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Un vermú y una pieza de Satie: matinés sin astracán

sala apolo

Carmen López

Para las personas no residentes en Barcelona o que no sean demasiado aficionados a la vida nocturna, quizá haya que comenzar explicando qué es la Sala Apolo. Situada en la Avenida del Paralelo -otrora epicentro del espectáculo de la ciudad como lo fue Montmartre en París- actualmente es una de las salas de conciertos y club nocturno más importante de la ciudad. Cada sábado por la noche una larga cola de jóvenes (y no tanto) esperan para entrar y darlo todo en sus pistas de baile hasta el amanecer.

Sin embargo, en su programación también se encuentran pequeñas rarezas que poco o nada tienen que ver con lo que sucede de madrugada en el mismo entorno. Un ejemplo es el ciclo de matinés de música clásica titulado What’s The Story Morning Glory? (sí, sí, como el disco de Oasis) que dará comienzo el próximo domingo 14 de diciembre y se extenderá hasta mayo del próximo año. Un domingo al mes el vermú tendrá como banda sonora piezas de Satie o Schubert, por ejemplo.

La programadora del ciclo es Maitane Beaumont, docente en el Conservatori del Liceu y en la Universitat de Barcelona. Ya en su época de estudiante de viola y canto lírico se planteaba por qué aquella música considerada como culta o seria tenía que darse en ciertos espacios concretos que pueden suponer una barrera para los no iniciados.

La respuesta se materializa ahora en este programa: “La idea es hacer una especie de trasvase de escenas, usos y funciones. Cambiar un poco el chip y dejar de organizar este tipo de músicas como se estaba haciendo hasta ahora. Abrir un espacio para que la gente tenga opción a escucharlas de una manera menos protocolaria”, comenta Beaumont.

Según su perspectiva, la experiencia puede ser interesante tanto para el público como para los músicos, que también vivirán el experimento de tocar en un contexto completamente diferente al que están acostumbrados. En cuanto a los asistentes, le gustaría que: “Fuese un público muy ecléctico. Gente más familiarizada con este tipo de música que vaya a ver al intérprete porque lo conoce y, por otro lado, gente más foránea que no iría a un concierto en el Palau pero, ya que se hace en el Apolo, va a probar”.

Como en el salón de casa

Estas sesiones no sólo suponen un cambio en cuanto a estilo musical, sino que también modifica las localizaciones de público y artista. En casi cualquier concierto, sea del género que sea, los músicos están sobre el escenario mientras que el público los ve desde abajo. Sin embargo, en las matinés programadas por Beaumont, músicos y asistentes estarán en platea, al mismo nivel y habrá sofás, mesitas y lámparas, como en el salón de una casa. “Es una manera de que haya una especie de cercanía, que no sea algo demasiado elevado sino más íntimo”.

Señala, por ejemplo, la sesión programada para el 15 de mayo bajo el título Love Is In The Air, en la que María Hinojosa y Esteban Mazer (canto y clave respectivamente) interpretarán obras de Monteverdi, Couperin, Mozart o Federico García Lorca rodeados por el público. “Tener a una soprano acompañada por la clave y a la que puedes mirar a la cara, a la misma altura prácticamente, puede ser algo impresionante”. Además, a través de las diferentes sesiones se podrán escuchar piezas de música clásica japonesa, improvisaciones sobre la obra de Mozart o piezas de Erik Satie y Arvo Pärt. Entre otros.

“Creo que también hay gente que es súper melómana acostumbrada a escuchar música difícil, incluso en cualquier festival que se monte aquí en Barcelona. Y puede que tenga interés en escuchar música minimalista o impresionista o lo que sea. Por eso hay que romper tabúes con respecto a esta música llamada clásica, de la que se piensan cosas como que es relajada o tranquila y luego puede que no tenga nada que ver”, apostilla Beaumont.

¿Existen precedentes?

Si en España los hay o los ha habido no han tenido demasiada repercusión. Al menos, Maitane Beaumont no encontró ejemplos representativos en su documentación previa a la programación del ciclo en el Apolo. Como referencia de alguna actividad relacionada mencionó a la iniciativa que lleva a cabo Deutsche Grammophon, el conocido como “sello amarillo”, especializado en música clásica, que sí que ha trascendido.

Yellow Lounge es una actividad que comenzó en el ambiente de los clubs berlineses a principios del siglo XXI. Su objetivo primordial es actualizar el legado de la música clásica para acercarla a nuevas audiencias con propuestas poco convencionales como sesiones de música en vivo en contextos innovadores e interacciones con nuevas tecnologías.

Pese a lo que pueda parecer de entrada, la iniciativa ha cosechado éxitos en cada sitio en el que se ha llevado a cabo y no han sido pocos. De hecho, los conciertos de Yellow Lounge se celebran a nivel internacional: de Copenhague a Nueva York pasando por Londres, Seúl o Buenos Aires. En España se ha organizado dos veces, ambas en Madrid: la primera se celebró en el Matadero en octubre de 2012 y tuvo como protagonista al pianista Francesco Tristano junto a DJ FM. La segunda fue, un año después, en el Q17 Studio con Leticia Moreno y Graham Jackson en el primer acto y con Milos Karadaglic en el segundo. Ambas convocatorias tuvieron una más que buena acogida por parte del público.

Ahora las matinés del Apolo intentarán, a nivel local, hacer que los asistentes vivan la experiencia de la música clásica desde un nuevo plano y con un vermú como acompañamiento. Un último detalle: los abrigos de chinchilla y los esmóquines son opcionales.

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