La Marina ganará 6 kilómetros de carril bici con la conversión del circuito urbano en una gran plaza peatonal
El caótico y confuso entorno urbano que dejó el circuito urbano de Fórmula 1 en el entorno de la Marina de València, dificultando la accesibilidad al recinto, dará paso a un bulevar ajardinado y peatonal de un kilómetro de longitud y de unos 12.000 metros cuadrados.
El proyecto incluye la rehabilitación del tinglado 2 del puerto y la creación de 6 kilómetros de carriles bici que conectarán con los barrios colindantes y con las principales vías de acceso, como la avenida del Puerto o J. J. Dómine. También un circuito de running de otros 6 kilómetros, además de juegos infantiles y un skatepark.
Además, se ordenará el estacionamiento, el cual pasará a ser rotativo y de pago, y las circulaciones interiores de La Marina.
Los vehículos que ahora estacionan de forma irregular se dispondrán en una sola hilera delimitada en la calle J. J. Dómine y se corregirá la duplicidad del tráfico de paso existente entre el vial de servicio y los viales urbanos.
La reunión del consejo rector del Consorcio València 2007, entidad gestora de la Marina de València, dio este lunes el visto bueno al proyecto de reurbanización del recinto, pese a la negativa del Gobierno central a participar en la financiación de las obras.
La actuación asciende a 1,4 millones de euros que en principio solo financiarán al 50% el Ayuntamiento y la Generalitat, pese que el Estado controla un 40% del Consorcio (la Generalitat tiene otro 40% de participación y el Ayuntamiento el 20% restante), un hecho que criticaron tanto el alcalde de València, Joan Ribó, como el conseller de Hacienda, Vicent Soler.
Aunque desde el Gobierno central aseguraron que en la reunión previa para acordar los puntos del orden del día ya se acordó que la obra correría a cargo de la administración local y autonómica, no dieron explicaciones de la ausencia de financiación estatal para el proyecto.
En el encuentro se desbloqueó también la situación del antiguo varadero para que pueda acoger el Museo del Mar y se acordó el derribo una de las bases abandonadas de Iberdrola, a espaldas de los tinglados 4 y 5.
