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“Todos estábamos vivos”, una crónica sobre La Movida y sus sombras

“Todos estábamos vivos”, una crónica sobre La Movida y sus sombras
Madrid (EFE).- La Movida ha sido idealizada como una etapa de incorrección política —

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Madrid (EFE).- La Movida ha sido idealizada como una etapa de incorrección política, creatividad y desenfreno, pero ese mito elude dos lacras que pusieron en jaque a toda una generación: el sida y las drogas. “Todos estamos vivos”, de Enrique Llamas, arroja luz sobre la sombras de un tiempo que no por pasado fue mejor.

“Siempre me pregunté cómo hubiera sido nacer en La Movida hasta que un día un amigo me dijo, ‘Yo hubiera muerto de sobredosis’; y pensé ‘Yo que soy gay, probablemente hubiera muerto de sida’”.

Aquella amarga revelación fue el germen de “Todos Estábamos Vivos”, una novela que recorre los escenarios más importantes del Madrid de La Movida y que pone el foco sobre las zonas oscuras, pocas veces investigadas, de aquella fructífera etapa de la historia de España.

Esta es la segunda novela de Llamas (Zamora, 1989), que con su primera novela “Los Caín”, un thriller ambientado en la España rural, recibió el Memorial Silverio Cañada 2019.

El escritor ha concebido su nueva novela como un laberinto en el tiempo que comienza en el ‘Concierto Homenaje a Canito’, el hito fundacional de La Movida y luego empieza un viaje hacia el pasado, hasta el momento del fallecimiento del músico.

“Aquella fiesta, realmente lo que fue es un funeral, en clave festiva, pero un funeral”, subraya. La fiesta homenajeaba a José Enrique Cano Leal, batería seminal de Los Secretos.

Adela, Diana, Teo, Ric, Aldo y Siberia son algunos de aquellos jóvenes que no querían perderse aquella fiesta y que guían al lector a través de “Todos estábamos vivos”. A la mañana siguiente, uno de ellos aparecerá muerto en un portal de Malasaña y ya nada será igual.

“Era una generación con muchas ganas de vivir en una década que creen que les traerá muchas cosas nuevas -relata-. Pero no saben que dos sombras se ciernen sobre ellos: la heroína y el sida”.

Como dice la escritora Clara Usón, la vida les sorprendió “alternando los funerales” de sus abuelos con los de sus amigos, recuerda Llamas en una entrevista con Efe.

Junto a estas sombras, aparecen otras cuestiones fundamentales para la escena del momento: la recién estrenada libertad de las mujeres, las desigualdades económicas y sociales que arrastraba España o el abismo generacional entre jóvenes y sus padres.

Llamas quiere que “Todos Estábamos Vivos” dé voz “a quienes ya no están”, a todos aquellos jóvenes que se quedaron por el camino. Escribir sobre el pasado reciente, asegura, permite siempre aprender sobre el incierto ahora.

“Nos debe ayudar a vernos desde fuera, y a preguntarnos cómo queremos recordar esto, y ver qué es lo importante y que no”.

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