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Axel Honneth, en València de la mano de la Institució Alfons el Magnànim

Axel Honneth

Gustau Muñoz

Valencia —

En 1999 se publicó en València, en la editorial Tàndem el libro de Axel Honneth Desintegració. Fragments per a un diagnòstic sociològic de l’època. Ahora, dieciocho años después, ha aparecido del mismo autor y también en València, un libro significativo: La idea del socialisme. Assaig d’una actualització, publicado por la Institució Alfons el Magnànim. La relectura (o la lectura, en su caso) del primero y la lectura del segundo son sumamente ilustrativas i merecen algunas reflexiones.

Si el primero planteaba las perplejidades solo incipientes de lo que ya se percibía como un cambio de época, porque publicado originalmente en 1995 aún debatía temas como la postmodernidad o la individualización en un contexto analítico cauteloso pero más bien “estático”, el segundo aborda directamente la reformulación de la idea de socialismo, en una época disruptiva, como una necesidad perentoria para pasar de la indignación irritada a imaginar “un estado social más allá del capitalismo”.

Axel Honneth (Essen, RFA, 1949) es uno de los grandes intelectuales europeos de referencia. Pertenece de lleno a la tradición de la Teoría Crítica, a la Escuela de Frankfurt, ya en tercera generación. Estudió filosofía, sociología y germanística en Bochum y Berlín y comenzó su prolongada trayectoria académica como asistente en el Instituto de Sociología de la Universidad Libre de Berlín. Posteriormente sería ayudante de Jürgen Habermas en la Universidad de Frankfurt y más adelante catedrático de filosofía social en esta misma universidad. Actualmente es director del Instituto de Investigación Social, matriz institucional de la Escuela de Frankfurt. Y ya emérito de la Universidad alemana, ha pasado a ser catedrático de Humanidades en la Universidad de Columbia, en Nueva York.

Entre tanto ha ido publicando obras sustanciales y se le considera el teórico más destacado del “reconocimiento”, un concepto de raíz hegeliana que ha dado mucho juego como herramienta per analizar y situar algunos de los conflictos sociales clave de nuestro tiempo. De hecho, compiló con Nancy Fraser un volumen con el título Reconocimiento o redistribución? Que retomaba el debate, muy vivo, a propósito de la contradicción –o complementariedad- de ambos enfoques: el reconocimiento moral del otro o la lucha social por la redistribución económica. Honneth había publicado antes una de sus grandes obras: La lucha por el reconocimiento: gramática moral de los conflictos sociales. Y antes todavía Crítica del poder, la primera obra importante. Y más recientemente Patologías de la razón y Patologías de la libertad. En fin, una obra extensa que actualiza los planteamientos de la Escuela de Frankfurt, que trata de ir más allá de la acción comunicativa de Habermas y que aporta un pensamiento abierto, de raíz filosófica y orientación crítica con el análisis social como centro de atención. Recientemente ha publicado Cosificación, una obra capital sobre y a partir de un concepto clave del marxismo occidental.

Es sin duda una ocasión afortunada poder escuchar a Axel Honneth en València, en un acto organizado por la Institució Alfons el Magnànim-Centre Valencià d’Estudis i Investigació. Una iniciativa que hay que saludar y que recuerda

-permítaseme decirlo- aquella ocasión en que la IVEI (Institució Valenciana d’Estudis i Investigació) organizó una conferencia de Jürgen Habermas en un salón de actos de la Facultad de Económicas lleno hasta los topes. La historia es reivindica.

El libro publicado ahora por la IAM exige una lectura atenta. Volver a pensar el socialismo es de una urgencia absoluta. Sin ideas rectoras fuertes, sin orientación crítica, si enraizamiento en la historia y en la teoría, vamos a ciegas. No basta la indignación, ni la protesta, hay que volver a construir una alternativa de conjunto. La socialdemocracia, por desgracia, ha renunciado a la crítica del presente, sin darse cuenta de que no hay socialismo sin crítica del capitalismo, y que si no se ofrece otra cosa que el maquillaje superficial de un estado de cosas desastroso, si se aceptan todos los imperativos del poder establecido, los viejos fantasmas lo tienen muy fácil para hacerse con los restos del naufragio. Las nuevas fuerzas sociales y políticas, que han renovado con fuerza el panorama en nuestro país, deberían aprender esta lección. Una buena dosis de pensamiento crítico y de teoría frankfurtiana son más necesarios que nunca.

La historia de la Escuela de Frankfurt es ya prolongada i apasionante Per supuesto que también contradictoria y compleja. Han pertenecido a ella algunos de los grandes nombres de la cultura occidental, de los más interesante (Horkheimer, Adorno, Marcuse, Benjamin, Pollock, Kracauer, Fromm, Grossman, Neumann, Habermas, Honneth, Benhabib, Dubiel...). Su papel en la civilización intelectual de Alemania y Europa después de la guerra mundial ha sido clave. Su influencia entre nosotros ha sido desigual. Pero siempre ha ejercido un magnetismo innegable, por razones que sería largo explicar. También esta cuestión es apasionante. A manera de incitación para pensar tantas cosas como sugiere el libro y la trayectoria de Axel Honneth, el jueves 30 tenemos una vita inexcusable con él. Gracias, de nuevo “al Magnànim”.

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