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¿Quiere el PP dejar al 'tripartito' una Generalitat intervenida?

Juan Carlos Moragues, conseller de Hacienda, y Alberto Fabra, President de la Generalitat

Toni Cuquerella

València —

El PP valenciano y el Consell de Alberto Fabra van a quemar las naves para poder mantenerse en la Generalitat la próxima legislatura... o si no puede ser, que el posible 'tripartito' heredero esté controlado desde el PP y el Gobierno Central. Con los valencianos al borde de la asfixia económica y una Generalitat en bancarrota técnica, el ejecutivo de Mariano Rajoy ha vuelto a negar a Fabra una mejora de la financiación, un duro golpe, pero el PP valenciano tiene que ofrecer algo a sus votantes, y los pilares pueden ser dos: no habrá más recortes, y se rebajarán los impuestos.

Esto propone una situación que se resume en una ecuación económica: los ingresos tienen que ser iguales a los gastos; y si en los ingresos se reducen los provenientes de los impuestos (el Consell también quiere recortar el tramo autonómico del IRPF, como el Gobierno Central) y no se va a haber una mejora de la financiación autonómica, para poder mantener el actual nivel de servicios sin recortarlos tiene que haber alguna fuente de ingresos extraordinarios. ¿Cuál? Pues ninguna, y todo apuntaría a que el desequilibrio abocaría a incumplir todavía más el déficit.

El mismo coneller de Hacienda, Juan Carlos Moragues, ya lo ha insinuado, no se ha cumplido en ediciones anteriores, y como no se admite el déficit asimétrico por las diferencias de financiación, va a ser muy difícil que para próximos ejercicios sí se pueda cumplir.

Ante esta situación el Gobierno tendría el campo despejado para llevar a cabo la intervención económica de la Generalitat con las armas que le proporcionan la Ley de Estabilidad Financiera y el FLA (Fondo de Liquidez Autonómica) del cual la Comunitat Valenciana recibe casi la cuarta parte del total de todo el Estado.

Se llega al límite y a Moragues no le parece buena solución la intervención, pero al menos ya se tiene todo preparado para poder maniatar la política económica de un posible gobierno 'tripartito' (o 'cuatripartito', según sea la actitud de Podemos)... o al menos mientras el PP se mantenga en el Gobierno del Estado.

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