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Una de Berlanga

Laura Vilanova

El martes por la mañana escuchando un informativo local por la radio me vino a la cabeza el reconocido cineasta valenciano Luis García Berlanga. Me acordé del Berlanga de finales de los años ’70 y principios de los ’80, el que –liberado de la estricta censura- derivó en la astracanada. El que plasmó la absurda realidad de esa época sin matices, sin sutilezas…, el Berlanga de “La escopeta nacional”. Y no sólo me acordé de él porque fue el auténtico impulsor, el único –en mi opinión- que creyó en la posibilidad de crear una auténtica industria cinematográfica en España que tuviera como eje central la Ciudad de la Luz. ¡Qué va!... El devenir del complejo cinematográfico de Aguamarga hasta colgar el cartel de “Se vende” es sólo un disparate más de los que estamos viviendo en esta Comunidad. Me acordé de Berlanga por otros motivos. Pasen y lean:

-Un aeropuerto sin aviones en Castellón, pero que ya tiene adjudicada la gestión de su torre de control a una empresa muy cercana al PP madrileño por 3,6 millones de euros. El artífice de este sainete, Carlos Fabra, está a la espera de una sentencia judicial acusado de seis delitos, entre ellos cohecho y tráfico de influencias.

-Un ex director general de la CAM que ha dormido varias noches en la cárcel madrileña de Soto del Real. Y lo ha hecho mientras reunía la fianza impuesta por el juez que investiga las inversiones en el Caribe de una mercantil participada por la extinta caja de ahorros. La misma que dejó sin ahorros -¡valga la redundancia!- a miles de alicantinos que confiaron en ella.

-Mientras, un Consell que no se amilana y elabora un decreto de urgencia para cerrar la televisión autonómica valenciana como reacción a la anulación del ERE en el que tiraron a la calle a más de un millar de trabajadores. El PP deja así en silencio el “altavoz de los valencianos”, según su propia definición en el programa electoral de hace dos años.

-A la espera de sentarse en el banquillo de los acusados se encuentra el ex conseller de Solidaridad, Rafael Blasco, que será juzgado en enero por un supuesto fraude en las ayudas del Consell al Tercer Mundo.

-Como jefe de todos, un presidente de la Generalitat suplente, Alberto Fabra, que se quiere hacer fuerte en el equipo y que se autoproclama titular para las próximas elecciones sin consultar con los ‘mandamases’ de Madrid (a tenor de lo declarado por Cospedal).

-Además, el ex jefe de todo esto, Francisco Camps, volverá a declarar requerido por un juzgado (esta vez en calidad de testigo) con su compañera de filas, Rita Barbera, por la causa abierta del Caso Nóos. Ese en el que está implicado el yerno del Rey…

-Y como colofón, al secretario regional del PP y conseller de Cooperación y Justicia, Serafín Castellano, no se le ocurre otra idea que proponer una versión reducida del himno regional para relanzar los símbolos de la Comunitat. No sabemos si para sustituir el otro símbolo silenciado.

Ya digo que me vino a la cabeza este artículo escuchando un informativo, pero no me olvido del caso Gürtel con su desfile de imputados, o de la trama Brugal, o de la Casa del Mediterráneo convertida en salón de bodas, bautizos y comuniones, o de Terra Mítica vendida ‘in extremis’ a un empresario de parques de ocio…

Si la cosa no fuera tan seria… ¿no me digan que no es de película de Berlanga?

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