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Vocalías Ciudadanas en las Juntas de Distrito, una oportunidad para el movimiento vecinal

Neus Fábregas

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Era y es evidente que los consejos de distrito de València tenían que cambiar. El vecindario y las asociaciones han pedido por todos los medios tener más presencia y decisión en los órganos descentralizados. No hay otra manera de regenerar la democracia que implicando a la ciudadanía en las decisiones públicas, es decir dando voz y voto a la gente en los espacios de decisión política. Esto son las vocalías ciudadanas, la oportunidad para que las Asociaciones Vecinales puedan estar al mismo nivel que las vocalías políticas en las Juntas de Distrito.

El discurso de la regeneración política está hoy en boca de todos los cargos políticos, Andalucía ha vuelto a ser la evidencia, igual que lo estaba en la campaña electoral de 2015. Si volvemos la vista atrás y observamos los programas electorales de los partidos que hoy gobiernan la ciudad de València, y alguno de los que está en la oposición, veremos claramente que todos tienen la propuesta de crear Vocalías Ciudadanas. Lo paradójico es que hoy haya quienes se nieguen a ponerlas en funcionamiento alegando elementos técnicos o con salidas de tono para confundir a la ciudadanía.

Cuando llegamos, las juntas de distrito eran pequeños espacios a los que iba muy poca gente y donde el vecindario no tenía prácticamente momento para hablar. La gente no iba porque no les servía para nada. Eran espacios dominados por los partidos políticos, ya que solo ellos pueden tener vocalías.

Y entonces llegó el denominado “gobierno del cambio”, que para miles y miles de personas era tan esperado. La ciudad, por fin, empezó a respirar y las políticas también. Los consejos empezaron a llenarse, la gente tenía ganas de participar, de hablar de sus barrios, de expresar las necesidades y de conocer los tiempos del gobierno para solucionar todas esas necesidades.

Después de impulsar diferentes acciones y mecanismos de participación encaminadas a impregnar el Ayuntamiento, desde dentro de la institución a los barrios, de los barrios a la institución, entre los diferentes servicios de la institución… nos pusimos a trabajar con la modificación del Reglamento.

Trabajar para que la ciudadanía pase de ser mera espectadora en los consejos ante el debate que se realiza entre el gobierno y la oposición, como ocurre actualmente, a ser parte activa en el impulso y codiseño de las políticas para los distritos. No es más que eso. Tan simple como que las entidades vecinales, las AMPA’s y las asociaciones del barrio puedan presentarse a un proceso de selección de 3 vocalías ciudadanas en cada distrito, que las entidades voten quién quiere que las represente y puedan debatir y proponer acciones encaminadas a la mejora del bien común desde sus distritos.

Que puedan elevar mociones consensuadas en sus grupos de trabajo al consejo para que el gobierno escuche. La polémica que se ha generado ante esto es lo que me produce cierta incertidumbre. No entiendo el miedo que puede causar que la ciudadanía organizada en grupos de trabajo eleve propuestas para sus distritos por el bien común. No entiendo que el control político se base en que “me votan cada 4 años y deben confiar en todo lo que yo debo diseñar como políticas públicas”. No entiendo porque si nos llamamos progreso, cambio, transformación, sea este elemento el generador de polémica. No entiendo cómo podemos decir que el tejido social de la ciudad no está preparado para una participación real… ¿y los cargos políticos si lo estamos? ¡O lo estamos todas o no estamos ninguna!

Las normas y leyes siempre van por detrás de la sociedad. Cuando esta última pide, reivindica cambios, es porque ya en la calle existe una sensibilidad, una fuerza y una clara realidad de lo que sucede. Y luego viene la norma. Las mujeres abortaban cuando en este país todavía no estaba regulado, por ejemplo. Las asociaciones ya lo expresaron en las jornadas que hicimos hace dos años de cómo querían el modelo de las Juntas de distrito. Así que esta ciudad ya está preparada para tener una norma que ponga un canal directo al vecindario para que pueda proponer de la manera más formal posible su sentir y vivencia en sus barrios.

Más de una vez me he encontrado en el distrito del que soy presidenta que me dicen: “tú les das voz en otros puntos, pero si siguieras el reglamento actual, el vecindario sólo puede hablar en el último punto del consejo”.

¿Es que la participación de la ciudadanía ha de ir de la mano con la voluntad política de cada persona (no partido)? ¿O la participación de la ciudadanía en las políticas de su ciudad debe tener un canal claro y directo en los espacios descentralizados y participados? Opto por la segunda y cada vez lo tengo más claro.

El aprendizaje que he tenido en estos 4 años me ha permitido, entre otras muchas cosas, tener claro que o la ciudadanía entra en las instituciones, interlocuta y propone o las instituciones seguirán siendo bunkers con permisos puntuales de interacción con la ciudadanía sin más información que la que se quiera dar desde lo político. Soy vecina, activa, comprometida, responsable y ahora, además, soy un cargo público. Cuando se acabe esta etapa institucional, querré una ciudad que nos permita expresar, debatir y proponer políticas por y para las personas, por y para los barrios que habitamos, que creamos y que queremos.

*Pto 22 del Pacte de la Nau: Redefinición de las Juntas de Distrito: para promover la participación directa de los vecinos y vecinas y convertirlas en asambleas ciudadanas con capacidad de control y ejecución de políticas, con especial énfasis en las pedanías y zonas actualmente más alejadas.

*Modelo de Participación aprobado por el Pleno del Ayuntamiento en diciembre 2017:

El consejo de distrito será el máximo órgano de gobierno de la junta municipal. Será el espacio donde se tomen las decisiones de la junta municipal en el marco de sus competencias. Tendrá la siguiente composición:

  • Presidencia: será nombrada por alcaldía.
  • Vicepresidencia: será nombrada por alcaldía.
  • Representantes políticos: la representación de los grupos municipales será proporcional al número de concejales con los que cuenten en el Pleno, garantizando la presencia de todos los grupos municipales con representación municipal.
  • Representación del tejido asociativo.

*Neus Fábregas Santana, concejala de Gobierno Abierto: Transparencia, Participación y Acción Vecinal

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