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Repaso a la debacle financiera valenciana

José Luis Olivas junto a Domingo Parra, imputados por el juez Pedraz

Miguel Giménez

VALENCIA —

Una de las principales consecuencias de lo sucedido en los últimos años en la Comunitat Valenciana es la 'desaparición' del sistema financiero valenciano, que contaba hasta hace bien poco con dos de las cinco cajas de ahorro más importantes de España, Bancaja y la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM), situadas tan sólo por detras de las grandes La Caixa y Caja Madrid.

A éstas habría que sumarle una tercera entidad, el Banco de Valencia, vendida por un euro precisamente a la entidad catalana. Las tres, víctimas de fusiones y gestiones cuestionables, han acabado por diluirse hasta poco menos que la desaparición.

La CAM, primera en caer

La primera en caer fue la CAM, intervenida por el Banco de España en julio de 2011, que se apropio de la entidad tras inyectar 2.800 millones de euros de capital a través del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) y 3.000 millones de liquidez, para posteriormente vendérsela al Banco de Sabadell. CAM cerró el primer semestre de 2011 con unas pérdidas de 1.136 millones de euros.

Algunas de las causas de esta debacle las encontramos en proyectos como Terra Mítica, el emblemático parque temático surgido durante el gobierno de Eduardo Zaplana al frente del Consell, que fue inaugurado en el año 2000 con una superficie de 10 millones de metros cuadrados y que entró en suspensión de pagos en 2004.

A éste se le pueden añadir Polaris World, un gigantesco complejo residencial en Murcia para el que la caja alicantina prestó 122 millones de euros; Crédito Inmobiliario de México, donde CAM enterró cerca de 300 millones; el proyecto de Francisco Hernando 'El Pocero', en Seseña, en el que se empeñaron otros 100 millones; o Novo Cancún, donde CAM arriesgó otros 114 millones de euros.

Precisamente, relacionado con varias operaciones inmobiliarias en el Caribe y en el contexto de la operación Mar Nuestro que investiga la Guardia Civil por un presunto delito de fraude fiscal, el juez de la Audiencia Nacional Javier Gómez Bermúdez ordenaba este mes de noviembre la deteción de varios exaltos cargos de la entidad alicantina, entre ellos su exdirector general, Roberto López Abad, así como varios registros.

Precisamente, López Abad llegó a ingresar en prisión al ser acusado de desviar 247 millones de euros a paraísos fiscales del Caribe, aunque salió una semana después tras abonar 1,5 millones en concepto de fianza.

Banco de Valencia

En noviembre de 2011 era también intervenido el Banco de Valencia, que tuvo que recibir 1.000 millones de euros para reforzar su capital y otros 2.000 en una línea de liquidez. La intervención de la entidad, con más de un siglo de historia y controlada por el Banco Financiero y de Ahorro (BFA), matriz de Bankia, se produjo por la delicada situación por la que atravesaba el banco que había presidido hasta octubre el expresident de la Generalitat José Luis Olivas y cuya viabilidad no estaba asegurada. El Banco de Valencia tenía un déficit de 1.140 millones de euros, gracias principalmente al hundimiento del mercado inmobiliario, cuando fue intervenido.

Un año después, en noviembre de 2012, la entidad, en la que se habían inyectado 4.500 millones de euros de ayudas públicas, era vendida por la simbólica cantidad de 1 euro a CaixaBank.

Si esto no era poco, esta misma semana se ha conocido que el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz ha imputado a los 13 antiguos miembros del consejo de administración del banco, con su expresidente José Luis Olivas y el exconsejero delegado Domingo Parra a la cabeza, atribuyéndoles un delito de falsedad contable para que den explicaciones por las cuentas de 2009, que registraban “numerosas deficiencias”.

Bancaja y su fusión

La última en desvanecerse ha sido Bancaja, el otrora buque insignia del sistema financiero valenciano que ha quedado condenado al ostracismo tras la fusión con Caja Madrid para crear Bankia. El acuerdo se gestó en 2010 para crear la mayor caja de España bajo las órdenes del exministro Rodrigo Rato, quien protagonizó la imagen de la salida a bolsa de la entidad en lo que supondría en inicio de la caída de Bankia.

Bancaja, que ha sido utilizada como financiera por la Generalitat, también ha sido víctima de la burbuja inmobiliaria, incluida también Terra Mítica, y del fútbol. Ahí están las obligaciones contraídas por clubes como el Valencia para la construcción del Nou Mestalla y la imposibilidad de éste de hacer frente a los pagos comprometidos aumentan el lastre de la exentidad financiera Valenciana por excelencia, que ha quedado reducida poco más que a la anécdota.

Escándalo de las preferentes

Por si todo esto no fuera suficiente, tanto CAM como Bancaja se han visto involucradas en el escándalo de las preferentes y la deuda subordinada, con el que gran cantidad de entidades bancarias engañaron a pequeños ahorradores. Precisamente, ya en 2011 la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores) llamó la atención a 13 bancos y cajas, entre ellas las dos valencianas, por una mala comercialización de las participaciones preferentes, advirtiendo que se estaba produciendo una “inadecuada” gestión del conflicto de intereses, “perjudicando al cliente comprador en beneficio de la entidad”.

En este sentido, ya existen sentencias judiciales que obligan a estas entidades a devolver lo invertido por los ahorradores valencianos en preferentes y deuda subordinada por las dudas generadas en la venta de las mismas que podían inducir a una confusión con plazos fijos cuando se trata de productos “diametralmente distintos”.

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