Los vaqueros de Dsquared2 desatan el rodeo en Milán

La firma Dsquare2 presentó hoy en la Semana de la Moda de Milán, en el norte de Italia, sus propuestas para el hombre del próximo invierno, pensado como un vaquero del lejano Oeste que a su paso tiñó la pasarela del más puro estilo “western”.

Dsquare2 propuso una colección informal y desenfadada, en la que sus vaqueros -y alguna vaquera- lucieron esta estética con pantalones tejanos, rotos, desgastados y por encima del tobillo, o con las icónicas camisas de cuadros en rojo o tonos rosados.

En el conjunto no faltaron los bolsos y pantalones con flecos, los sombreros de ala ancha o los lazos y pañuelos al cuello, estos últimos versionados con lentejuelas.

La colección también incluyó a la mujer del próximo invierno, vaquera pero a veces también un poco india, ataviada con largos pendientes y collares de flecos o crines, con esquirlas metálicas o una suerte de camafeos que recordaban a la apariencia navaja.

Entre pantalones de cuero verde o granate, chalecos de piel y anchos cinturones se coló alguna apuesta más sofisticada, como las amplias blusas blancas con americana negra para él, de cuyas mangas asomaban por debajo otras al brazo ceñidas y de tejido brillante.

O los vaporosos vestidos de flores que ella combinará con enormes y aparatosos abrigos de piel de vaca.

El rodeo desatado por los gemelos Dean y Dan Caten rompió la tónica apacible que recorrió la pasarela milanesa en esta mañana de domingo, con las firmas Dirk Bikkembergs y MSGM, entre otros.

La primera propuso prendas muy cotidianas y sin excentricidades, muy urbanas y con cierta inspiración marinera, con gorros de lana, jerséis de cuello vuelto o sobretodo con amplísimos bolsillos.

Destacaron también las “bomber”, los abrigos de paño y las chaquetas de cuero, todo bañado por una paleta en la que el dominio del negro quedó quebrado por toques de amarillo, rojo o celeste.

Por su parte, el diseñador de MSGM, Massimo Giorgetti, se decantó por una estética casual inspirada en la Universidad y sus modelos, verdaderos estudiantes, desfilaron libro en mano ataviados con pantalones de cuadros, mochilas, chaquetas de lana, zapatillas deportivas, monos, gorros o abrigos de plumas.