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“Facilitaremos que los vecinos del área metropolitana vengan a Valencia en bici”

El concejal de Movilidad Sostenible, Giuseppe Grezzi

Moisés Pérez / Carlos Navarro Castelló

Con casi un año de gobierno de izquierdas en Valencia, Giuseppe Grezzi (Napóles, 1973) es uno de los concejales más activos. Desde el área de Movilidad Sostenible, su intención es invertir el dominio del coche. Que el peatón, la bicicleta y el transporte público -por este orden- estén por delante del vehículo privado. Como el alcalde Joan Ribó, predica con el ejemplo: casi siempre va en bicicleta. Italiano, de Compromís y Verds-Equo, ha introducido el término “pacificación del tránsito” para definir la peatonalización del centro. Un proceso que está generando mucha polémica.

La plaza de la Reina es uno de los lugares simbólicos de la peatonalización que han puesto en marcha. ¿Cómo y cuando se abordará?

Se ha puesto en marcha un proceso para dilucidar el tema del párking, que ha pasado a ser de propiedad pública, tras terminar la concesión. Ahora hay que ver en qué estado está el aparcamiento. Pese a haber habido filtraciones de agua, las primeras impresiones de la revisión iniciada descartan una reconstrucción del párking. Solo se harán trabajos de consolidación. Y a partir de ahí, combinaremos un proyecto básico y otro participativo en el que todos los agentes estén implicados en la reurbanización en superficie. Lo que está claro es que todo será peatonal y que para ello los actuales accesos al aparcamiento se trasladarán al lateral junto a la entrada a la calle del Mar para que el centro de la plaza quede liberado. Hay que ver, además, el porcentaje de residentes, las solicitudes y si puede hacer un centro de reparto de última milla, aunque es solo una idea. La peatonalización de la plaza la Reina se acometerá en la última fase de pacificación del tráfico del centro, en año y medio o dos años.

En las actuaciones ejecutadas en el entorno de la Lonja y las Torres de Serranos se ha optado por una solución blanda basada en colocación de señales, bolardos y maceteros. ¿Habrá más adelante obras de reurbanización?

Sí, la actuación en la Lonja vendrá acompañada el año que viene de un proyecto de rehabilitación de todo este enclave por parte de la Conselleria de Obras Públicas, es decir, un proyecto uniforme que incluirá la plaza Ciudad de Brujas y el entorno de Santos Juanes y la Lonja. Se va a realizar un concurso de ideas para ver el tratamiento que se le da la plaza de Brujas, que desgraciadamente no será una plaza como tal por los huecos de las entradas de metro. Habrá que ver si es una vía para entrar al aparcamiento, para servir al mercado y para que haya paradas de autobús. La Lonja, además, necesita un tratamiento porque el pavimento y las aceras está en mal estado. Mientras hay un concurso de ideas, nosotros ya hemos trabajado.

Para poder ejecutar ese proyecto, habrá que terminar el aparcamiento subterráneo de Ciudad de Brujas. ¿En qué situación está?

Estamos esperando a que la Generalitat dé el visto bueno definitivo al borrador del convenio que acordamos para que el Ayuntamiento se lo quede en propiedad. Hemos desbloqueado una situación que estaba enquistada desde 2008 porque el PP no ponía de acuerdo al Ayuntamiento y la Generalitat sobre las formas de pago. Ahora hemos llegado a un acuerdo por el que nosotros asumiremos 11,4 millones de euros de lo que falta para acabar de construir el parking. De hecho, ya tenemos aprobado en el pleno la cuantía del primer plazo del pago, de 1,1 millones de euros. En cuanto el Consell lo apruebe, pasa a propiedad municipal y empezamos la licitación.

Hay quien no acaba de entener el proceso de peatonalización en el centro. ¿Puede explicar cuál es el modelo que se está aplicando?

Es lo que se denomina urbanismo táctico. Todo este proceso de peatonalización de la Lonja y calle de Serranos se hace con una idea: crear un sistema de entrada y salida en bucle. Es decir, que se entre por un lado y se salga por otro en círculo, evitando atajos que atraviesen el centro. Para controlar los vehículos que entran y salen, habrá cámaras de vigilancia en puntos claves. Ya estudiamos y fuimos a ver el modelo de Madrid de las área de prioridad residencial. Las cámaras incorporan un listado con las matrículas autorizadas para sancionar a los que entren sin estar validados. Eso sí, después de un período de adaptación.

Otro de los lugares emblemáticos que se pretenden peatonalizar es la plaza del Ayuntamiento. ¿Será la última actuación prevista en el centro?

Sí, estará en la última fase y estará ligado a la plaza de la Reina porque una posibilidad es que el tráfico en general de la calle de la Paz se desvíe por Poeta Querol, de forma que solo puedan seguir los que vayan al aparcamiento de la plaza de la Reina. Así eliminamos también el tráfico de la calle San Vicente. Queremos evitar que la plaza del Ayuntamiento se convierta en una rotonda. Los autobuses que entrarán en un futuro serán solo los que conectarán los intercambiadores que habrá en los márgenes. Es decir, en la Porta de la Mar, en la plaza Tetúan y posiblemente en la plaza de España o en Ángel Guimerá. Y así no habrá 15 líneas de autobuses entrando en la plaza del Ayuntamiento. Se pretende reordenar el tráfico en las calles colindantes -Sant Vicente, Barcas- y frenar poco a poco el uso de la plaza como una rotonda o como un atajo. Paulatinamente iremos reduciendo hasta la mínima expresión el tráfico en la plaza el Ayuntamiento.

¿No hay riesgo de que con la peatonalización de calles acaben ganando las terrazas y no el peatón?

No porque no vamos a dar más licencias de terrazas de las que ya hay. Y si hay alguno que aprovecha para poner más terrazas, se controlará y se sancionará. No vamos a recuperar un espacio que es bueno para las personas y los ciclistas para darlo a las terrazas. Esto no puede pasar. Hay zonas que deben ser para el disfrute de las personas. Y quizás haya que ir a un modelo de limitar las terrazas como en Russafa, sin llegar tarde como allí.

¿El modelo aplicado en Ciutat Vella se trasladará a los barrios?

Sí, lo queremos extender a los barrios, ya que en el plan de movilidad hay lugares definidos como centralidad de barrios. Especialmente, en aquellas barriadas históricas. Tenemos muchas peticiones, pero este modelo realizado en Ciutat Vella se trasladará a barrios como Benimaclet, Campanar, Sant Marcel·lí, que ya ha presentado una propuesta para recuperar la plaza. En Benimaclet ya hemos hecho varias reuniones para hacer un barrio 30, es decir, que no se pueda circular a más de 30 kilómetros por hora. Los vecinos pusieron en marcha el Benimaclet Test, que es una propuesta muy buena sobre la que trabajaremos conjuntamente con ellos. El modelo lo trasladaremos a otros barrios. En L'Eixample, por ejemplo, por su fisonomía rectangular, también se puede aplicar porque se pueden recuperar plazas para que no haya exceso de tráfico. Centralidades de barrio que ya se contemplan en el plan de movilidad.

Pese a los kilómetros de carril bici proyectados, Valencia aún está lejos del ideal. ¿Estará para 2016 el anhelado anillo ciclista?

Estará este año. De aquí a poco se licitarán las obras. Y si llegamos a tiempo, se empezarán a construir en agosto. De lo contrario, se retrasarán hasta setiembre. A parte del anillo ciclista de la ronda interior, también habrá carril bici en grandes avenidas como Marqués de Túria, Manuel Candela, Avenida de Burjassot, Pérez Galdós o Fernando el Católico. También se estudian en otras avenidas como Primado Reig.

La bici pública pretende ser un servicio metropolitano. ¿Se ha encontrado una solución para llevarlo a cabo?

Hay que tener en cuenta las limitaciones que tenemos por la concesión del Valenbisi, otorgada por 20 años por el PP. No es un servicio público, es una cosa que da a cambio la empresa por gestionar los muppis de publicidad, y solo para la ciudad de Valencia. Por tanto, nuestro margen es limitado. Pese a todo, estamos trabajando con la empresa que gestiona la bici en las localidades de alrededor para crear estaciones de intercambio, que se situarían en la corona metropolitana, en la frontera entre estas poblaciones y Valencia, en el término de la ciudad. No podemos integrar de otra manera los servicios, pero tenemos mucho interés en que los vecinos del área metropolitana venga a Valencia en bici en lugar del coche. Lo tenemos previsto para finales de este año. Lo que sí se puede integrar es la tarjeta Mobilis con distintos servicios de transporte, e incluso pagar el aparcamiento. Es una idea, pero la integración tarifaria la tendría que coordinar la Autoridad Metropolitana.

Valenbisi ha sufrido una pérdida progresiva de usuarios. ¿Como van a revertir la situación?

Sí, hemos pasado de más de 110.000 cuando se puso en marcha a 48.000. Nos preocupa porque es un modelo interesante para que la gente que no suele usar la bici empiece a hacerlo. Tiene varios problemas, ya que el sistema se instauró cuando en la mitad de ciudades que tenían bici pública cerraron sus servicios. Y nosotros no queremos que ocurra esto. Las estaciones son insuficientes, con 276 y 2.750 bicicletas. Hemos hecho que el teléfono de atención al cliente sea gratuito, hemos instado a la empresa a que haga promoción y que cambie la web. Y estamos conversando con ellos para que en las universidades y en la plaza el Ayuntamiento haya suficientes bicicletas y para que en otros lugares no haya de sobra. El problema es que por el pliego no podemos instalar más estaciones. Como mucho alguna bicicleta más y dar más rotación. También les hemos instado a que bajen las tarifas para captar más usuarios, pero ellos deciden. Es una contrata que escapa al control municipal.

¿Con la ayuda económica del Consell se ha zanjado el conflicto por el transporte metropolitano de la EMT con los alcaldes socialistas?

Sí. Hemos hecho un grupo de trabajo para estudiar el modelo y cuantificar económicamente el coste. Nosotros teníamos los instrumentos para poder hacer el servicio, pero no los recursos económicos para hacerle frente. Con ese acuerdo que reclamamos al Consell y la Diputación, los cinco pueblos que perdieron el transporte por el empecinamiento de Barberá recuperarán el servicio de la EMT. La solución, sin embargo, es transitoria hasta que accedamos al contrato-programa y definamos el modelo. Tenemos el mismo derecho que Barcelona y Madrid.

Una recuperación del transporte metropolitana que se integra en la filosofía de huir de la concepción radial que tiene ahora la EMT...

Y de crear una red. No tenemos una red de autobús, sino un conjunto de líneas. Lo que no puede ser es que para ir de un barrio a otro se tenga que pasar por el centro. Hay que desterrar esa concepción radial.

¿Prevén la creación de nuevos títulos de transporte y la creación de líneas nocturnas que funcionen toda la noche los fines de semana como sucede en otras ciudades?

Se trata de un problema de recursos. Sin más dinero, no puedes ni ampliar la plantilla, ni poner material rodante para dar un mayor servicio nocturno. Con la remodelación de las líneas de la EMT, también pretendemos ahorrar recursos que se están gastando inútilmente, por ejemplo eliminando duplicidades en las líneas y mejorando las frecuencias para ganar clientes. Lo ahorrado puede ir a ampliar este tipo de servicios. Dejando aparte el tema del aparcamiento en el carril bus, cosa que queremos debatir, el ocio nocturno se basa demasiado en el coche privado. Y hay demasiados accidentes e inseguridad vial. Si le damos un servicio con el autobús, aunque el taxi da un muy buen servicio, les damos una opción. También estamos estudiando mejorar el transporte a las pedanías. En cuanto a nuevos títulos, hemos creado el bono social y el bono infantil y de momento no hay nada más previsto.

Con la nueva filosofía de peatón, bicicleta y transporte público por delante del vehículo privado, parece ser que los taxis están olvidados.

Al contrario. Les hemos pedido que se profesionalicen y haya mayor control, para combatir el intrusismo. Queremos un taxi de calidad porque es fundamental, ya que realiza una cobertura por la ciudad muy grande y a un precio muy contenido respecto a otras ciudades. Le damos un tratamiento de servicio público. Un ejemplo es que en las zonas peatonalizadas los taxis podrán tener acceso a dejar o recoger clientes. No a buscarlos, eso sí. Además, queremos potenciar el taxi eléctrico.

Aunque sea considerado como un vehículo privado, ¿la moto puede tener un papel diferente al del coche?

Tenemos muchísimas motos, cerca de 80.000 en Valencia, más las que vienen del área metropolitana. Antes de que se nos vaya de las manos, queremos ver qué opciones damos para que puedan aparcar, y que no sea en la acera. Hemos empezado ese trabajo en la plaza del Ayuntamiento, creando más plazas, y en L'Eixample con 400 nuevas en la calzada. El objetivo es evitar que se aparque en la acera. Vamos a darles más plazas para evitar que estacionen allí, pero tenemos muchísimas motos. Hay que ver cómo las reubicamos. Y donde ponemos más plazas de motos.

Se prometió remuncipalizar la ORA en 2016. ¿Volverá a manos públicas este año?

Nosotros anulamos el concurso de la ORA que se licitó antes de las elecciones, porque implicaba la obligación de crear 10.500 plazas más que no estaban justificadas. Y ahora estamos definiendo la nueva gestión, intentando introducir nuevos modelos más tecnológicos, reduciendo la presencia de parquímetros. Según la licitación que hizo el PP, en los parquímetros se paga dentro de la concesión, pero después no revierte en el Ayuntamiento. Eso es un escándalo. Y si la contrata se va, los parquímetros se los llevará, cuando ya se han pagado. La contrata está prorrogada, y el año que viene queremos definir por qué modelo optamos: público, mixto (contratando algunos servicios) o como hasta ahora. Eso sí, recuperando siempre más control público. Estamos analizando los modelos existentes.

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