Vetusta Morla presenta libro-disco benéfico: “Había mucho olvido en Lorca”

Nunca se habían acercado a la música clásica, pero por la reconstrucción del Conservatorio de Lorca (Murcia), cerrado desde el seísmo, Vetusta Morla unió fuerzas con una orquesta en dos conciertos que ahora recoge un libro-disco y que resumen una experiencia única en lo personal y lo artístico.

“Me quedo con relatos de lo que contaban la gente y la sensación de que había mucho olvido en Lorca. Auténticas barbaridades. Gente que había perdido su casa y que aun así tenía que pagar al banco la hipoteca de una casa que no existía y al mismo tiempo alquilar otra para vivir”, explica en una entrevista con Efe Guillermo Galván, guitarrista de la banda.

“Fue una experiencia, tanto en lo artístico como en lo personal, muy fuerte”, coincide Jorge González al recordar los dos conciertos que el grupo de rock alternativo dio en Murcia en 2012 junto a la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia y cuyos fondos fueron destinados al Conservatorio Narciso de Yepes de Lorca, cuyas puertas volverán a abrirse el 10 de septiembre.

La historia de cómo un grupo de rock de Madrid se volcó en ayudar a las víctimas del terremoto de Lorca responde a la unión de pequeños esfuerzos e ideas que, como un efecto dominó, fueron sumándose hasta hacer realidad un proyecto que parecía muy difícil en un principio.

“El proyecto nace de una llamada de uno de los profesores del Conservatorio, que se puso en contacto con nosotros para utilizar la canción 'Boca en la tierra', porque querían hacer un arreglo instrumental con los profesores y los alumnos y hacer un acto para sacar algo de dinero y poner el foco sobre el problema”, recuerda el guitarrista.

Entonces, Vetusta Morla pensó que podían hacer algo más que ceder una canción para ayudar a recaudar fondos para Lorca. La sucesión de ideas fue inmediata: de arreglar varias canciones pasaron a preparar un concierto; y de actuar con la orquesta en directo, a lanzar ahora el libro-disco.

Las canciones y el vídeo de aquellas actuaciones, que ya estaban disponibles en formato digital, aparecen ahora junto a fotografías de todo el proceso, comentarios sobre cómo se compusieron los arreglos orquestales y textos de los propios protagonistas de la historia, que recuerdan cómo fue esa modesta pero inusual e importante aventura.

Porque más allá de las ganas y la voluntad que tenían por ayudar, Vetusta Morla confiesan que no conocían en profundidad el mundo de la música clásica ni sabían cómo adaptar sus melodías y armonías rock a los colores y matices de una orquesta.

Cuerdas, viento y percusión envolvieron en esas dos noches de canciones del grupo como “Copenhague” o “Un día en el mundo” para darles una identidad diferente, una nueva vida, gracias a los aportes de los diferentes arreglistas que participaron en el proyecto.

“No es lo mismo tocar 'Rey sol' entre seis personas que entre sesenta y seis”, resume González, mientras García, batería del grupo, asegura que fue “muy emocionante” sentir a “tal cantidad de músicos tocando todos juntos” una canción compuesta por ellos.

Pero más allá de lo musical, lo realmente importante fue la causa que unió a dos formaciones tan diferentes como una banda de rock y una orquesta sinfónica para recaudar 40.000 euros, algo que, según los músicos, demostró que “pequeñas sinergias de grupos pequeños de personas” pueden adquirir “una gran fuerza”.

“Sobre todo para lo que ha servido es para que la Administración se ponga las pilas y haya hecho realidad algo que tenía pinta de quedarse en tierra de nadie, olvidado”, declara Galván

El final de la historia, con la vuelta de los alumnos a sus aulas de música, no ha podido ser mejor, por lo que Vetusta Morla consideran que el resultado ha sido muy satisfactorio.

“Ni en los mejores sueños pensábamos que iba a acabar tan bien”, concluye Galván.