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Los derribos de fincas ruinosas darán paso a la rehablitación de 40 viviendas en el Cabanyal a final de año

Derribo de un edificio en ruinas en el Cabanyal

Carlos Navarro Castelló

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Los derribos de edificios en ruinas iniciados este lunes en la zona cero del Cabanyal darán paso a las ansiadas rehabilitaciones de viviendas de propiedad municipal, una de las actuaciones más demandadas por las entidades vecinales para evitar su ocupación ilegal y para revitalizar el barrio.

Así lo han confirmado a eldiario.es fuentes de la Concejalía de Patrimonio del Ayuntamiento de València, según las cuales, además de la demolición del primer edificio en la calle San Padro 57, donde se ubicará un centro cívico que será diseñado de forma participativa junto a la vecindad del barrio, se ejecutará un nuevo derribo dentro de un mes en San Pedro 103 y otros dos en San Pedro 93 y San Pedro 107, estos dos últimos a cargo de la empresa pública Plan Cabanyal. En los solares resultantes se contruirán viviendas públicas de alquiler social.

Las mismas fuentes han explicado que a finales del presente año o principios del que viene arrancará la rehabilitación de 40 viviendas de propiedad municipal que se destinarán a alquiler social, además de una dotación pública destinada a servicios sociales.

Estas obras tendrán unos plazos que van desde los 4 hasta los 12 meses y están cofinanciadas por el Ayuntamiento y la Generalitat, a través del Plan Confianza y el ARRU. En total, se destinarán 7’5 millones de euros, cuatro para rehabilitar viviendas de propiedad pública y 3,5 para subvencionar rehabilitaciones de propiedad privada.

Al respeto, la concejala de Patrimonio y portavoz municipal de València en Comú, María Oliver, se ha mostrado satisfecha con el inicio de estas actuaciones teniendo en cuenta que “el servicio tiene técnicos desde principios del presente año”.

Oliver ha comentado que “en un año se podrá una acción bastante intensa en el barrio, aunque las dotaciones llevan un ritmo algo más, entre otras cosas, porque está pendiente de aprobación el planeamiento del Plan Especial”.

La edil ha asegurado que entiende “el malestar y la impaciencia de los vecinos, sobre todo por el día a díaen el barrio, no solo por la falta de civismo, sino por situaciones que rozan la violencia”.

Al respecto, ha explicado que el hecho de que muchas de las inversiones sean cofinanciadas entre diferentes administraciones también ha retrasado los plazos al ser su tramitación mucho más farragosa: “entendemos que a partir de ahora todo se va a acelerar”.

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