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“Es muy difícil recuperar la economía valenciana sin un sistema bancario propio”

Vanessa Campos y Joan Ramon Sanchis, en la Facultad de Economía de la Universidad de Valencia.

Voro Maroto

Joan Ramon Sanchis Palacio, Catedrático de Organización de Empresas de la Universitat de València, y Vanessa Campos, profesora de economía en esa misma universidad, acaban de presentar un libro sobre una de las pocas entidades financieras valencianas que ha sobrevivido a la crisis de 2008. “Caixa Popular. Un modelo de banca cooperativa, social y diferente” (Editorial Vincle) es un alegato por una banca próxima, ética y sostenible frente a la codicia de la mayoría del sistema financiero.

Bancaja, CAM y Banco de Valencia han desaparecido. ¿Existe algo parecido a un sistema financiero valenciano?

Aunque una parte importante del Sistema Bancario Valenciano ha desaparecido como consecuencia de la crisis finaciera y de las medidas de reestructuración adoptadas por el Ministerio de Economía, todavía queda un núcleo de cooperativas de crédito y cajas rurales valencianas que siguen operando en el territorio valenciano y lo más importante es que lo están haciendo financiando directamente las actividades productivas, sin entrar en la financiación de inversiones especulativas. Su arraigo al territorio como banca de proximidad, las convierte en entidades bancarias claves para la recuperación de la economía valenciana. Una de estas entidades es Caixa Popular, una cooperativa de crédito que a la vez es de trabajo asociado, es decir, que más del 90% de sus trabajadores son socios, y que es de segundo grado, es decir, que tiene más de 100 cooperativas industriales y de servicios asociadas a ella y con las que mantiene una relación directa de cooperación. Caixa Popular opera en ocho comarcas valencianas diferentes, de manera que además de evitar la exclusión financiera, fenómeno que se está acrecentando debido a la concentración del sistema financiero, contribuye al desarrollo económico y social del territorio, revertiendo una parte de sus beneficios económicos en el patrocinio de actividades sociales, culturales, artísticas y deportivas y contribuyendo a potenciar el comercio local.

El IVF, el instrumento financiero de la Generalitat, tampoco goza de buena salud. ¿Por qué? ¿Creen que se podría transformar en un banco público como plantean algunos partidos políticos?

El Institut Valencià de Finances ha sufrido también los efectos de la mala gestión del Partido Popular Valenciano y ha estado vinculado a acciones de corrupción y negligencia, lo que lo ha llevado a la quiebra. Aunque no se sabe exactamente cuál es su situación financiera por falta de información y de transparencia, lo cierto es que se va a necesitar mucho dinero para su saneamiento, lo que quizás no sea viable, al menos durante los primeros años del nuevo Gobierno valenciano, dado que habrán otras prioridades mucho más relevantes. En este sentido, plantear su transformación en un banco público para acometer las necesidades financieras de la economía valenciana, seguramente sea algo muy poco realista, dado que además de su saneamiento, habría que solicitar la ficha bancaria al Banco de España, el cual muy probablemente no lo aceptaría.

Sin embargo, es mucho más viable aprovechar los recursos que ya existen, y en ese sentido, sería mucho más factible plantear un plan de apoyo y desarrollo de la red de oficinas bancarias existente en la actualidad procedente de las cooperativas de crédito y cajas rurales valencianas. Las cooperativas de crédito valencianas están amenazadas y podrían desaparecer si desde Madrid se lleva a cabo una reforma legal en la misma línia que se ha hecho con las cajas de ahorros, reforma legal que por cierto ya tienen preparada desde hace meses. En este sentido, lo que debería hacer el nuevo gobierno valenciano salido de las elecciones del 24 de mayo, es aprobar un Plan de expansión de las cooperativas de crédito y cajas rurales valencianas a lo largo de sus diferentes comarcas, con el fin de dar soporte financiero a los diferentes sectores económicos. Deberían mostrar su apoyo incondicional a esta clase de bancos cooperativos y evitar que desde Madrid y desde otros ámbitos acaben por fagocitar las entidades de crédito genuinamente valencianas que aún nos quedan.

¿Puede haber una 'recuperación valenciana' sin sistema financiero propio?

Es realmente difícil recuperar la economía valenciana sin un sistema bancario propio, dado que este es el que realmente conoce las necesidades de financiación de la agricultura, la industria y los servicios del País Valenciano y el que está en disposición de financiar dichos sectores en las condiciones adecuadas. Las cajas rurales vienen financiando desde hace ya más de 100 años a la agricultura valenciana, en especial a las cooperativas agrarias y a sus socios, y son las que sostienen el desarrollo rural. Y cooperativas de crédito como Caixa Popular son las que dan soporte financiero al cooperativismo de trabajo asociado valenciano desde hace casi 40 años, un cooperativismo que ha demostrado durante todos estos años de crisis ser mucho más resistente al destruir empresas y empleo en unos 10 puntos por debajo del resto de empresas. Las cooperativas han demostrado tener una capacidad de adaptación mucho mayor y en base a un modelo productivo sostenible y basado en las personas y el trabajo estable y de calidad, están aguantando mejor la crisis. Es por esto que para recuperar la industria valenciana sería necesaria la implementación de un Plan de empresas recuperadas, que consistiría en transformar las empresas de capitales en crisis en cooperativas de trabajo asociado y sociedades laborales, contribuyendo así a la recuperación de la economía valenciana a través de la Economía Social. Este Plan de empresas recuperadas requeriría de un Fondo público de financiación que podría estar sustentado por las cooperativas de crédito valencianas a través de la cooperación con la Generalitat Valenciana.

El caso del consejo de administración de Bancaja o la CAM, con presencia de partidos de toda ideología y los sindicatos, probaría fallos en la gobernanza de las cajas de ahorros. ¿Cómo solucionaría eso?

La presencia de los partidos políticos en los consejos rectores de las cajas de ahorros ha demostrado ser realmente letal. Las cajas de ahorros, que históricamente habían desarrollado una gran labor financiera y de ahorro en los sectores más necesitados de la sociedad, han desembocado en una gestión totalmente desprofesionalizada y sumisa a los poderes políticos que las ha abocado a su desaparición. Y esto ha sido debido a que desde el momento en que los políticos pasan a controlarlas, se han ido tomando decisiones que las han ido descapitalizando con inversiones en promotoras y constructoras que no han podido hacer frente a sus deudas y en grandes proyectos empresariales que han resultado ser una ruina. Después de esta crisis, ya no quedan prácticamente cajas de ahorros. Por lo que la banca de proximidad está representada por las cooperativas de crédito y cajas rurales; estas, a diferencia de las cajas de ahorros, no tienen políticos en sus órganos de gestión y son totalmente independientes de los poderes públicos. Además, dependen de la sociedad civil, pues son sus propios clientes y trabajadores los que las gestionan, lo que es una mayor garantía de buen gobierno.

Su libro es, en términos generales, positivo con Caixa Popular. ¿Por qué?

Caixa Popular ha demostrado, durante sus casi 40 años de existencia, que hacer banca social al servicio de las personas es compatible con ser un banco viable y solvente desde el punto de vista económico y financiero. El modelo de Caixa Popular, basado en una gestión democrática y en la intercooperación cooperativa, ha sido posible gracias a un modelo de gestión con una alta profesionalización, una gran preocupación por la formación y un sistema de banca diferente centrada en el trato personalizado a los clientes. Aunque no es un banco ético en sentido estricto, sí tiene un código de conducta que le proporciona un funcionamiento con criterios éticos y solidarios, y en determinados aspectos incluso mayor al de la banca ética, como por ejemplo, en las diferencias salarias, que en el caso de Caixa Popular son de 1 a 3,25 mientras que en la banca ética son de 1 a 10. También ofrecen productos éticos y solidarios a través de los cuales financian proyectos sociales procedentes de asociaciones y fundaciones y destinan una parte de su financiación a la promoción de la lengua valenciana y su cultura. Caixa Popular es el ejemplo vivo que demuestra que para ser un banco rentable no hace falta ni ser de gran tamaño ni dedicarse a la especulación.

¿Debería la Generalitat promover, sin entrar en la propiedad, cooperativas como Caixa Popular?

Las cooperativas de crédito han de seguir manteniendo su independencia jurídica y económica, tanto de grandes grupos empresariales privados como de las Administraciones Públicas. Esta es la garantía para su supervivencia y su éxito. Caixa Popular y otras cajas rurales valencianas pertenecen al Grupo Caja Rural y a la Asociación Española de Cajas Rurales, que es el grupo cooperativo de crédito más antiguo y sólido de España. La pertenencia a este grupo garantiza el acceso a recursos y capacidades compartidos y, por tanto, su continuidad. Una de las medidas que debería acometer el nuevo Gobierno valenciano que surja de las elecciones del 24 de mayo, debería ser garantizar la supervivencia de estas entidades de crédito valencianas, garantizando su independencia y evitando su integración en otros grupos con mayor poder de mercado (como ha sucedido con las cajas de ahorros). Las fusiones llevan a la desaparición de las empresas de menor tamaño y suponen un coste social importante para la sociedad. Seguir con una política favorable a las fusiones de empresas en general y de cooperativas (agrarias y de crédito) en particular, significará la desaparición de estas entidades y, por tanto, una pérdida irrecuperable del capital financiero, social y relacional que generan este tipo de organizaciones en el territorio. Los partidos políticos que quieran acceder al nuevo gobierno valenciano deberían manifestarse sin ambages en este tema y declarar abiertamente su oposición a las fusiones en cooperativas.

Usted las defiende sin ambages, aunque también han sufrido con la crisis. ¿Por qué son necesarias las cajas rurales?

Al igual que en otros países europeos como Alemania, Holanda, Francia o Italia, por citar los más destacados, las cooperativas de crédito y cajas rurales desempeñan una labor clave en la financiación de los sectores económicos más débiles, caracterizados por su pequeño tamaño empresarial. Es por ello que son claves en la recuperación de la economía productiva local, tan necesaria para comenzar a generar empleo de calidad. En estos países, las cooperativas de crédito y cajas rurales están apoyadas por el Estado y no están en peligro de desaparición. Incluso en Alemania, tienen claro que son necesarias para el desarrollo de su economía. ¿Porqué en España no es así?. Por el predominio de una ideología neoconservadora basada en la falacia de que el tamaño es garantía de rentabilidad y eficiencia y por el enorme poder de las grandes banqueros sobre los principales partidos políticos.

La mayoría de las cooperativas de crédito y cajas rurales no han sufrido la crisis financiera porque en los tiempos del boom económico no se han dedicado a especular con el ladrillo ni con grandes obras y proyectos, si no que la mayor parte de ellas se han mantenido fieles a sus orígenes y principios y se han dedicado a financiar las actividades productivas por las que se crearon. Ninguna cooperativa de crédito ha tenido que ser saneada ni ha recibido ayudas del Estado, como sí que ha sucedido con las cajas de ahorros (ayudas directas y capitalización) y también con los bancos privados (en forma de créditos fiscales). Las cooperativas de crédito y cajas rurales son la garantía de una economía productiva basada en el territorio; por eso son tan importantes y necesarias en el País Valenciano.

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