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Los fantasmas de la Ciudad de la Luz

Laura Vilanova

¿Se imagina que un día le llega una carta en la que le dicen que tiene que abandonar su casa? ¿Una carta en la que le comunican que su barrio va a desaparecer? ¿Una carta en la que le hablan de expropiación, interés público,…?

¡No! No voy a hablar de desahucios…

Hoy, para no desentonar con el ambiente de Halloween, quiero contar una historia de miedo, una historia de fantasmas a propósito de la Ciudad de la Luz de Alicante, el enésimo megaproyecto fracasado en la Comunidad Valenciana. Porque leyendo la información de Voro Maroto sobre los millones de deuda por ayudas al complejo cinematográfico que reclama la UE y los 18 meses sin un rodaje que llevarse a la boca, me he acordado de las familias afectadas. ¡Sí, de las familias! Porque fuera de Alicante pocos son los que recuerdan, o los que saben, que allí, donde ahora se levanta la Ciudad de la Luz, había un barrio: Aguamarga. Allí, donde se han rodado escenas de “Lo Imposible”, “Astérix” o los interiores de “La Alquería Blanca”, vivían familias. Vivían personas mayores, jóvenes, niños…había comercios.

Hace 15 años empezó la pesadilla para los vecinos del barrio de Aguamarga. El Consell les comunicó que tenían que dejar sus hogares. La expropiación en pro del ¿interés público? les dejaba sin raíces. ¡Sí! El Instituto Valenciano de la Vivienda (IVVSA) les haría casas en un terreno lindante ¿Cuándo? ¡Por supuesto que después de la gran obra…! Si no querían esperar, les ofrecía dinero para que se trasladaran a otra parte. ¿Y su historia? ¿Y los comercios? ¿Los clientes del bar de carretera se iban a trasladar también? ¿A dónde? ¿A San Blas, al Pla, a San Gabriel, a la Florida…? Otros barrios, otras raíces.

Y pelearon. ¡Vaya que si lo hicieron! Una joven presidenta de la Asociación de Vecinos, María, les sacó a la calle. Todos los domingos por la mañana durante… ¡no recuerdo cuanto tiempo! Las protestas consiguieron mejorar las condiciones iniciales, pero la marcha era obligada. Ante la Ciudad de la Luz, el macroproyecto que iba a situar a Alicante en el mapa del panorama cinematográfico mundial, poco podía hacer un puñado de vecinos armados con pancartas y pitos…

Y pasaron los años. Y el IVVSA hizo las nuevas viviendas. Los vecinos ganaron pleitos en los tribunales. No se justificó el interés público. Pero ya no tenían sus antiguas casas. Ya nadie les iba a devolver su barrio ahora desplazado y reducido a un par de calles con nuevos pisos donde viven unos pocos vecinos del antiguo Aguamarga. Ningún servicio más allá del de Correos y una parada de autobús. No hay recuerdos. No hay raíces.

Ahora, en el terreno que ocupaba el barrio de Aguamarga ya no viven personas mayores, ni jóvenes, ni niños…No hay comercios. Porque no existe barrio desde que se construyó la Ciudad de la Luz. Lo malo es que ahora -15 años después del inicio de esta pesadilla- tampoco se rueda “Lo Imposible”, ni “Astérix”…ni “La Alquería Blanca”. ¿Y ahora qué?

Ya lo advertí al principio. Se trata de una historia de miedo, de fantasmas… Y por el momento no he encontrado un final feliz.

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