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Una tienda de paquistaníes, de moda en Barcelona por sus productos “gourmet”

Una tienda de paquistaníes, de moda en Barcelona por sus productos "gourmet"

EFE

Barcelona —

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Una tienda regentada por tres hermanos paquistaníes en el centro de Barcelona se ha puesto de moda porque ha dejado de ser el tradicional “badulaque” para convertirse en un establecimiento “gourmet” que trae a la capital catalana lo más sibarita de cada rincón del mundo.

La “sangre emprendedora” de los hermanos Hussein (Mubarak, Mahfooz y Haaron) ha hecho posible que una pequeña tienda, de apenas 120 metros cuadrados, sea un atractivo del barrio de Sant Antoni, donde en 2012 le dieron la vuelta al “badulaque” que tenía su padre para convertirlo en un supermercado cosmopolita y “gourmet” que apostó por la calidad y la variedad reventando precios.

Según ha explicado a Efe Mahfooz Hussein, la historia comienza en 1995, cuando su padre aterrizó en el barrio de Sant Antoni llegado de Islamabad (Pakistán) y abrió un “badulaque” tradicional en la calle Parlament, a pocos metros de su casa.

En 2009, los tres hijos de Hussein, ya mayores, con unos pocos ahorros y muchas ganas de emprender, vieron cómo la tienda de su padre hacía aguas por culpa de la crisis.

Es entonces cuando Mahfooz y sus dos hermanos se reunieron para buscar una solución y se dieron cuenta de que el mercado de “badulaques” con productos de Asia y América estaba saturado, por lo que decidieron apostar por un supermercado alternativo, que se diferenciase de la competencia.

Durante tres años, recorrieron ferias alimentarias de países como Francia y Alemania hasta que en 2012 surgió “B.H.G Supermercat”, un “badulaque” corriente de puertas para afuera pero que en su interior esconde una ingente despensa que hace las delicias del cliente más sibarita.

“El primer año fue duro y hubo pérdidas porque el público no estaba acostumbrado”, recuerda Mahfooz, que subraya que tras organizar degustaciones de productos cada dos por tres, y “gracias al boca a boca”, consiguieron reflotar el negocio.

Los tres hermanos reconocen que la mayor virtud del local es la capacidad de conseguir el producto que pida el cliente, sea el que sea.

“Por muy raro que sea y cueste lo que cueste traemos el producto”, asegura Mahfooz, que señala que ésta ha sido la clave del éxito porque “los clientes acaban muy agradecidos y lo recomiendan a sus amigos”.

Esta “cadena de favores” funciona especialmente bien porque el supermercado está especializado en suplir las necesidades de las comunidades extranjeras, especialmente la italiana, una de las más numerosas del barrio.

El otro puntal del negocio son sus precios competitivos, que consiguen eliminando por completo a los intermediarios e importando directamente desde el extranjero, “una tarea realmente ardua”.

“Preferimos ganar menos para que el cliente vuelva, así al final acabamos vendiendo mucho más”, reconoce Mahfooz, que sin embargo señala que para que esta política de precios funcione han tenido que establecer un horario amplio: abren de lunes a domingo de 10.00 a 20.00 horas.

En B.H.G se pueden encontrar más de 120 tipos de queso, más de un centenar de tipos de pasta, una quincena de “passata” y unas cuarenta marcas de cerveza -la mayoría artesanas- alemanas, belgas, holandesas, mexicanas o catalanas.

Los 120 metros de local se les han quedado pequeños, se han visto obligados a reconvertir el almacén en parte del supermercado y no descartan buscar un local más amplio siempre que esté en Sant Antoni, porque ellos son “del barrio y de ahí no queremos movernos”.

El local también apuesta por los productos orgánicos, sin gluten e intentan evitar el aceite de palma. Han pasado de tener un 30 % de productos con este ingrediente a relegarlo a un par de marcas de galletas y una crema de cacao.

Los clientes también pueden encontrar otros productos singulares, como patatas azules, de wasabi, boniato, verduras, caviar o chili, así como aceite de trufa, limón o seta, pasta de colores o con tinta de calamar, rosquillas griegas u hojas de parra rellenas con arroz.

Para fechas señaladas el catálogo de productos se amplía. En Navidad llegaron a tener hasta 97 tipos de “panettone” y ahora, en Semana Santa, venden 50 tipos de monas y “colombas”, un dulce similar al “panettone” con forma de paloma típico en Italia durante la Pascua.

Dice Mahfooz que su padre les animó a explorar nuevos caminos y a aprovechar que, a diferencia de él, habían podido estudiar.

Hace ya cinco años que esta tienda abrió y cada día que pasa los hermanos Hussein están más contentos de haber sabido leer el cambio de rumbo del barrio porque la “gentrificación” ha hecho mella y cada vez se ven más turistas y “hipsters” y menos señoras empujando el carro de la compra.

Aunque admite que esto beneficia a su comercio, a Mahfooz le gustaba más cuando Sant Antoni era un “barrio barrio” y sigue empeñado en llamar a cada uno de sus clientes por su nombre.

Sergi Santiago

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