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Sin tiempo para siestas en las carnavalescas carreras de camas de Tailandia

Sin tiempo para siestas en las carnavalescas carreras de camas de Tailandia

EFE

Pattaya (Tailandia) —

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Demonios del averno, la mafia japonesa u ositos de peluche son algunas de las peculiares decoraciones con las que participaron equipos en las carnavalescas carreras de camas en el enclave turístico tailandés de Pattaya.

“No te puedes quedar dormido. Algunos de los participantes son jóvenes y rápidos. Lo importantes es divertirse, pero hay equipos a los que le gusta competir”, afirma Peter, un irlandés que es ya un veterano en el evento y que reside en esta ciudad costera a unos 150 al sureste de Bangkok.

Los conjuntos, formados por cuatro corredores y una persona que anima a sus compañeros desde la piltra, tienen que completar un trazado de 2 kilómetros por el malecón de la urbe mientras empujan el catre, equipado con pequeñas ruedas que lo elevan a unos 30 centímetros del suelo.

“Más de 20 equipos entre extranjeros y locales concurrieron en la edición de este año”, apunta a Efe Jetjan Tantidechamongkon, relaciones públicas de la Fundación Father Ray, quien organiza el evento.

Bajo el tórrido sol que golpea la ciudad costera y una alta tasa de humedad en el ambiente, los participantes acaban exhaustos tras el enorme esfuerzo realizado.

“Es más complicado de lo que parece. Tienes que coordinar con los compañeros la potencia del impulso porque la cama no tiene volante y a veces es difícil de llevar. Se gira, se da la vuelta. Y después está el calor”, comenta Joe, trabajador de una cadena hotelera que patrocinó esta octava edición de la cita anual.

Mientras algunos de los corredores calientan sus piernas antes del pistoletazo de salida, otros competidores se toman la prueba de manera más distendida.

El ambiente festivo se palpa en el tramo de avenida donde concurre la galopada, con música y la algarabía de los coloridos participantes.

Centenares de curiosos turistas se agolpan a lo largo del paseo marítimo de la ciudad, afamada por ser uno de los principales refugios del turismo sexual en el país, para disfrutar de la carrera.

“Mi equipo favorito es el de los osos. Creo que son quienes más han trabajado en adornar el vehículo y además son chicos muy guapos”, señala una viajera de nacionalidad rusa después de hacerse una foto con los componentes del equipo.

“Me disgusta que algún equipo esté patrocinado por un bar de gogos. Las mujeres vienen vestidas con ropas provocativas. No me gusta que se mezcle el sexo con actividades caritativas”, se queja Ilda, una turista alemana, al reseñar que la línea de meta está en la entrada del principal barrio de desenfreno de la localidad.

A pesar de ser una carrera, lo que menos importa es el tiempo en que se tardan en completar el recorrido.

“Hemos venido a divertirnos, practicar deporte y apoyar causas benéficas, que es a lo que se destina el dinero recaudado”, apunta un corredor disfrazado de bailarín de música disco.

Mejorar la calidad del agua en algunas escuelas y becas para ayudar a algunos estudiantes locales, son parte de los destinos de los fondos recaudados.

Noel Caballero

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