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“Llevo desde el año 77 haciendo maquetas de barcos para el museo marítimo”

Joaquín López, es su taller junto a la maqueta que está ultimando

Carlos Navarro Castelló

Valencia —

“Las promesas incumplidas hasta ahora de los políticos sobre la creación de un museo marítimo en Valencia hicieron que estuviera a punto de quemar todas mis maquetas”.

Joaquín López ha pasado de la indignación a la ilusión. A sus 86 años, había perdido cualquier esperanza de poder ver en vida su colección de maquetas de barcos de madera, una de las más importantes de España, en el tantas veces prometido museo marítimo.

Sin embargo, tras la anunciada de la creación del Museu de la Mar en las Atarazanas, el edificio Varadero y la Casa dels Bous, una tímida sonrisa de emoción se dibuja en su rostro, aunque aún coartada por el lógico escepticismo que generan los compromisos incumplidos del pasado.

Joaquín es uno de los últimos carpinteros de ribera valencianos, un oficio (construcción artesanal de embarcaciones en madera) prácticamente en desuso.

Según cuenta, empezó a construir maquetas “allá por el año 1977, con la idea de hacer una recopilación de todas las embarcaciones valencianas para el museo marítimo del que ya se hablaba entonces, quería que la gente tuviera un buen recuerdo de cómo eran los barcos del Cabanyal”.

Tal y como explica, no hacía los barcos solo: “ Mi amigo José Carrión, portuario y muy entendido de todo lo relacionado con embarcaciones, me ayudaba con los herrajes, él fue uno de los que más interés puso en la apertura del museo y por desgracia no podrá verlo, el pobre falleció”.

Joaquín recuerda que Valencia ya albergó en su día un museo marítimo en las Torres de Serranos, donde tenía expuestos “tres o cuatro maquetas”.

Sin embargo, se desmanteló, supuestamente para trasladarlo a las Atarazanas, pero nunca más se abrió y allí quedó todo abandonado: “Todos los alcaldes que ha tenido Valencia prometieron que se abriría el museo, pero no fue así”.

Mientras tanto, Joaquín seguía haciendo sus maquetas en el edificio Varadero hasta que llegó la Copa América. Según recuerda, “gracias a la dirección de la Autoridad Portuaria me trasladaron a sus dependencias donde me dejaron un local como taller y distribuyeron mis maquetas en vitrinas por diferentes dependencias”.

Asegura Joaquín que esa decisión fue su “salvación” ya que aunque físicamente está mayor, la elaboración de estas obras de arte le mantienen “joven por dentro”.

Actualmente, termina su última maqueta, “un bergantín-goleta que es único en España” y que le ha llevado tres años de trabajo.

En total, Joaquín tiene una quincena de maquetas que pasarán a ser uno de los principales reclamos del Museu de la Mar. La elaboración de cada una de ellas le ha llevado entre dos y tres años y están aseguradas por entre 30.000 y 60.000 euros.

Este lunes, el alcalde de Valencia, Joan Ribó, junto el presidente de la Diputación de Valencia, Jorge Rodriguez, el presidente de la Autoridad. Posturaria, Aurelio Martinez y el secretario autonómico de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio, Josep Vicent Boira, entre otras autoridades, se reúnen para presentar el proyecto museísitico.

De cumplir todos ellos con su compromiso, Joaquín, el último carpintero de ribera, verá realizado su sueño: “Solo quiero que todos los valencianos puedan conocer estas obras y disfrutar de ellas”, sentencia.

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