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Los socialistas encuentran la «fórmula» para ganar en Cullera

Jordi Mayor, en un acto de los socialistas en Cullera.

Carmen Pérez

militante del PSPV-PSOE en Cullera —

La fiesta se acabó para el PP de Cullera. Hoy arranca la campaña electoral de las municipales y autonómicas y el próximo 24 de mayo puede marcar un punto de inflexión en la historia de esta localidad turística donde los sondeos electorales apuntan hacia un cambio de gobierno y dan como claros ganadores a los socialistas.

En el PSPV, donde no van precisamente sobrados de grandes expectativas electorales, se frotan las manos con la posibilidad de recuperar esta alcaldía de la mano del joven candidato Jordi Mayor. No es para menos. La denominada «capital turística de la Ribera» es una plaza que se les resiste a los socialistas nada más y nada menos que desde 1991, la última vez que lograron ganar las municipales y además por mayoría absoluta. Los datos esta vez apuntan en esa dirección.

El Partido Popular ha ocupado la alcaldía durante los últimos 12 años en la persona de Ernesto Sanjuán, un alcalde autoritario y personalista que además forma parte del gobierno provincial del ahora «apestado político» Alfonso Rus. Bajo su yugo, la localidad se ha convertido en un ejemplo claro del fracasado modelo social y económico de la derecha.

Con una tasa de paro superior a la media nacional y autonómica que por momentos ha alcanzado el 35 % estos años, con unas arcas municipales arruinadas —se deben más de 35 millones de euros— tras años de políticas de despilfarro, con unos de los impuestos más altos de la provincia, sin políticas sociales para hacer frente a la creciente pobreza y con el estancamiento del potencial turístico de la que un día fuera la perla turística de Valencia, Cullera se erige en la actualidad como símbolo del «crack económico» de la Comunitat.

El máximo exponente de este hundimiento es su faraónico proyecto urbanístico, el Manhattan, con el que se habían proyectado miles de viviendas y varias decenas de rascacielos. Su inviabilidad ha llevado al gobierno local a descartarlo.

Los incumplimientos, así como las políticas del ayuntamiento que han dejado que sean los colectivos más vulnerables los que soporten el peso de la crisis, a parte de una gestión en ocasiones bochornosa —en la memoria colectiva perdura el incendio de la montaña tras el disparo del castillo de fuegos artificiales en 2014— han hecho que los ciudadanos hayan dado progresivamente la espalda al consistorio.

El éxito de Mayor

Frente a este cúmulo de despropósitos, los Socialistas de Cullera han sabido reaccionar y han dado una rápida respuesta adaptada a lo que pide la calle. Aunque en el municipio han aparecido a última hora colectivos como Podemos y Ciudadanos, en el PSPV local siempre han ido dos pasos por delante en medidas de participación ciudadana y regeneración democrática y han anulado en el municipio el efecto de la marca que estos partidos han logrado en el ámbito nacional.

Pero sobre todo, los socialistas han centrado su discurso en plantear soluciones a los problemas. Las claves del éxito de Jordi Mayor, un joven candidato de 34 años que es el más valorado por los vecinos según los estudios demoscópicos, se basan en «trabajar aportando siempre alternativas viables, en escuchar a la calle dándole participación y en dar ejemplo con lo que se predica», indican desde el partido.

Mayor ha organizado multitudianarias asambleas ciudadanas para elaborar el programa de gobierno —con más de 800 vecinos que han participado directa o indirectamente—; se ha comprometido por escrito contra la corrupción; ha puesto sobre la mesa como principales prioridades la lucha contra el paro, la pobreza y el impulso de una industria turística; ha prometido acabar con el clientelismo y el enchufismo del ayuntamiento y se ha mostrado implacable a la hora de gestionar con eficiencia los recursos económicos del consistorio. Respecto a esto último, advierte de que hará una auditoria de la deuda para dirimir responsabilidades de modo que quienes han llevado a Cullera al agujero económico respondan por ello. Tampoco le ha temblado la mano a la hora de plantar cara a los bancos y amenaza con dejar de trabajar con aquellos que desahucien a vecinos y les impondrá una tasa por tener viviendas vacías.

«En Cullera los socialistas somos lo que es la calle y por eso la gente confía en nosotros porque estamos al lado del pueblo y no de los poderes económicos», apuntan fuentes internas.

Por otro lado, «saben que no somos unos oportunistas. Hemos estado trabajando años para encontrar soluciones a los problemas graves de la población y la gente lo valora positivamente y nos percibe como una alternativa de gobierno de garantías. Saben que desde la oposición hemos hecho lo que hemos dicho y esa es la clave», añaden.

Una sencilla fórmula que no siempre en el PSPV han tenido clara. Quizás, al partido no le hace falta más que mirar allí donde les han salido bien las cosas y tomar nota. Tan fácil como eso.

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