Cómo sobrevivir a la vorágine del Black Friday

Hace ya tres años que el Black Friday se coló en España y se está consolidado como un día especial de rebajas que da el pistoletazo de salida a las compras navideñas. Las organizaciones de consumidores apelan a la sensatez para sacar el máximo provecho y sobrevivir a la “vorágine” de las compras.

El Black Friday (Viernes Negro) tiene su origen en Estados Unidos, donde el comercio ofrece importantes descuentos al día siguiente de la fiesta de Acción de Gracias.

Este año se prevé un gasto medio por persona de 221 euros y la facturación total del comercio crecerá el 24 %, según un informe elaborado por Worten y la consultora Gfk.

Aunque el día “oficial” es mañana, hay establecimientos y plataformas 'on line' que llevan toda la semana anunciando sus rebajas, algunas de hasta el 70 %, que, en algunos casos, se prolongarán todo el fin de semana y el próximo lunes.

Asociaciones de consumidores consultadas por Efe coinciden en que puede ser una buena ocasión para adelantar las compras de Navidad, pero también advierten de que no es oro todo lo que reluce, por lo que hay que estar alerta para que no nos den gato por liebre.

“Da el pistoletazo de salida para las compras navideñas, pero sabiendo que no se rebaja todo”, señala Ileana Izverniceanu, directora de Relaciones Institucionales de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que lleva desde octubre haciendo un seguimiento de precios en 21 grandes cadenas de tiendas 'on line'.

Los primeros resultados -entre el 24 de octubre y el 4 de noviembre- muestran pocas variaciones de precios en las cadenas, aunque algunas muy conocidas como Amazon y Worten han experimentado una subida media superior al 1 %.

Estos datos pueden llevar a pensar, según OCU, que algunas empresas podrían estar subiendo algo los precios con vistas a las promociones del Black Friday.

Izverniceanu pide a los consumidores que comprueben que el producto está rebajado y que no se dejen llevar por el titular grande de la página web.

Lo importante, a su juicio, es que no se haga publicidad engañosa. “Si la empresa quiere vender y el consumidor quiere comprar, bienvenido sea, porque además se va a acelerar el consumo y es bueno para la economía en general, pero no se pueden subir precios días antes para luego bajarlos”.

También el portavoz de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), David Hurtado, advierte de esas “triquiñuelas” para que “la oferta parezca estratosférica cuando a lo mejor te estás ahorrando 10 o 20 euros”.

Prudencia y racionalidad recomienda Gustavo Samayoa, presidente de la Federación de Usuarios Consumidores Independientes (FUCI), quien pide al ciudadano que no se lance a comprar sin pensar, sin haber realizado un presupuesto y sin haber comparado precios anteriormente.

“No caigamos en el error de que como es Black Friday vamos a comprar de todo y cuando lleguemos a casa no nos haga falta nada. Al final lo que viene a ser barato se convierte en caro”, ha alertado.

El portavoz de CECU pone el acento en que el consumidor “evite en la manera de lo posible caer en esa fiebre, esa vorágine, esa incitación más o menos agresiva que nos llama a comprar a veces de forma irracional”.

Si bien la tecnología (electrodomésticos, imagen, sonido, electrónica, telecomunicaciones y telefonía) copa la intención de compra, seguida de moda y juguetes, cada vez más se están subiendo al carro los servicios y, así, restaurantes, hoteles, peluquerías o compañías aéreas también ofrecen sus descuentos.

Las organizaciones recuerdan que no se trata de liquidaciones de productos de estocaje ni con taras, que tiene que figurar el precio rebajado junto con el anterior y que la garantía y la calidad debe ser la misma que en periodo de no rebajas.

Samayoa incide en que el usuario tiene derecho a la devolución si el producto está defectuoso, pero que no existe ninguna obligación por parte del establecimiento cuando el artículo está en buenas condiciones.

Si se compra por internet, hay que saber que existe un periodo de 14 días naturales para la devolución sin que haya que justificar nada.