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George H. White y la ciencia ficción en España

Dos ejemplares de 'La saga de los Aznar', escritos por George H. White (Pascual Enguídanos)

Adolf Beltran

Valencia —

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George H. White era un singular autor de una no menos singular versión de la literatura pulp. Sus personajes no se llamaban Buck Rogers, ni Captain Future. De hecho, tampoco él se llamaba George H. White, sino Pascual Enguídanos Usach, y sus libros se publicaban en una España autárquica formando parte de series como 'La saga de los Aznar'.

“El fenómeno de la novela popular se desarrolló en España sobre todo a partir de la postguerra, en una época adversa para la creación literaria y aislados de la cultura europea y americana”, explica el historiador Francesc Rozalén al contextualizar la figura de su paisano Enguídanos, el escritor valenciano a quien el Ayuntamiento de Llíria, su ciudad natal, rinde homenaje este sábado con la inauguración de una exposición, la celebración de una mesa redonda y una ofrenda floral en el cementerio con motivo del décimo aniversario de su muerte. “Cuando comenzó a publicar sus novelas de ciencia-ficción, a partir de 1953, desconocía prácticamente toda la literatura norteamericana de este género, ya que no llegaba a España por el aislamiento internacional en el que se encontraba el país”, insiste Rozalén en la semblanza del escritor.

Pascual Enguídanos nació en Llíria en 1923 y murió en 2006. Casi nadie sabía que aquel hombre discreto que formaba parte de la directiva de la Unió Musical (algo significativo en una ciudad donde se vive la música con pasión), que publicaba eventualmente en el libro de fiestas o colaboraba en la emisora local de Radio Juventud era el autor de muchas de esas novelas populares que se compraban en los mercadillos a precios baratos. Hasta 368 títulos publicó, 129 de ellos en el género de la ciencia-ficción, 149 del oeste, 47 novelas bélicas (por las que sentía especial orgullo, ya que creía que estaban bien escritas y planteadas), 34 novelas policiacas y 9 novelas rosas.

Trabajaba para la Editorial Valenciana, un sello sin el que no puede entenderse la eclosión de la escuela valenciana de historietistas gráficos. Uno de ellos, Matías Alonso, fue el responsable de buena parte de las portadas de los libros de Enguídanos, que acabó fichando también por la editorial Bruguera. “Al principìo cobraba 1.500 pesetas por cada novela y él escribía al ritmo de dos al mes. A finales de los cinuenta ya cobraba 3.000 pesetas por libro”, cuenta Rozalén. “Desde la editorial le recriminaban que era demasiado lento. Otros producían un título a la semana”.

Enguídanos no solo era más lento sino que escribía mucho mejor que la mayoría de los autores. “Era meticuloso y perfeccionista”, comenta Rozalén, quien dibuja el perfil de un personaje culto, que había leído a Jules Vernes o H. G. Wells, pero también a Dostoyevski o Agatha Christie, a Zola o a Blasco Ibáñez, y que estaba dotado de talento para la escritura. Empezó a publicar en los años cincuenta y a inicios de los sesenta ya tenía claro que, con la aparición de la televisión, las cosas nunca volverían a ser iguales.

En 1964 entró a trabajar en Valencia como funcionario de Obras Públicas, actividad que compaginó con la de escritor casi secreto. De todas sus novelas, algunas de ellas traducidas en su momento al portugués para el mercado brasileño, Enguídanos, que también utilizó el pseudónimo extranjerizante de Van S. Smith, tuvo especial éxito en el género de la ciencia-ficción. Editorial Valenciana creó la colección 'Luchadores del espacio' para sus libros y él inventó una serie, 'La saga de los Aznar', que se convertiría en su obra de más éxito. Compuesta por 54 novelas que publicó en dos etapas (una primera entre 1953 y 1958 y una segunda, en la que revisó los textos, entre 1973 y 1978), recibió por ella en 1978 el premio a la mejor serie en la Convención Europea de Ciencia Ficción.

Esa saga, una auténtica space opera cuyo primer protagonista era el aviador Miguel Ángel Aznar de Soto y que encadenaba historias futuristas de mundos perdidos, invasiones alienígenas y guerras entre planteas para crear una epopeya galáctica, ha acabado convertida en una referencia de culto. La aparición de Internet, como destaca Rozalén, provocó un “renacimiento o un redescubrimiento” de la obra de Enguídanos, que en 1994 había recibido el premio Ignotus a la labor de una vida por parte de la Asociación Española de Fantasía y Ciencia Ficción y ya en 2003 fue galardonado con el premio Gabriel en el Congreso Nacional de Fantasía y Ciencia Ficción.

Grupos de aficionados, blogs especializados y páginas dedicadas al género reivindican y comentan la obra de Enguídanos desde hace años. De 'La Saga de los Aznar' ha llegado a decir algún editor que es “la serie española de ciencia ficción del siglo XX, por extensión, valor literario y reconocimiento internacional”. Se trata de la obra de un escritor que reflexionaba así en una entrevista en los años setenta sobre las condiciones materiales de su oficio comparado con la literatura popular de bolsillo en Estados Unidos: “Por cien mil pesetas también habría en España muchos escritores de ciencia ficción muy buenos. Uno podría dedicar seis meses a escribir su novela, en vez de seis días. ¿Os dais cuenta de la enorme diferencia que existe entre un escritor español y otro norteamericano?”. InstanceBeginEditable name=“doctitle”

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