Vales de compra en el supermercado frente a menús de Telepizza: una forma diferente de enfocar las becas de comedor en el confinamiento

El enfoque al mismo problema, de cómo mantener la ayuda de comedor a los alumnos más vulnerables, es radicalmente diferente. Los gobiernos autonómicos han optado por distintas fórmulas para cubrir las necesidades de los estudiantes que durante el presente curso escolar se benefician de becas de comedor. En la Comunitat Valenciana se ha optado por entregar a las familias vales de compra en supermercados frente a la decisión de la Comunidad de Madrid, donde el Gobierno autonómico de Isabel Díaz Ayuso facilita desde hace cuatro semanas a los niños menús de pizza, hamburguesa, bocadillos o sándwich.

La Conselleria de Educación valenciana, que dirige Vicent Marzà, vía SMS, remite a las familias de los 58.925 alumnos que se benefician de estas ayudas un enlace que, por medio del DNI o NIE del solicitante de la beca, les facilita el 'vale-beca comedor' intercambiable por alimentos en cualquier supermercado de la cadena Consum/Charter por valor de 60 euros en una sola compra. Estos vales son quincenales, aunque hasta la fecha sólo se ha emitido uno por las vacaciones de Semana Santa y Pascua, que no son periodo lectivo (el segundo se ejecuta esta semana). Educación tiene previsto invertir unos 14,6 millones de euros en esta iniciativa de carácter social.

Esta fórmula difiere, por ejemplo, de la escogida en la Comunidad de Madrid, donde unos 11.500 menores cuyas familias tienen menos recursos reciben diariamente un menú infantil de restaurantes de comida rápida (Telepizza o Rodilla) a base de pizza, hamburguesa, sándwich, bocadillos, ensaladas... por los que el Gobierno de Díaz Ayuso abona 5 euros por cada uno. Algunos nutricionistas han alertado del impacto que este tipo de alimentación puede tener en la salud de los menores: sobrepeso, obesidad o diabetes. Incluso afectar al estado emocional, entre otras patologías.

Diferentes formas de afrontar la brecha digital

Para paliar los efectos de la crisis de la COVID-19 entre los estudiantes valencianos, la Generalitat, por medio de las consellerias de Educación y Hacienda, está repartiendo desde principios de abril 14.000 tabletas con acceso a internet destinadas al alumnado más vulnerable de primaria y secundaria de centros públicos y concertados. Se pretende reducir la brecha digital y potenciar la igualdad de oportunidades con los estudiantes que sí tienen acceso a este material y tecnología en sus casas.

En los centros públicos, los dispositivos serán propiedad de cada colegio o instituto y cuando se regrese a las clases presenciales se deberán devolver, mientras que en el caso de los concertados, las tabletas serán propiedad de la conselleria. En total son mas de 5.500 tabletas para las comarcas de Alicante, unas 2.000 para las de Castellón y más de 6.000 para las de Valencia.

Este reparto contrasta de nuevo con el caso de la Comunidad de Madrid, donde apenas son un millar (y 2.000 tarjetas con conexión a internet) las tabletas que ha distribuido el Gobierno autonómico entre los estudiantes no universitarios para poder seguir las clases online, una cifra que desde sindicatos como CCOO consideran “totalmente insuficiente”, ya que calculan que el total de alumnos madrileños que estudian en primaria y secundaria es de unos 287.000.