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Discurso de fin de año

Ximo Puig advierte del peligro de dar pasos atrás en la democracia y en la lucha contra la violencia machista

Ximo Puig ha hecho su mensaje de fin de año con un plato de cítricos sobre la mesa

Toni Cuquerella

El mensaje de fin de año del presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, ha tocado diferentes frentes: desde el balance interno animando a continuar el proyecto del Gobierno del ‘Pacte del Botànic' a temas de alcance estatal como la irrupción de la extrema derecha y el conflicto político en Catalunya, a los que no se ha referido explícitamente.

Ximo Puig ha señalado así que el de mantener la senda de la prosperidad “no se trata de un camino fácil” y ha alertado de que, ante los problemas, resulta sencillo “caer en la tentación de acudir a respuestas tan simples como equivocadas”, que “menosprecian la autonomía política o desdeñan el feminismo”. Así señalaba indirectamente a la extrema derecha y sus propuestas de recentralizar el Estado, derogar la ley contra la violencia de género, y endurecer la gestión de la inmigración y del conflicto en Catalunya.

Puig ha advertido de que “la democracia no es irreversible” y ha llamado a “no retroceder ni un paso” ante la violencia de género ni ante “respuestas contra la igualdad real de la mujer que ignoran el terrorismo machista”, al que se ha referido como “el gran combate social de nuestro tiempo”. Sin nombrar a a Catalunya, el presidente se ha referido a que “la solución a nuestros problemas no vendrá del enfrentamiento ni de buscar culpables”, sino gracias al “esfuerzo, el trabajo común y estar unidos”. Puig ha instado al diálogo y a construir la convivencia. “Hablemos con personas que no piensan como nosotros, utilicemos la redes sociales como lugar de encuentro plural y no como trincheras de la intolerancia, contrastemos la información, reivindiquemos la duda”, ha manifestado.

Como ejemplo de solidaridad ha destacado la “gente anónima, que no busca ningún beneficio personal”. A esta gente anónima, a quienes salvaron la vida de los migrantes, es a la única a la que ha querido poner nombre: la flotilla del Aquarius y la tripulación del pesquero ‘Nuestra Madre Loreto’ de Santa Pola: “ellos nos representan y son los mejores embajadores del pueblo valenciano”.

Estabilidad, financiación e inversiones

En cuanto a los asuntos internos más propiamente valencianos Ximo Puig ha hecho un balance de legislatura y ha instado a renovar el proyecto del 'Botànic' , sobre el que se basado su Gobierno, en las próximas elecciones de mayo, porque este todavía no ha concluido.

Puig ha señalado que la Comunitat Valenciana es hoy referente en España de “honradez, diálogo y estabilidad” como generadores de crecimiento económico. Además ha añadido que la gestión de su Ejecutivo “ha propiciado acabar con los copagos, que hayamos recuperado la sanidad universal y financiado tratamientos para los enfermos de hepatitis C o que por primera vez los libros de texto sean gratuitos”. Por otro lado, ha presumido de generación de empleo: “la economía ha despegado y creado más de 200.000 empleos en un contexto de seguridad jurídica y concertación entre empresarios y sindicatos”.

Por ello ha señalado la necesidad de “renovar el contrato social valenciano” y consolidar un acuerdo que tenga como meta “la creación de empleo, la igualdad de oportunidades y la democracia”, subrayando que “estamos todavía lejos de donde queremos llegar, y ahora se nos presenta una gran oportunidad”.

En cuestión de reivindicaciones, sus alusiones han sido las clásicas y todavía no resueltas: la reforma de la financiación autonómica y la mejora de inversiones territoriales. Por ello Ximo Puig afirmaba que el Consell “estará donde tiene que estar”, al lado de los ciudadanos y las ciudadanas. El presidente ha considerado “irrenunciables” estas reivindicaciones, y ha recordado que “por fin” se han blindado las inversiones en el Estatut d’Autonomia.

Puig también ha agradecido a todos los partidos políticos que la Comunitat Valenciana “haya conseguido ser un ejemplo de concordia desde el respeto a las diferencias” y que hayan contribuido a “entender la política como discrepancia y acuerdo sin crispación”.

Ya en el capitulo de la anécdota, Ximo Puig ha realizado su discurso desde el Palau de la Generalitat, de pie y con una mesa al fondo donde se había colocado un plato de cítricos. Un guiño de apoyo hacia los agricultores valencianos, a los que también ha respaldado con palabras, y que en este momento se encuentran en pie de guerra por la política europea que consideran que ha abierto excesivamente las puertas a cultivos de cítricos foráneos como los de Suráfrica.

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