables. Desde entonces, estoy enganchado. Entreno mucho. Me marco objetivos y los cumplo. Si no, siempre encuentras excusas para no salir. En el fondo lo voy a confesar, soy muy perro. De estar sin hacer nada, muy perro.

No te va a creer ni el Tato

Todo el mundo vive ciclos, altibajos. Yo también. No es reinventarte, es más reilusionarte. He buscado cosas que me pongan las pilas. Esa sensación de alegría al levantarte y pensar que me apetece mucho lo que voy a hacer.

¿Qué vas a hacer? Me ilusionan cosas sencillas. Por ejemplo, el otro día me llamó mi amigo Carlos Verona. Es ciclista profesional y está entrenando en Italia y me dijo que me fuera unos días con ellos a entrenar. Ese tipo de cosas.

¡Uff! Nosotros te veremos en la tele. ¡Feliz Navidad!

¡Feliz Navidad!

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