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El transformador viaje de un coro gay por el sur de EE.UU. culmina en Tribeca

El transformador viaje de un coro gay por el sur de EE.UU. culmina en Tribeca

EFE

Nueva York —

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Era 2016, Estados Unidos acababa de celebrar las elecciones presidenciales y el cineasta David Charles Rodrigues buscaba una historia “para unir de nuevo” a una sociedad “dividida”: así acabó en la gira de un coro gay por el sur del país, un transformador viaje que culminó este lunes en el festival de Tribeca.

“Gay Chorus Deep South”, el documental de debut de Rodrigues, retrata los diez intensos días de conciertos del San Francisco Gay Man's Chorus, una popular formación estadounidense a la que se le sumó otra, The Oakland Interfaith Gospel Choir, hasta llenar seis autobuses con unos 300 artistas dispuestos a combatir prejuicios.

Desarrollada y producida por Airbnb, la película contó con el apoyo de numerosas estrellas este lunes en su estreno en Nueva York, con una alfombra roja a la que acudieron el actor Neil Patrick Harris, el cantante Lance Bass, el esquiador olímpico Gus Kenworthy o el presentador del programa “Queer Eye”, Antoni Porowski.

El objetivo de la película, según explicó a Efe su director, es “cambiar nuestra propia perspectiva”: “El prejuicio y el juicio se practican en ambos sentidos, y la mejor manera de romperlos es viajando. Ir allí, con el 'tour', fue un viaje transformador y sentí que se rompieron muchas barreras”, dijo en entrevista telefónica.

Rodrigues y su equipo grabaron prácticamente las 24 horas durante los diez días de gira del coro dirigido por Tim Seelig, que realizó 25 conciertos desde Misisipí hasta Tennessee, pasando por las Carolinas y el puente de Selma, tanto en iglesias como centros comunitarios y salas, llegando a reunir a centenares de personas.

La música tiene el poder de acercar a la gente a través de las emociones, y Rodrigues quiso “llevar esa historia a una gran audiencia; mostrar lo que pasa cuando esas dos partes divididas de un país se juntan”, porque “es muy diferente de lo que pensamos”. “Cuando ves el filme, se desmitifica todo”, apostilló.

El viaje fue revelador para los cantantes, algunos de ellos con historias personales arraigadas en esos estados, y que esperaban poco más que el apoyo de las comunidades locales LGBTQ, pero también para el propio director, un hombre heterosexual criado en Brasil que al llegar a EE.UU. siempre entendió lo que es ser “el otro”.

“De 25 conciertos, 21 fueron en iglesias y percibí que no eran solo un lugar de culto, sino centros para la comunidad que cambian la mente, que aceptan, quieren y son progresistas”, explicó Rodrigues, a quien le “abrió los ojos” el importante rol de quienes “enseñan que Jesucristo era una persona que no juzgaba”.

Aunque el paso por los estados sureños fue “esperanzador” y lejano a lo “que se ve en televisión”, en el viaje no faltaron conflictos: protestas, amenazas de muerte y hasta de bomba, que sin embargo Rodrigues no quiso “sensacionalizar” y retrató como “un elemento que pasa, sin tomar el primer plano”.

“Todo el mundo sabe ya eso, y no necesito hacer un filme que ayude a propagar el odio o la negatividad. Es una minucia comparado con lo que pasó, que fue un 98 % positivo”, concedió el cineasta, que optó por “representar la vida real”, en la que “tenemos diferentes puntos de vista pero todos queremos lo mismo: amor”.

Sintiéndose afortunado por estrenar en Tribeca “Gay Chorus Deep South”, Rodrigues, cuya carrera se había centrado en la publicidad, espera que ahora se le abra la puerta a hacer otros filmes de “impacto humano” y aboga por facilitar a minorías como él la producción de “historias de gran calado”.

“Yo no soy del sur, ni soy gay, ni soy 100 % estadounidense, pero conecté con todo esto (el tema del documental) gracias a mis orígenes y mi experiencia”, sostuvo el director, que como inmigrante se convirtió en un “fuerte aliado” de la comunidad LGTBQ.

“Creo que es importante hacer una especie de polinización cruzada con las comunidades minoritarias, para que cuenten historias grandes, de calado, con las que todos se puedan identificar, porque su manera de comunicarlo será única”, concluyó.

Nora Quintanilla

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