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Llum Quiñonero y Miquel Grau, el doloroso y esperado relato de un atentado de la extrema derecha olvidado

Entierro de Miquel Grau el 16 de octubre de 1977 en Alicante.

Emilio J. Salazar

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En una semana en la que la Comunidad Valenciana ha celebrado su 9 d’Octubre, de nuevo con presencia de grupúsculos de extrema derecha, Llum Quiñonero (Alicante, 1954) ha presentado su último libro, Miquel Grau 53/1977 (Pruna Llibres), un “homenaje necesario” a su amigo Miguel, como ella lo llama, al que vio morir asesinado por el impacto de un ladrillo lanzado por el militante del partido de extrema derecha, Fuerza Nueva, Miguel Ángel Panadero mientras colocaba carteles reivindicativos del Día Nacional del País Valenciano.

“El punto de partida del libro es el atentado”, explica a eldiario la autora quien no oculta que el hecho de haber sido testigo de su muerte, junto con otros dos miembros del Moviment Comunista del País Valencià que se encontraban la noche del 6 de octubre de 1977 en la plaza Luceros de Alicante, “forma parte de la dificultad de narrar la historia porque te tienes que enfrentar al recuerdo doloroso, además de describirlo y hacerlo inteligible para los demás”.

“No me refiero solo al acto material del ladrillo sino al contexto que hizo que eso fuera posible”, señala la también autora de Nosotras que perdimos la paz (Editorial Foca). Un contexto que se enmarca en la primera manifestación “unitaria y legal de todas las fuerzas demócratas” en plena transición, y que trae como novedad la reproducción casi en su totalidad del expediente judicial del caso, que se hace público por primera vez.

“Lo cierto es que me he encontrado con que apenas había información sobre los hechos, el atentado, su muerte y el juicio”, afirma Quiñonero. Esta periodista recuerda que meses después del atentado “la versión del franquismo” les acusaba a ellos de ser los responsables de su muerte “porque estábamos pegando unos carteles y manchando la fachada de una finca”. “Todavía hay gente que lo cuenta así, que aquello fue un accidente”, explica molesta.

“Tardaron cuatro días en subir a casa de Panadero y detenerlo pese a las evidencias”, comenta. “Si no es por la presión nuestra, que nos quedamos custodiando el espacio, llamamos a los abogados y buscamos los apoyos de toda la oposición, aún seguiría libre”, asegura.  

Miguel Ángel Panadero, actualmente procurador en los tribunales de València, fue condenado a 12 años de prisión en junio de 1978 como autor material del homicidio a Grau, pero el gobierno de Adolfo Suárez le concedió el indulto en 1982, unos días después del intento de golpe de estado del 23F. “Visto desde la distancia todo el proceso que libramos fue como una batalla de David contra Goliat, ya que conseguimos que con las leyes franquistas fuera condenado pero luego el sistema lo puso en libertad justo en el momento en el que había un frenazo al proceso de las libertades y de la democracia”, rememora la exdiputada autonómica por Podemos.

Pero más allá del culpable, Llum Quiñonero centra su relato en la víctima, de la que hace una radiografía de Grau gracias también a las aportaciones de su familia: “Damos respuesta a la pregunta quién es Miquel Grau, un inmigrante procedente de la Vega Baja que había llegado a Alicante 20 años antes con su familia en busca de trabajo”, avanza.

 

El libro, publicado tanto en castellano como en valenciano, se completa con las colaboraciones de la profesora de secundaria Delia Amorós, del representante de la asociación TioCuc Aquiles Rubio, los periodistas Mariano Sánchez Soler y Pere Miquel Campos y el arquitecto Carles Dolç, coordinado por Manuel de Juan Navarro.

Homenaje

Un relato que, en definitiva, trata de “homenajear frente al olvido no solo a Miguel, sino también a toda una generación que luchó en la transición”. Para acabar con ese olvido, el tripartito que gobernó brevemente Alicante le concedió a Miquel Grau en 2015 la Medalla de Oro de la ciudad e hizo colocar una placa que constantemente sufre ataques.  

Sin embargo, a juicio de Quiñonero la administración también debería otorgarle una calle, propuesta que junto con otras contempló el gobierno local de izquierdas, pero un recurso del PP “por unos reiterados errores administrativos” ha dejado este asunto de nuevo en el olvido, rechazando esta semana el ejecutivo local, precisamente del PP, una calle para Miquel.

Miquel Grau 53/1977 nació como proyecto en 2011 y contó rápidamente con el micromecenazgo de un centenar de personas que pusieron dinero no a través de una plataforma online, sino con “el método analógico con su correspondiente bono y su número de colaboración”. “En estos años me han parado por la calle varias veces para preguntarme dónde está el libro”, confiesa. Ocho años después llega a las librerías “con retraso por los avatares de la vida, incluida la política”, asevera la que fuera diputada en Les Corts entre 2015 a 2019.

En los últimos días esta también historiadora ha sido noticia por su salida de Podemos y por su candidatura en la lista por Alicante para el Senado por Més Compromís, la coalición entre la marca valenciana de Mónica Oltra y el partido de Íñigo Errejón. “Yo terminé la legislatura y siempre he mantenido unas posiciones críticas acerca de la posición de la dirección y decidí en las últimas semanas después del fracaso en la negociación [con el PSOE] que no formaría más parte de ese proyecto, sabiendo que ha sido fundamental y que ha cambiado la política en este país”, explica ahora.

Sobre Más País entiende que “aún está por ver cómo se organiza porque no debe plantearse ninguna iniciativa que cometa los mismos errores con las prisas por las que ha pasado Podemos; mi idea es apoyar una coalición que se proponga estar dispuesta a negociar”.

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