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El Ágora de Calatrava sigue inacabada pese a costar el doble de lo presupuestado

El Ágora de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, obra de Santiago Calatrava.

Voro Maroto

El Ágora, una de las piezas de Santiago Calatrava para la fastuosa Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, ha costado el doble de lo inicialmente previsto (81 millones de euros, cuando el presupuesto original era de 41) y sigue inacabada a pesar de que se inauguró en 2009 para albergar un torneo de tenis, prácticamente la única utilidad que se le ha dado al recinto.

Lo recuerda el Síndic de Comptes, el auditor de la Generalitat, en el informe sobre 2015 presentado este miércoles. En él se ratifica, en línea con inspecciones anteriores, que “las desviaciones de ejecución del contrato originario (...)

fueron del 15,1%“. Lo que en principio iba a costar 41 millones en 2006 sufrió un ”modificado“ -se acordó el encarecimiento del proyecto- en 2009 de otros 35 millones.

La obra, finalmente, ha costado 81 millones de euros a cierre de 2015. Según el Sindic, con una desviación del 15% sobre lo previsto, modificado y “partidas no ejecutadas” -trabajos que finalmente no se hicieron- incluidos. Además, el Ágora sigue inacabada.

“En cuanto a la situación del Ágora a 30 de marzo de 2016, se

observan problemas de uso y mantenimiento derivados del carácter

provisional de la cubierta instalada en 2009, a la espera del montaje

de la cubierta móvil (lamas y mecanismos) prevista en el proyecto

originario“, dice el informe de la Sindicatura.

Este punto hace referencia a la larga negociación entre la Generalitat, Calatrava y el contratista de las obras para completar el proyecto original con unas caras lamas de acero. Esa opción parece finalmente desestimada por su coste -10 millones de euros- pero no hay anuncio final sobre la solución finalmente acordada, que, probablemente, será de bajo coste.

Siete años después de su inauguración, el Ágora sigue cerrada e inacabada. Su futuro, según la Generalitat, será gestionado por la empresa privada. CaixaBank quiere instalar allí su CaixaForum, un contenedor cultural.

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