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Anticatalanismo, españolismo, privatizaciones y otras filias y fobias que el PP valenciano recupera en su congreso

Los diputados del PP con senyeres en sus escaños de las Corts Valencianes tras la derogación de la Ley de Señas de Identidad.

Laura Martínez

El PP valenciano celebra este sábado su XIV congreso en el que marcará los objetivos de la nueva etapa de Isabel Bonig. Sus estatutos llevan colgados en la página web varias semanas y, a falta de enmiendas, los principios básicos ya están claros.

El nuevo PPCV, que rechaza la corrupción y a sus ejecutores y aprobará un código ético en aras de asemejarse a un partido renovador, mantiene ciertos toques que siempre han acompañado al partido, casi clásicos en su ideario. Éstas son las filias y fobias de los populares valencianos:

Recuperar la 'Ley Cotino' de protección a la maternidad

El pasado mes, les Corts aprobaron la derogación de la ley de protección a la maternidad, conocida como 'ley Cotino' por su impulsor, el expresidente de la cámara parlamentaria Juan Cotino. Esta ley equiparaba al hijo no nacido como un miembro más de la familia para solicitar ayudas y bajo este paraguas se subvencionó durante años a organizaciones antiabortistas.

Ahora, los estatutos del PP se comprometen a restaurarla. “Nosotros protegimos los derechos de los no nacidos y les dimos a los padres el apoyo necesario para que siguiesen adelante con el nuevo proyecto de vida. Ahora el nuevo gobierno del Botànic va a derogarlo y debemos ser actores activos para evitarlo, y en cualquier caso nos comprometemos a recuperar la ley que les daba amparo en el momento que volvamos a dirigir la Generalitat”, dice el borrador.

Un registro de la pobreza

Entre los compromisos del nuevo PPCV está el de “impulsar la implantación de una ‘tarjeta social’ que permita conocer en tiempo real y de forma personalizada las ayudas sociales de las que se beneficia cada ciudadano”. Esta propuesta ya se realizó tras la última conferencia de presidentes y fue calificada por algunas organizaciones como “un registro de la pobreza”, con cierto recuerdo de la tarjeta de la beneficencia. Se considera que, bajo la excusa de evitar el fraude y las duplicidades, una de las excusas más recurrentes para rechazar las ayudas sociales, este carnet estigmatiza a las personas necesitadas, acreditando que pertenecen a un “club de pobres”.

Más España y más cristianismo

Los populares valencianos aseguran que el español (sic) como lengua garantiza la cohesión social entre las tres provincias. Por ello, abogan por intensificar “aquellos vínculos que nos unen al resto de España, dado que recientemente desaparecen banderas nacionales en las alcaldías, se sugiere a las bandas de música que no toquen el himno de España, y existe un manifiesto esfuerzo por borrar elementos comunes”, ya que, según su criterio, otras fuerzas políticas han intentado dividir a los valencianos y abrir brechas.

Por ello, en los compromisos del PP destacan en diversas ocasiones la necesidad de defender las siguientes fiestas tradicionales valencianas: los bous al carrer, la caza con parany, la pilota valenciana, las Fallas, fogueres, gaiates, y aquellas otras de carácter tradicional, aunque no mencionan cuáles son esas fiestas “que tratan de importarse de otros territorios”. Sí señalan que la cabalgata de Reinas Magas (una tradición que proviene de la II de la República) es un ataque a las tradiciones y a los símbolos cristianos.

La iniciativa privada garantiza la calidad en la prestación de servicios

Entre los compromisos del PP valenciano figura también el impulso de la iniciativa privada en servicios básicos como Educación y Sanidad. Favorecer la participación de la iniciativa privada, aseguran, “acrecienta la libertad de elección, supone un gran ahorro económico y, por la competencia, mejora la calidad de los servicios públicos”. Lo cierto es que hay escasos estudios y con conclusiones dispares sobre si la gestión privada es o no más eficaz que la pública.

Investigadores como Jesús Rogero-García y Mario Andrés-Candelas apuntan en su último trabajo que el gasto por alumno en la escuela pública en 2007 era 5.348 frente a los 2.670 de la concertada, pero la diferencia se corregía mediante otros gastos y actividades extraescolares, incrementando la cuantía en la educación concertada en 1.200 euros. Los datos del INE señalan que para las familias el coste es inferior en la pública (685 euros por alumno y año) que en la privada (2.804 euros por alumno y año). Tampoco está del todo claro si la sanidad privada es más cara o barata que la pública, pero en la Comunidad Valenciana la gestión privada debe a la Generalitat más de 260 millones de euros.

'Mai mos fareu catalans'

El fantasma del catalanismo es quizá el tema que más ocupa las preocupaciones de PP valenciano. Al menos el que más ocupa sus estatutos, en los que se hace mención constante a los “ataques” del catalanismo por parte del Consell, en especial a través decreto de plurilingüismo.

Los populares se refieren a la norma de la conselleria de Educación que homologa los niveles de valenciano a los de inglés como un “chantaje lingüístico” y un “descarado maltrato a los derechos inherentes a la ciudadanía”. Esta “imposición lingüística sólo puede desembocar en división y tensión entre la ciudadanía”, explican.

Por si algún militante popular pensaba lo contrario, el PP especifica: “No formamos, ni formaremos jamás, parte de los imaginarios Països Catalans. Nuestra historia, nuestra lengua y nuestro sentido de pertenencia a esta tierra nos avalan como territorio diferenciador, único y con identidad propia”. Insiste en que Castellón, por el norte de la provincia, “es la barrera de contención del nacionalismo catalán. Los habitantes de las tres provincias son valencianos de primera y no catalanes de segunda”.

En cuanto a la lengua, más de lo mismo: “El valenciano no puede consistir en una clonación del catalán, y el español es la lengua nacional por antonomasia. Su expulsión de la vida académica es irracional y hay que restablecer la libertad personal de elección de lengua descartando los experimentos de ingeniería social”. Asimismo, promueven la denominación Reino de Valencia frente a País Valencià.

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