Un Stradivarius de 1700, protagonista del documental de conciertos en Palacio

Madrid, 11 oct (EFE).- Un violoncello de Antonio Stradivari del año 1700 protagoniza el documental que prepara Patrimonio Nacional para acercar a los amantes de la música un concierto ofrecido esta semana en el Palacio Real, a puerta cerrada debido a la pandemia, en el que por primera vez se interpretaron obras del siglo XVIII con este instrumento de la Colección Real de Patrimonio.

Patrimonio Nacional difundirá en su web este documental, que incluirá la grabación del concierto y contenidos adicionales relacionados con la música interpretada, la Colección Real y el Salón de Columnas del Palacio Real, un espacio que fue utilizado como comedor de gala y salón de baile, especialmente desde el reinado de Isabel II hasta finales del XIX.

El violonchelista madrileño Guillermo Turina, la soprano Eugenia Boix y la clavecinista Tomoko Matsuoka trasladarán al espectador al siglo XVIII y le permitirán adentrarse en la esencia de la música antigua.

Con este documental, la institución quiere hacer una apuesta por “fórmulas creativas” para que los ciudadanos puedan seguir disfrutando de esta y otras actuaciones en el futuro, según ha explicado a Efe TV la presidenta de Patrimonio Nacional, María Llanos Castellanos.

“No podíamos grabar un concierto con una pantalla fija y un solo escenario. Queríamos hacer partícipe a la gente desde su casa de las mismas sensaciones que tiene cuando se acerca al Palacio Real”, argumenta.

“Queríamos -continúa- que fuera una experiencia lo más global posible y que, además de la música, hubiera información y una puesta en contexto de por qué en este edificio había esta música y con estos instrumentos”.

El violoncello de Antonio Stradivari forma parte del conjunto de instrumentos que fueron adquiridos en 1772 por iniciativa de Carlos III con el fin de ampliar la dotación de la Real Cámara de Instrumentos de Arco del príncipe Carlos, futuro Carlos IV.

Lorena Robredo, conservadora de instrumentos en Patrimonio Nacional, cree que esta es una ocasión “única” porque el Stradivairus se mantiene “muy puro”, ha sido “poco intervenido” y, además, ha sonado poco.

Pertenece a una época dorada de Stradivari, en la que el artista había alcanzado las cotas más altas de su arte, y su sonido “excepcional, cálido y redondo” se debe a la calidad de las maderas.

“Además, en el espacio del Palacio, el sonido adquiere una dimensión especial porque la acústica es muy buena y el marco es incomparable. Es una experiencia 360 grados: estética, histórica y acústica”, dice Robredo.

Guillermo Turina es consciente del “privilegio y del sueño” de tener acceso a este instrumento porque, tal y como cuenta a Efe, “no sucede nunca” y además tiene una historia espectacular y lo han tocado los mejores de esa época. Sabe que es “una joya de arte única”.