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La brecha de la incompetencia

Xavier Ribera Peris

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“I jo, ple d’ambicions divines

el símbol greu de la ficció de sempre,

voldria esser la Majestat Augusta

d’un fresc romànic, i tenir per trona

l’arc augural de l’iris on s’amaguen

els set pecats que tornen a la terra.”

Bernat Artola, 1935

El mayor hándicap que afrontamos en los cargos y las organizaciones de los valencianos, es la ausencia de criterio para los perfiles. Cada puesto implica responsabilidad y la exigencia de cumplir requisitos mínimos para la misión encomendada. Vivimos estos días aceleración designativa para decidir quien ha de ser el nuevo presidente de Feria València que sustituya a José Vicente González. Peso pesado del colectivo empresarial.. La institución flaquea por la incertidumbre y la penuria económica que nadie ha sido capaz de recomponer y superar.

Bicefalia

Frente a la filtración y precipitada propuesta de Vicente Lafuente, presidente de Femeval, se movió el interesado desembarco del presidente de la Cámara de Comercio de València, José Vicente Morata o el remedio a la desesperada de colocar a Salvador Navarro, titular de la patronal CEV. Para tratar de desatascar lo que lleva desde 2008 en angustiosa agonía. ¿No tienen bastante con sus cometidos actuales? No es solución ni el vacío permanente ni la presidencia bicéfala. Feria València es víctima del desvarío y de la frivolidad en su administración y enfoque. Si José Vicente González ha tenido que tirar la toalla en su empeño de redefinir el proyecto ferial, quien le suceda lo va a tener muy difícil. Los compañeros de viaje no van a ayudar.

Lealtad empresarial

Para que un experto o profesional pueda desempeñar su tarea de liderar una organización, institución o conselleria, ha de ser competente. Los empresarios, mejor que los políticos, saben que cualquiera no puede presidir o dirigir una entidad compleja. Máxime cuando lleva, sobre su trayectoria, déficits, desgobierno e inestabilidad. ¿Por qué, entonces, se empeñan en tomar decisiones difíciles en momentos críticos? Primero, diseñar un perfil. Después, buscar personas que reúnan las condiciones imprescindibles. El siguiente paso es testar si las personas idóneas están en disposición—voluntad y formación-- de ocupar el puesto. Pensemos quienes fueron los presidentes anteriores de Feria València: los dos primeros desde 1940 fueron, el omnipresente Ramón Gordillo Carranza (1941- 1968) y el empresario José Antonio Noguera de Roig (1968- 1984). El primero por designación política—gobernador civil plenipotenciario de Franco-- compartió la presidencia de Feria con la de la Cámara de Comecio, la de la Junta de Obras del Puerto, procurador en las Cortes franquistas y teniente de alcalde en el Ayuntamiento de València. Le siguió el aperturista Noguera de Roig. Provenía del emergente Instituto Social Empresarial. Compaginó las dos presidencias de Cámara y Feria hasta que separaron ambos cargos por incompatibilidad. El siguiente fue Ramón Cerdá Garrido (1984-1996) quien, a pesar de sus detractores amplió mesuradamente el recinto ferial y modernizó la institución. Le sustituyó el “barón” empresarial del sector del mueble, Antonio Baixauli (1996- 1999). Cayó defenestrado por presiones políticas con el nombramiento de Alberto Catalá. Sin predicamento sectorial, ni empresarial, ni ferial. Sus credenciales venían avaladas desde la presidencia del Patronato, que recaía en la alcaldesa de València, Rita Barberá Nolla. Se primó la “proximidad” y la lealtad. Insuficientes méritos para alcanzar los cielos del éxito.

Políticos

Compromís y el PSPV tienen problemas de liderazgo y de proyecto político. Vicent Marsà se ha propuesto. ¿Tiene el historial profesional adecuado? ¿Cuenta con el perfil que necesita el País Valenciano para el reto de situarlo en la media española y europea? Los socialistas valencianos tienen dificultades para superar el nepotismo y la proliferación de inseguridades a la hora de elegir a los mejores por delante de los más afines. ¿Por qué no se admiten afiliaciones sin pasar por el filtro de Ferraz? El carácter ambivalente de la institución Feria de Muestras de València, necesitó con el cambio de 2015 un perfil en los políticos que tenían que asumir: primero, el descalabro—más de mil millones de deuda y una entidad político-empresarial desfondada. Segundo, el diseño del proyecto de relanzamiento en la oferta ferial desde la ignorancia política y la desmotivación de un equipo enrarecidas porlas injerencias de agentes privados y públicos. Todos quisieron y quieren mover los hilos en el polichinela sin asumir la responsabilidad de salvar la tradición ferial valenciana. Relanzar Feria València como talismán comercial internacional para la economía valenciana y optimizar el aprovechamiento del recinto ferial que cuenta con 230.000 m.

Misión de país

La mayor e indeclinable responsabilidad en asuntos feriales y camerales --también en las organizaciones patronales que cobran de los presupuestos autonómicos—que no pueden desligarse unos de otros, es de la Generalitat Valenciana. Tiene encomendadas por Ley las competencias de ferias y Cámaras de Comercio en la Comunitat Valenciana. En el desastre de Feria València, el Consell y su president, Ximo Puig, después de cinco años de gobierno no pueden inhibirse.De ninguna manera sus consellers, Rafael Climent, de Muro de Alcoi y Vicent Soler, ni por supuesto el subsecretario autonómico de “ Economia sostenible”, Natxo Costa—El País Valenciano se juega mucho en la recuperación de Feria València y día que pasa en barbecho, se pierden oportunidades. Para remontar se requiere perfil excepcional: formación universitaria, políglota y experto en proyectos innovadores. Con sentido del riesgo y capacidad de autocrítica.

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