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Podemos: Amenaza de terremoto en la política valenciana

Asamblea de Podemos en Valencia tras las elecciones europeas.

Moisés Pérez

Con fuerza. Así irrumpió la nueva formación política, Podemos, en el panorama político estatal tras la celebración de las elecciones europeas, consiguiendo 5 escaños con tan solo 3 meses de existencia. Un golpe al tablero político que también se dio en el País Valenciano: Podemos, obtenía un 8,24% de los votos y se convertía en quinta fuerza política, por delante de Compromís, la formación valencianista que anhela el sorpasso al PSPV-PSOE en las próximas elecciones autonómicas.

Una irrupción potente e inesperada, sí confiábamos en las encuestas, que tanto a nivel estatal como valenciano ha alterado el paisaje político. Si a nivel estatal ha forzado a IU a reaccionar con la apuesta de celebrar primarias y aumentar la presencia mediática de sus líderes, en el País Valenciano ha desfigurado la idea del tripartito de izquierdas para desahuciar al PP del Palau de la Generalitat. Además, el quedar por detrás de la nueva formación emergente, ha supuesto que se desaten ciertos temores en Compromís, donde muchos militantes y dirigentes presionan a su animal político, Mònica Oltra, para que sea cabeza de lista de la coalición y así contrarrestar la emergencia fulgurante de la formación liderada por Pablo Iglesias.

Razones de su éxito

25 de mayo de 2014, 11 de la noche y todos se hacen una pregunta al ver los resultados electorales ¿Cómo ha conseguido Podemos con tan poco tiempo ser la cuarta fuerza más votada? Una pregunta que en el País Valenciano se hacen al ver, como la formación impulsada por Pablo Iglesias y sin apenas estructura territorial, podría obtener 7 escaños en las Corts Valencianas, haciendo una proyección autonómica de los resultados de los comicios europeos.

“Al parecer el éxito de Podemos se debe fundamentalmente a la combinación de la crisis económica con la crisis política”, explica Jordi Muñoz, doctor en Ciencia Política por la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona. Una explicación de su éxito que no tiene claves territoriales propias y que para Jorge Galindo, investigador en el departamento de sociología de la Universidad de Ginebra y miembro del colectivo Politikon, radica en que Podemos fue “la única alternativa capaz de jugar de manera creíble la carta del cambio total sin ningún coste asociado”.

Asimismo, el discurso anti-establishment o contra la casta de la formación capitaneada por los politólogos Pablo Iglesias, Iñigo Errejón o Juan Carlos Monedero, también fue clave en su éxito electoral. “Podemos ha sabido captar el descontento ciudadano por la clase política en general, y por los partidos tradicionales en particular”, analiza Sandra Bravo, asesora en comunicación y especialista en marketing político, quién también atribuye el resultado de Podemos a la figura mediática de Pablo Iglesias que, según ella, “encarna un liderazgo fuerte y ligado con la calle”.

Un resultado en los comicios europeos, que según afirma Galindo, con cautela y a la espera de las encuestas postelectorales, ha sido gracias a qué ha conseguido captar un voto no solo proveniente de otros formaciones de izquierdas como el PSPV-PSOE, Compromís o EU, sino también el de nuevos votantes “jóvenes y abstencionistas”. Además, el fenómeno de Podemos, se antoja más potente “en los barrios populares y en las zonas urbanas, aunque ha tenido una penetración muy transversal”, indica Muñoz.

Para Bravo, el perfil del votante de la formación sorpresa en los comicios europeos, se encuentra “entre los 18 y 25 años y entre el grupo de edad de 35 a 54 años. Mayoritariamente hombres –aunque sin mucha diferencia con las mujeres- trabajadores y con estudios superiores o que hayan acabado la secundaria. Ideológicamente se ubican en la izquierda”.

¿Éxito coyuntural o actor clave?

El surgimiento destacado de Podemos en unas elecciones de segundo rango, como son las europeas, hace preguntarse si la formación puede ser un actor clave en la configuración de un posible gobierno de izquierdas en el País Valenciano o su éxito es coyuntural. Para ser un actor clave, Podemos debe consolidarse territorialmente en el País Valenciano, donde cuenta con más de 25 círculos en diversas ciudades y donde su cara más visible es Sandra Mínguez, junto con la eurodiputada nacida en Valencia Lola Sánchez.

Para asentarse en territorio valenciano, según Galindo, debe enfrentarse a dos retos: “A corto plazo, debe consolidar un estructura de partido eficaz, eficiente, controlada -no reñido esto con la democracia interna- y de implantación homogénea. A medio plazo, debe detallar más su programa y posicionarse”. Retos que Muñoz aglutina en un gran desafío que debe superar la nueva formación: “Consolidarse organizativamente sin perder su potencia política actual”.

¿Redefinición del mapa político valenciano?

Sin obviar el reto de consolidarse organizativamente y de posicionarse en temas conflictivos y en las posibles alianzas o pactos que marcarán el devenir político de la próxima legislatura en las Corts Valencianas, la aparición del fenómeno de Podemos puede desgastar a sus competidores en el espacio de la izquierda.

Compromís, tras quedar por detrás de la formación liderada por el mediático Pablo Iglesias, aunque aumentó votos respecto los otros comicios europeos, alberga cierto nerviosismo en sus filas. Tanto es así, que a los análisis hechos sobre el fenómeno por dirigentes del partido, se suma la presión de muchos militantes para que Mónica Oltra se presente a las primarias para encabezar la lista de la formación valencianista. Todo, para poner al frente a un candidato con una proyección mediática comparable a la de Iglesias a nivel estatal y competir con Podemos y el resto de la izquierda, que no tiene un líder mediático tan destacado en el País Valenciano.

Además, Podemos puede ser un problema para la coalición valenciana, porque una parte del voto de esta formación elige esta opción al ver en ella “una alternativa novedosa y sin ataduras frente al supuesto establishment”, explica Galindo. “Compromís ahora no puede competir con Podemos en ese eje novedad-antigüedad, que ha dado una fuente considerable de apoyos a la formación”, afirma.

Pero, la irrupción de Podemos no solo puede afectar a Compromís. El PSPV-PSOE, puede ser el principal damnificado de la irrupción de Podemos, debido a que parte del voto de la nueva formación proviene de los socialistas que son vistos como un partido del statu quo. Esquerra Unida, a su vez, también puede ver como su crecimiento se frena por la existencia de un nuevo competidor en el mapa de la izquierda valenciana. La identificación de estos dos partidos con las viejas formas de hacer política, puede provocar “una fuga de votantes de izquierdas descontentos”, apunta Bravo.

Una emergencia, la de Podemos, que puede verse truncada en el País Valenciano ante la posibilidad de acabar con dos décadas de gobierno conservador y que puede despertar un voto estratégico en el electorado junto con la falta de un líder valenciano. “Todos los ciudadanos de izquierdas van a tener muy en cuenta que es posible echar al PP. Y votarán en consecuencia. Además, Podemos apenas tiene cara y ojos más allá de la cúpula de Madrid”, analiza Galindo. Un reto mayúsculo para la formación de color morado, pero que de superar los difíciles obstáculos, puede reconfigurar el panorama político valenciano.

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