El incendio de Gátova ha supuesto el 95% de las hectáreas quemadas en 2017 en los montes valencianos
El de Gátova ha sido el primer gran incendio del año y se ha llevado por delante cerca de 1.200 hectáreas, el 95% de la superficie quemada en lo que llevamos de 2017. El incendio, que todavía no está extinguido, ha arrasado 550 hectáreas del parque natural de la Serra Calderona.
El director de la Agencia de Emergencias, José Maria Ángel, ha comparecido en la comisión de Justicia y Gobernación en las Corts para explicar el trabajo de coordinación de las distintas unidades para atacar este incendio. Por el momento, la investigación apunta a que la causa fue un rayo, aunque no ha concluido el proceso.
Desde el pasado enero se han gestionado 131 incendios de vegetación, según los datos de la Agencia y en total han realizado 286 actuaciones. De esta cifra, el 80% están relacionados con la mano del hombre, entre negligencias (quemas agrícolas, usos de radiales o soldaduras en el campo) y los fuegos intencionados. Ángel, al respecto, ha señalado que todavía queda mucha educación cívica por trabajar.
Las causas climatológicas dejan los montes como caldo de cultivo para los incendios. El responsable de Emergencias ha explicado que el invierno ha sido húmedo y la primavera, aunque con precipitaciones normales, ha pasado por un aumento rápido y brusco de las temperaturas. Frente a los ascensos moderados, se han dado unos meses de picos y bajadas considerablemente agresivas que, junto a la escasez de las reservas hidráulicas, propician que los incendios sean cada vez más complejos. Además, el abandono de prácticas tradicionales en los montes (recogida de madera, cultivo de miel...) influye en su limpieza y, por tanto, en el riesgo de incendios.
Ángel ha destacado la velocidad con la que se movilizaron los efectivos de emergencia -pasaron 15 minutos desde la primera llamada al 112 hasta que salieron los primeros hidroaviones- y ha agradecido la colaboración de los consorcios de bomberos, la UME (Unidad Militar de Emergencia), de las brigasdas forestales y de todas las administraciones, además del apoyo de comunidades vecinas como Castilla-La Mancha.
