Sierra i Fabra: “Los bombardeos sobre Barcelona fueron salvajes y cruentos”

A las puertas del día 23 de abril, el veterano Jordi Sierra i Fabra vuelve a contactar con los lectores con un nuevo título, “Tres días de agosto”, perteneciente a la saga protagonizada por el inspector Miquel Mascarell, un libro con el que homenajea a los que sufrieron los bombardeos de Barcelona de 1938.

En una entrevista con Efe, el autor barcelonés explica que en su séptimo caso, situado en agosto de 1950, Mascarrell deberá resolver un antiguo crimen relacionado con los bombardeos de marzo de 1938, lo que le permite recuperar aquellos días de conflicto en los que la capital catalana “sufrió un gran crimen de guerra”.

Contundente, asevera que después de Guernica, “los bombardeos sobre Barcelona fueron de los más salvajes y cruentos, un auténtico horror de guerra, porque las víctimas fueron los ciudadanos no combatientes de una gran ciudad, lo que es muy bestia”.

Sin embargo, también quiere advertir que “Tres días de agosto” (Plaza & Janés y Rosa dels vents) es, ante todo, un título policíaco con un final de “novela negra auténtica”.

Mascarell está a punto de pasar un día de playa con su joven esposa Patro, pero ella desaparece de repente, y él debe resolver, en apenas tres calurosos días, un misterio sin desvelar desde hace doce años.

Como en cada una de sus trepidantes historias, el lector andará por una Barcelona de los años cincuenta “con la lengua catalana prohibida, la presencia constante del franquismo en todos los aspectos de la vida, con una ciudad sin colores, donde sólo resaltaba el gris”.

Sierra i Fabra ha querido reivindicar, ante las generaciones más jóvenes, a “toda la gente que sufrió aquello, el miedo al silencio o la pérdida de la esperanza, puesto que después de la Segunda Guerra Mundial muchos pensaban que se acabaría Franco y, no solo no se lo cargaron, sino que desde el exterior lo reforzaron”.

A pesar de eso, “la gente se aferró a la vida y tuvo que volver a superar el día a día, es la condición humana”.

Ahora sin la ayuda de su fallecido amigo, el también escritor Francisco González Ledesma, Jordi Sierra tiene que llevar a cabo una mayor tarea de investigación, tanto sobre la época de la Guerra Civil como de la Barcelona de los años cincuenta.

Pero, “como se trata de una novela policíaca en un contexto histórico, mi teoría es que hay que dominar el tema, pero el libro sólo debe contener un 10 por ciento de lo que uno descubre, que todo quede diluido, que no se recargue con datos al lector, yendo al grano, sin enrollarse”.

A la vez, resalta que en los siete libros que lleva escritos sobre esa época, “todavía no ha aparecido nadie que haya encontrado algún desajuste histórico”.

En cuanto a la evolución de los personajes de la saga, asevera que Mascarell “es un resistente nato, que ha sido condenado a muerte, luego indultado, tras pasar ocho años en el Valle de los Caídos, y que se acaba juntando con Patro, una joven que había ejercido la prostitución, pero con la que recupera las ganas de vivir”.

Los lectores, según el novelista, quieren más historias con ellos de protagonistas, porque “les encantan los diálogos que tienen y la relación que establecen, él ya mayor y ella en la treintena, pero ambos con sentimientos puros”.

Precisamente, Jordi Sierra i Fabra, autor con 455 libros publicados, avanza que el próximo año aparecerá el octavo título de la serie, “Ocho días de febrero”, que ubicará en el año 1951 durante la huelga de tranvías en Barcelona, y con novedades en el hogar de Mascarell y su esposa.

Asimismo, avanza que tiene dos libros más a punto de editar, “Arkadya”, una novela distópica, y la reedición de su método como escritor, “La página escrita”.