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La Generalitat Valenciana reprueba al rector de la URJC por los plagios

Fernando Suárez en su toma de posesión ante el expresidente de Madrid Ignacio González

Voro Maroto

La Generalitat Valenciana “reprueba” los plagios del rector de la Universidad Juan Carlos I de Madrid, que cortó y pegó, entre otros, trabajos de dos catedráticos valencianos de Historia Contemporánea, Emilio La Parra, de la Universidad de Alicante (UA), y Luis Barbastro, doctorado en la UA y catedrático de instituto ya jubilado.

“Apropiarse del trabajo ajeno es inapropiado y da un pésimo ejemplo a los estudiantes, a los que siempre se les pide un trabajo original”, dice Josefina Bueno,  directora general de Universidades de la Generalitat. “El respeto se gana dando ejemplo. Las acusaciones contra el máximo responsable de la máxima institución académica, la universidad, son muy graves”.

Bueno es profesora de la UA, donde ha ocupado cargos de responsabilidad, pero cree que la “autonomía universitaria no debería evitar la asunción de responsabilidades políticas cuando se dan actitudes éticamente discutible y poco responsables”. “Un ministro alemán dimitió por plagio sin que ninguna ley obligara a ello”.

¿Pediría Bueno la dimisión del rector de una universidad valenciana en caso de plagio? “Cuestionaría si debe seguir en el cargo”. El rector está obligado a comportarse de manera irreprochable, por lo que estos casos “tienen un plus de gravedad evidente”.

Suárez ha sido criticado con dureza por varios de los plagiados. También por algunos partidos -PSOE, Podemos o Ciudadanos-  que le han exigido que explique los plagios y asuma responsabilidades. Mientras, los catedráticos de Alicante han reaccionado de manera diferente. Barbastro no descarta acudir a los tribunales. La Parra se limita a afear la conducta del rector -“si tuviera honradez intelectual habría dimitido ya” - y es muy crítico con “los efectos devastadores” de estos episodios en la comunidad científica.

De momento, el rector de la URJC ha encargado una investigación de sus plagios al vicerrector al que concedió una plaza ilegal, los califica de “disfunciones” y se aferra al cargo.

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