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1.100 vecinos piden retirar los análisis de ADN de perros obligatorios y acusan al concejal de querer lucrarse

Alfonso Rus, alcalde de Xàtiva, y Enrique Perigüell, concejal de Medio ambiente y propietario de la empresa

Toni Cuquerella

Vecinos de Xàtiva han presentado alrededor de 1.100 firmas este jueves en el Ayuntamiento de la ciudad para pedir la retirada del ordenanza municipal que obliga a los propietarios de animales de compañía a hacerles un análisis de ADN para tenerlos identificados en caso de que los animales ensucien con excrementos la vía pública. Pero además estos vecinos acusan al concejal impulsor de la iniciativa de querer sacar beneficio privado con la ordenanza que él mismo ha impulsado.

Esta instancia se ha presentado la semana después de que estallara el escándalo de saberse que el regidor de Medio ambiente de la ciudad, Enrique Perigüell, impulsor de esta ordenanza, había creado una empresa que tiene como objeto comercial precisamente la gestión de la identificación de los excrementos. Este escándalo ha hecho que Perigüell anuncio que presentará su dimisión.

Una vez estallado este caso los vecinos que han promovido la iniciativa han pedido tanto que se revise o incluso se revoque la ordenanza para un futuro. Además han criticado que este análisis de ADN tenga que costar dinero a los propietarios y por lo cual la han calificado como “amoral” y apuntan que Perigüell habría podido incurrir en “mala praxis” en su cargo y que su dimisión “no basta”. Llegan a acusar al concejal de que “albergamos dudas sobre si su gestión se fundamentó con el objetivo de lucrarse en un futuro inmediato. Por eso, pedimos la revisión del ordenanza”.

Los mismos vecinos también han criticado que no se ha pedido la opinión a los propietarios de mascotas en ningún momento para impulsar esta ordenanza, además de reclamar más transparencia para saber tanto con qué presupuesto se cuenta para este plan, así como también para saber a qué empresas se adjudican los trabajos de gestión.

Por otra parte lamentan que las tareas “pedagógicas” de concienciación han sido “escasas” para conseguir una ciudad más limpia, y que con esta medida más coercitiva “ahora los propietarios de perros somos vistos por nuestros conciudadanos como poco menos que delincuentes. Se ha promovido la crispación ciudadana, y esto se podría haber evitado con mucha antelación”. Además recuerdan que este plan de identificación genético no es necesario porque los animales ya disponen de chip con una numeración única e intransferible asociada al can.

Finalmente apuntan que los ciudadanos irrespetuosos “tienen que ser advertidos y sancionados, pero que las multas estipuladas de 300 euros ”da a entender que se trata de una medida recaudatoria más. Los aseguramos que sanciones inferiores son igualmente efectivas“.

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