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La excentricidad de Camps marca un debate soporífero

Francisco Camps salud a Alberto Fabra en un acto del PP.

Moisés Pérez

Las autonómicas acechan. Y los partidos lo han demostrado. Con la dirección puesta a la cita del próximo año, Alberto Fabra ha anunciado una rebaja de impuestos como gesto electoralista para intentar frenar la sangría de votos que se dio en las europeas y que las encuestas vaticinan. Mientras, la oposición presentaba sus programas de gobierno y desmontaba la visión triunfante del President.

Pero, pese a la inminencia de los comicios electorales, el debate ha trascurrido sin pena ni gloria, animándose solo con los pequeños detalles que han despertado la curiosidad de los periodistas. La intensidad que experimentaron los plenos cuando diversos escándalos acorralaban el Consell, sobre todo en el final de la etapa de Camps, brillaba por su ausencia. Ni Valmor, ni el agujero de Feria Valencia, ni las investigaciones de la UE han agitado el debate.

La interlocución de Fabra ha estado precedida de la votación para la vicepresidencia y de los juramentos de los nuevos diputados. Durante la votación, el fantasma de la reunión entre Mariano Rajoy y Rita Barberá planeaba sobre el hemiciclo: la alcaldesa aún no estaba en el sillón. Pero, las especulaciones se fueron cuando a punto de empezar a hablar Fabra, entró junto a su inseparable compañero en las Corts, Alfonso Rus.

El que sí que estaba era Francisco Camps. Sentado, leyendo unos textos de un máster universitario, aplaudiendo cuando indicaban Maluenda y Bellver, incitadores de los aplausos desapasionados de los suyos. Tanto seguía sus instrucciones, que aplaudió cuando Alberto Fabra dijo “mi gobierno no tiene facturas en los cajones”, una crítica del President a la práctica que hizo Camps de esconder facturas en los cajones para manipular las cifras del déficit.

Una intervención plana y triunfalista, que ha contado con dos momentos cumbres: el anuncio de la rebaja de impuestos y sus medidas de regeneración democrática. La reducción de impuestos ha sido muy aplaudida por su grupo parlamentario, aunque la cara y los gestos del Conseller de Hisenda, Juan Carlos Moragues, reflejaban la inoportunidad de la medida ante unas arcas públicas diezmadas por el maltrato financiero que sufre el País Valenciano y por el despilfarro de los gobiernos populares.

Las medidas de regeneración, muchas imposibles de sacar adelante sin la complicidad de la oposición como la reducción de diputados, han sido otros de los puntos álgidos. A la propuesta más novedosa de la eliminación del aforamiento de diputados, consellers y del propio President de la Generalitat, se ha sumado la ampliación a 11 meses del período de sesiones parlamentarias. Justamente, esta medida, ha supuesto el aplauso generalizado de todos los grupos políticos de las Corts. Los de la oposición porque así consiguen una de sus demandas para evitar la inactividad que vive el parlamento valenciano.

Después de más de una hora de discurso sin intensidad ni punch, se ha producido un descanso donde la oposición y representantes de los empresarios han valorado su discurso. Los patrones está vez no han cargado contra el ejecutivo valenciano. La síndica de EUPV, Marga Sanz, ha calificado el discurso de “decepcionante y lleno de ocurrencias”, mientras que Mónica Oltra, de Compromís, ha dicho que “con este discurso Alberto Fabra da por perdidas las elecciones”. Ximo Puig, líder del PSPV-PSOE, ha criticado el recorte fiscal proclamado y ha dicho que es un “despropósito”.

Crítica y programas de gobierno en la oposición

Los socialistas valencianos, precisamente, han sido los encargados de retomar el debate. Su portavoz, Antonio Torres, ha denunciado la visión optimista mostrada por Fabra. Con un tono moderado y falto de intensidad, ha dicho que “es indignante que se hable de recuperación económica” y que “los valencianos huyen de su gobierno”. Otro que huía, pero de su asiento, era Francisco Camps.

Torres ha denunciado la esquizofrenia de Fabra en la financiación, ofreciendo una solución: la creación del “problema valenciano”. Además, ha cargado contra el Consell por la investigación de la UE. “Fue usted quien de forma deliberada o negligente manipuló el déficit”, ha espetado el síndico socialista mientras aplaudía la bancada del PSPV-PSOE.

Unos aplausos que se han intensificado cuando Torres ha recordado a Fabra la reunión entre Rajoy y la alcaldesa de Valencia espetándole “usted sigue esperando en la antesala del despacho de la secretaria de Montoro”. Una crítica a la que la alcaldesa ha respondido gestualmente con una sonrisa, mientras que Fabra mostraba un rostro serio. También, ha denunciado los hachazos del Consell, los casos de corrupción y el cierre de RTVV, prometiendo su reapertura si gobiernan.

El siguiente turno ha sido para Enric Morera. El síndico de Compromís ha planteado un programa de gobierno en el que prometía dar dignidad a las víctimas del metro y reestructurar la deuda pública si llegaba a gobernar. Ha denunciado los casos de corrupción, sacando a colación el caso Valmor, que ha supuesto la mirada de Fabra hacía el portavoz de la formación valencianista. “No se puede comprar una empresa quebrada por un euro”, ha declarado.

También, ha tenido palabras para el agujero de Feria Valencia, lo que ha supuesto que los focos se centraran en Rita Barberá, aunque esta estaba mirando su móvil, mientras Morera la señalaba como responsable. El síndico de la coalición nacionalista ha defendido la reapertura de RTVV si gobiernan y ha criticado que “Fabra haya venido a sacar pecho de los recortes. Debería haber venido a pedir perdón”.

La última en intervenir de los grupos de la oposición ha sido la síndica de Esquerra Unida, Marga Sanz. La coordinadora del partido izquierdista ha empezado su intervención celebrando la retirada de la ley del aborto y ha denunciado el incremento de la pobreza en el País Valenciano, así como los recortes sociales.

Sin embargo, el momento más tenso de su discurso ha sido cuando ha pronunciado: “Cotino es el perejil de todas las salsas de corupción”. Una frase que ha despertado el interés del presidente de las Corts, quién miraba con seriedad mientras pronunciaba su discurso la diputada de EUPV. Sanz también ha denunciado la corrupción alicantina declarando que la ATE de Ikea “no es una pelota, sino un pelotazo en manos de la conselleria” y ha advertido a Fabra que “es el responsable político de Valmor y que puede ser responsable penal”. Un debate soporífero, cargado de anécdotas y con la vista puesta en las elecciones.

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