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Especial 9 d'Octubre

¿Puede la Comunidad Valenciana cambiar España?

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, en la presentación de la campaña institucional de 2015 del 9 d'Octubre.

Voro Maroto

La Comunidad Valenciana debe “liderar una nueva idea de España, de la España que hace suya la igualdad de las personas y se identifica con su pluralidad”. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, lanzó esa solemne idea en septiembre, en el primer debate parlamentario sobre el estado de la Comunidad Valenciana con un gobierno progresista en más de 20 años.

¿Que quiere decir Puig con una la “nueva idea de España”? Desde el punto de vista de la configuración del estado, una apuesta clara por la descentralización, la potenciación de las comunidades y la superación del actual estado de las autonomías. Hay que ir a un estado federal, estilo Estados Unidos o Alemania, con el centro cediendo competencias a la periferia. 

En ese nuevo esquema, la Comunidad Valenciana ganaría en “capacidad tributaria” –gestionaría sus propios impuestos y rompería con una  financiación autonómica insuficiente- y ofrecería “lealtad institucional” al resto del país. Así lo apuntaba Puig en su hoja de ruta para el gobierno, el libro 'El problema valenciano tiene solución. Exhaustos de ofrendar nuevas glorias a España'.

No todo, sin embargo, es atacar los problemas más urgentes del territorio: La financiación autonómica, la deuda histórica y la falta de inversiones del gobierno central -Corredor Mediterráneo, por ejemplo- básicamente. La Generalitat, y singularmente Puig, quieren huir del valencianismo rancio y folclórico que habría sido manoseado por el PP para recuperar el “orgullo de pertenencia” en base a “elementos comunes” y “visión de futuro”.

Con ese objetivo, la Generalitat ha lanzado una campaña bajo el lema 'Tots a una veu'. Y, como en 2015, las instituciones se abren a la ciudadanía durante toda la semana del 9 d'Octubre. En esa línea, y reivindicaciones políticas aparte, se apuesta por un valencianismo abierto e inclusivo, que huya de las etiquetas -plasmadas, por ejemplo, en la Ley de Señas de Identidad- del PP.

En Compromís, socio de gobierno del PSPV-PSOE de Puig en el Consell, ya han reflexionado sobre qué debe ser el nuevo valencianismo: “No valen las apelaciones a la historia, la lengua o la identidad en una sociedad con una diversidad de origenes total. Las herramientas del nacionalismo clásico no sirven, al menos aquí. Hay que reformular la identidad valenciana, reconceptualizar la identidad nacional, conforme a la sociedad del momento: plural, con inmigración, parte de un mundo globalizado”. 

Según Amadeu Mezquida, uno de los ideólogos del Bloc, partido integrado en Compromís, esa identidad, ese marco conceptual, se construirá mirando adelante, no hacia atrás: “En el caso valenciano, el pasado no nos une. Hay que hablar de futuro para superar dinámicas antiguas que no ayudan a hacer un proyecto cohesionador. Ahí encontraremos lo que nos une”.

¿Puede la Comunidad Valenciana liderar una nueva idea de España?

Vicent Baydal, historiador y autor de 'Vent d Cabylia. Històries de la història dels valencians', no es optimista. “En España hay dos centros de poder, Madrid y Barcelona, infinitamente más poderosos que Valencia. En las condiciones actuales [La Generalitat rozando la quiebra o la reputación bajo mínimos por los casos de corrupción del PP] es muy difícil liderar nada”.

“Sin embargo -sigue Baydal- por primera vez desde el siglo XVIII hay una parte de la sociedad valenciana que quiere marcar agenda en España, un hecho inédito en dos siglos. El 9 d'Octubre, una conmemoración que en los últimos 25 años se ha consolidado incluso fuera de la ciudad de Valencia, puede ayudar en ese objetivo”.

“Hay que redefinir el valencianismo tras el toque cutre por el que apostaba el PP”. Karlos Bernabé, el concejal de EU que reivindica el valenciano en Orihuela, corazón de una comarca castellanoparlante. Él ya ha explicitado su propuesta: “Una Comunitat (o País) progresista, transformadora, al servicio de la ciudadanía.... que lucha contra los recortes sociales, que quiere convivir en armonía y solidaridad con el resto de pueblos del mundo y de España”.

Javier de Lucas, catedrático de Filosofía del Derecho en la Universidad de Valencia, comparte ese proyecto valenciano que, volviendo a Puig, apuesta por “la igualdad de las personas” y la “pluralidad”. Solo ve un problema. “La igualdad inclusiva, la preocupación por los vulnerables o la insistencia en el respeto a la pluralidad está muy bien, pero no es específica del valencianismo. Es, simplemente, recuperar la tradición del liberalismo bueno, el de John Stuart Mill”.

“Me gusta que ese proyecto para liderar España, bajo esas premisas, salga de aquí”, dice de Lucas, referente intelectual sobre derechos humanos en España. Eso sí, advierte contra cualquier tentación chauvinista. “Estoy a favor de un estado plurinacional, federal o confederal pero me alejo del nacionalismo político de Compromís”.

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