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El drama más oculto de las aparadoras sin cotizar, sin pensión de orfandad para sus hijos cuando fallecen

Luís en una imagen del vídeo producido por Joni Rubio.

Emilio J. Salazar

Alicante —

Las aparadoras han pasado en pocos años de ser invisibles a estar al frente de las reivindicaciones laborales. Sus denuncias, recogidas por diferentes asociaciones de la provincia de Alicante, han hecho hincapié, sobre todo, en la acentuada precariedad de un sector que al haber trabajado en negro, se encuentra con que no tiene derecho a una pensión por incapacidad o a jubilación. Ahora también se preguntan qué pasa con los derechos que deberían heredar sus familiares en caso de fallecimiento.

La Asociación de Aparadoras de Elda-Petrer ha denunciado este lunes el drama que dejan las trabajadoras del calzado en caso de muerte. Ellas, en vida, no han accedido a ninguna pensión. Sus hijos y su marido, cuando mueren, tampoco; ni a la de orfandad ni a la de viudedad. Así lo ha relatado en primera persona Luís, cuya mujer feneció el pasado 12 de octubre de 2018.

En un vídeo difundido en redes sociales, este hombre, visiblemente compungido, explica que después de trece años de dura lucha contra un cáncer de mama, luego otro que le repitió a los diez, su esposa Carmen falleció “tras una vida trabajando como aparadora donde prácticamente no había cotizado”.

Tiempo después le explicaron que podía solicitar tanto la pensión de viudedad como la de orfandad para sus dos hijos, de 21 y 17 años. “Pero me lo denegaron por no cumplir con los requisitos: estar cotizando en el momento del fallecimiento y tener 15 años cotizados”.

Su mujer, como él, de la pequeña localidad de Monóvar, ha estado trabajando en el calzado desde los 15 años. Recuerda Luís, de 54 años, que sí que estuvo cotizando una temporada en una empresa “pero después de la baja maternal pasó a trabajar desde casa, es decir, sin cotizar”.

De hecho, antes de que la enfermedad le impidiese continuar con su día a día, Carmen seguía ejerciendo como aparadora en su domicilio gracias a la faena que le facilitaba un empresario que estuvo en su entierro. Pero como no estaba dada de alta, esta última actividad laboral tampoco ha sido tenida en cuenta por la Seguridad Social.

En Navidad del año pasado Luís presentó la primera solicitud para reclamar las pensiones. Se la denegaron, reclamó y se la volvieron a denegar. Entonces pensó en ir a la Justicia, pero su abogado le recomendó que mejor no diera ese paso: “con lo que tenemos no hacemos nada”.

“Mi mujer murió con 53 años, pero solo consiguió cuatro años de cotización”, explica este hombre en el audiovisual. “Mi madre también ha sido aparadora y veo que esto es otra historia más que añadir a las muchas que sufren las chicas de este sector, ellas y su familia”, añade. “Ella se ha ido, pero esto afecta a sus hijos, pido que sus hijos tengas los mismos derechos que otros”, concluye.

Al Congreso

Preguntada a la presidenta de la Asociación de Elda y Petrer, Maite Rodríguez señala que pretenden llevar el vídeo al Congreso de los Diputados “con la intención de ayudar a Luis y a todas las personas que están siendo afectadas por esta situación, que son muchísimas, entre las mujeres y hombres del calzado”, explica.

“Ya no estamos hablando de demandar cobrar una jubilación, es que si te pasa esto, se te muere la mujer o el hombre, lo sufren tus hijos y tu familia, por ello es urgente que despertemos consciencia”, reclama.

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