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Los caquis de Cotino

Eduard Amorós Kern

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Antes de que alguien pueda sospecharlo, aclararé que en este artículo no vamos referirnos a los genitales del president de les Corts Valencianes, sino a la polémica suscitada en torno a la posible incompatibilidad de actividades de Juan Cotino. Pues Juan Cotino quiere cuidar de sus caquis y atender a los “intereses” de los valencianos sin que nadie se lo pueda reprochar.

Ya dijo Plutarco aquello de “la mujer del César, no sólo debe de serlo, sino que también parecerlo”. Sin duda una máxima extendida hasta nuestros días como aspecto deseable y esperable de cualquier persona que tenga una responsabilidad en política, pero que fatídicamente, existen algunos (que no todos) que por su estatus como dirigentes deberían de ser ejemplo para la ciudadanía, pero que por el contrario lo aplican con un “énfasis raquítico”, por no decir que burlesco.

El presidente de les Corts Valencianes, Juan Cotino, ha renunciado al complemento de exclusividad por su actividad como diputado en el parlamento autonómico para poder “asumir” la dirección de la sociedad agraria familiar durante un proceso de transformación de la producción de unos campos de cultivos de la naranja al caqui.

En este sentido, el presidente de les Corts Valencianes, uno de los cargos mejor remunerados de la institución (113.698,20€ brutos anuales), para no incurrir en un caso de incompatibilidad, ha renunciado a friolera de 365,60€ al mes (5.118,40€) al año. Todo un ejemplo de coherencia para poderse dedicar al cultivo del caqui.

Hasta aquí nada que objetar, todo y que la cantidad resulte un tanto ridícula en comparación con lo que implica, pero la normativa de les Corts Valencianes así lo contempla, y por lo que respecta al “serlo” poco podemos objetar. Al menos en este apartado.

Ya que si hablamos del parecerlo, este es otro ejemplo de comportamiento con el nos viene obsequiando el actual presidente de les Corts Valencianes, Juan Cotino. ¿Recuerdan ustedes la actitud de la máxima autoridad de la institución valenciana negándose a contestar a las preguntas de Jordi Évole en su reportaje sobre el accidente de metro? ¿Recuerdan ustedes el presunto intento de haber sido él personalmente quien trató de comprar el silencio de los familiares del accidente de metro? Aunque resulte anecdótico. O no.

En esta línea de gestos fue también Juan Cotino, quién antes de abandonar la Consejería de Bienestar Social, trató de blindar el negocio del grupo Savia, empresa de residencias de la tercera edad participada por su familia.

Hay que recordar que en 2001, siendo conseller de Bienestar el ínclito Rafael Blasco (ahora apartado del Grupo Popular por estar imputado en un escándalo de corrupción), la Generalitat sacó a concurso la construcción de 72 residencias y residencias de día para la tercera edad. Hasta entonces había sido el Gobierno de la Generalitat el encargado de asegurar la existencia de plazas para sus mayores. Pero el Gobierno valenciano decidió que aquello era un negocio y que lo mejor era la privatización de su gestión.

A finales del pasado mes de julio se destapó que Vicente Cotino, cabeza visible de las empresas de la familia de Juan Cotino, auténtico “jefe” del PP valenciano -lo que le ha permitido ser consejero de la Generalitat y actual presidente de les Corts- estaba entre los grandes donantes particulares que acudían regularmente a Génova a hacer entregas de “donaciones”. Lo que llevó también a recordar que, casualmente, este hecho coincidía con que el gobierno valenciano, hubiera dado concesiones por más de 800 millones de euros a las empresas de los Cotino, el grupo Sedesa.

En este sentido, Cotino tendrá que declarar ante la Audiencia Nacional como testigo por presunta financiación irregular del PP, mientras que un sobrino suyo lo hará en calidad de imputado.

Sin duda queda meridianamente claro que al president de les Corts Valencianes, lo que le preocupa es que alguien le pueda ver atendiendo a sus caquis, en lugar de los intereses de los valencianos.

¿Serlo? ¿Parecerlo? ¿O por el contrario somos una sociedad demasiado indolente con la corrupción?

“La primera vez que me engañes, será culpa tuya; la segunda vez, la culpa será mía.” Proverbio árabe.

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