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Una antológica logra aunar la obra de Antonio López con el legado de su mujer

Una antológica logra aunar la obra de Antonio López con el legado de su mujer
Valencia —

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Valencia, 24 sep (EFE).- La Fundación Bancaja de Valencia acoge una completa retrospectiva de la obra de Antonio López desde los años de juventud, al inicio de los 50, hasta la actualidad, un recorrido por la producción del artista castellanomanchego donde, por primera vez, expone junto a su mujer, la pintora figurativa María Moreno, fallecida en febrero.

“No dudé cuando me ofrecieron exponer en Valencia”, ha asegurado Antonio López (Tomelloso, Ciudad Real, 1936) durante la presentación de la exposición, que estará abierta hasta el 24 de enero de 2021, quien ha recordado que su mujer vivió en esta ciudad hasta los 8 o 10 años y “siempre” le hablaba “de este sitio paradisíaco, de su gente, sus calles, el mar, algo que en Madrid no puedes imaginar”.

Un total de 92 obras -72 de ellas de Antonio López y 20 de María Moreno- componen esta exposición comisariada por Tomás Llorens, quien ha asegurado que es “uno de los artistas más ambiciosos que ha producido Europa”, y Boye Llorens, junto al propio artista y el entorno familiar próximo y que agrupa las obras de forma temática y en dos grandes bloques cronológicos.

El visitante puede observar obras de Antonio López desde que empezó a los 17 años, en los que, maravillado por el arte clásico, buscó configurar un lenguaje figurativo propio, y piezas donde busca captar la esencia misma de las cosas con dibujos y esculturas en torno a la figura humana, escenas de interiores, grandes panorámicas urbanas, o bodegones y membrilleros en los que reflexiona sobre la fugacidad del tiempo.

La exposición incluye dos salas dedicadas a las pinturas y dibujos de María Moreno (Madrid, 1933-2020), que reúnen escenas de interior, paisajes urbanos, vistas de jardín, flores y bodegones que evidencian tanto las afinidades como los contrastes en las propuestas temáticas y en las inquietudes plásticas de ambos artistas, su admiración mutua y su también mutuo compromiso vital.

“Mary es la antítesis de mí”, asegura Antonio López, que añade: “Yo soy ambicioso y Mary no tenía ninguna ambición, para ella la vida era más importante que el trabajo y esa forma de trabajar la hizo más libre; yo trabajo para sobrevivir”.

En declaraciones a EFE, Antonio López asegura que le ha gustado mucho cómo ha quedado la exposición. “Todo el espacio se presta a unas combinaciones maravillosas, sorprendentes”, destaca para confesar que exponer junto a su mujer “tenía que haber ocurrido seguramente antes”.

“Hemos vivido juntos muchísimos años, ahora estamos juntos en nuestro trabajo, es justo que sea así. Mary no está, no la podrá ver, yo he tenido la suerte de poder verla”, afirma emocionado y recuerda que muchas obras de su mujer están hechas en Tomelloso, donde se desplazaba en verano con sus dos hijas mientras él se quedaba trabajando en Madrid “los temas urbanos”.

Para Antonio López es “muy difícil de explicar” cómo ha cambiado tras la muerte de su mujer. “La echamos mucho de menos, nuestras hijas y yo nos acordamos mucho de ella. Mary tuvo una enfermedad muy larga, con un deterioro y padecimiento enorme, y ella ha descansado y nosotros la echamos mucho de menos. Me vale su recuerdo”.

Preguntado por cómo nos ha cambiado la pandemia, considera que hay que “cambiar un poquito las cosas” y para ello “nos tienen que ayudar nuestros gobernantes porque si no lo hacen no vamos a poder cambiar nada a un nivel general. Puedes de una manera privada apartarte, cambiar de vida, el que quiera lo puede hacer, pero para que cambie la sociedad tiene que tener una ayuda de los que nos llevan, y no sé si están dispuestos a cambiar nada”.

“Me inspiro en la vida. Tienes ojos, oídos y la misma sensibilidad, los ojos te cambian, tienes menos vigor y menos inocencia, pero el mundo me gusta, me parece maravilloso, sigo atrapado y seducido por las cosas que pasan en el mundo”, asegura el artista, quien añade: “Vivo en una ciudad antipática como todas las grandes, que es Madrid, es mucho más agradable Valencia, sin comparación, pero ahí estoy sin moverme, no pienso cambiar”.

Recuerda que de vez en cuanto acude a Tomelloso, que es el pueblo donde nació, y aquí y en Madrid, los lugares por donde se mueve, son donde halla “temas para pintar”.

“He tenido mucha suerte, he encontrado personas con las que he convivido muy buenas, he elegido un oficio fenomenal, es una buena profesión si las cosas marchan bien”, sentencia.

Por Concha Tejerina

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