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Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana ignora la paridad en sus cargos directivos: los nueve son hombres

Varios directivos de FGV durante una reunión con la alcaldesa de Paiporta

Laura Martínez

Valencia —

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La paridad en los altos mandos de las empresas públicas todavía está pendiente de cumplir. El compromiso que adoptaron los representantes del Gobierno autonómico no ha calado en cuanto al sector público, con grandes lagunas respecto a esta cuestión.

Uno de los casos más sangrantes es el de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), en cuyo consejo directivo no hay ni una sola mujer. Y en el consejo de Administración solo hay tres personas de sexo femenino; las tres que son además miembros del Ejecutivo autonómico. En cuanto al equipo directivo, que depende de la Conselleria de Infraestructuras, nueve de los doce responsables son hombres, mientras que los tres restantes están todavía sin nombrar. 

En el organigrama de FGV, colgado en su página web y actualizado en enero de este año, figuran al mando Juan Andrés Sánchez Jordán, director gerente; Manuel Salvador Jardí, director de comunicación; José Cebrián, director de explotación; Juan Ramón Torres, director de seguridad; José Manuel Pla, director de área técnica; Antonio Cazorla, director de área de operaciones; Raúl Castellblanque, jefe de área de clientes y accesibilidad; Vicente Alcaide, jefe de área económica y financiera y José García Martínez, jefe de gestión de personal. Los puestos de responsable de gabinete, de clientes y de la delegación de Alicante están sin cubrir. 

Composición del equipo directivo al margen, en la empresa se da cierto malestar desde que el director de comunicación escribiera un comentario machista en Twitter sobre una diputada de Compromís, preguntando si era buena o “estaba” buena. La consellera de Infraestructuras, Maria José Salvador, este lunes en sus redes sociales afeaba el comportamiento a este directivo: “Me avergüenza ese comentario, cuando se hace en público y cuando se hace en privado”.

La consellera intervino en el conflicto por la alusión a la diputada Mireia Mollà y le ordenó al directivo borrar el tuit. Al día siguiente, Jardí pidió disculpas a la diputada, en público y en privado.

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