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El 20% de los instrumentos utilizados por los músicos de calle en Valencia no están permitidos por la actual ordenanza municipal

Un músico actúa en plena calle en Valencia

Miguel Giménez

Valencia —

El Rogle Cooperativa ha realizado una encuesta entre los miembros de la asociación Musicarte Urbano -concretamente se realizaron 45 entrevistas entre mayo y julio de 2019-, que integra a los cantantes y artistas de calle de Valencia, para conocer la situación de este colectivo: “Definir cuáles eran las principales problemáticas y reivindicaciones”. De estas consultas se extrajeron resultados y conclusiones que sirvieron de base para el posterior análisis jurídico “que abre una serie de posibilidades de cambio factibles y coherentes de cara a la Ordenanza Reguladora del Dominio Público Municipal”.

El perfil de los participantes en el estudio es de un guitarrista que habitualmente se acompaña con la voz, no inscrita en ningún colectivo, que toca una media de diez horas semanales, sobre todo en fin de semana, principalemente entre primavera y otoño y en zonas peatonales, plazas y terrazas del centro de Valencia.

De los datos del estudio se desprende que la guitarra es el instrumento más usado en Valencia (60% de los encuestados), mientras que el 42% cantarían -la mayoría lo hace mientras además tocan otro instrumento-. El informe considera “llamativo” que algunos de los instrumentos que los músicos utilizan en la calle de forma cotidiana, algo más del 20%, “no están permitidos según la norma actual”, como guitarras y pianos eléctricos y determinados tipos de percusión.

Así, más de la mitad de los encuestados (53,3%) reconoce que necesitaría utilizar amplificador, un porcentaje al que habría que añadir un 26,7% que dependiendo de las circunstancias requiere amplificación. “Al prohibir la ordenanza todo tipo de amplificación, está incomodando o directamente haciendo imposible una práctica satisfactoria al 80% de los músicos”, reconocen.

Horarios

La actual normativa municipal establece un horario durante el cual está permitida la música en la calle que va de las 10 a las 14 horas y de las 17 a las 22 horas todos los días. Sin embargo, más de un 40% de los encuestados -que tiene como preferencia tocar en Ciutat Vella- no cumple estos horarios en periodo estival y alrededor de 25% en temporada de invierno.

Opiniones sobre la ordenanza

La mayoría de los músicos (64,4%) considera que tocar en Valencia tiene “ciertas complicaciones”, mientras que el 26,7% afirma que les resulta “bastante complicado”. Tan sólo el 13,3% de los entrevistados da algún elemento positivo, como el hecho de que los permisos sean “accesibles”. Los principales motivos aducidos son el hecho de que no se les permite el uso de aparatos amplificadores o por las restricciones que padecen. Así, consideran que la ordenanza municipal discrimina a unos instrumentos sobre otros, por lo que reclaman que se permita el uso de amplificadores y de los instrumentos de percusión.

Además, el 94,7% de los intérpretes califican la normativa de “inadecuada” (68,4%) o “muy inadecuada” (26,3%) y opinan que es más complicado tocar en Valencia que en otras ciudades donde se encuentran con menos restricciones: “Se está cuidando menos de lo que se debería la música callejera como forma de arte urbano y libre”. Creen que se debería permitir la amplificación, una mayor permisividad de lugares y horarios, aumentar el periodo de autorizaciones y la flexibilidad.

Incidencias

Un 37,2% de los participantes en el estudio ha recibido advertencias de la policía “a veces”, un 25,6% “muy de vez en cuando” y un 18,6% “nunca”, mientras que son una minoría quienes han sido apercibidos “bastantes veces” o “mucho”, 9,3% en cada una de las categorías. De este modo, un 11,1% de los entrevistados ha sido multado alguna vez (el 4,4% ha sido sancionado sólo una vez y el 6,7% más de una vez), mientras que la gran mayoría de músicos (88,9%) nunca han sido multados.

En cuanto a las sanciones -cinco en total-, la mayoría de ellas (80%) fueron por el uso de amplificadores -la otra sanción por tocar fuera de horario-, aunque se da la circunstancia que en sólo uno de los casos se realizó algún tipo de medición sonora.

Autorizaciones

Sólo un 40% de los encuestados -el 54,5% de los que se encuentran en activo- tiene actualmente la autorización en vigor para actuar en la calle, mientras que este porcentaje asciende al 90% en cuanto a los artistas que han tramitado alguna vez esta autorización en el pasado: “Por las razones que sean, se ha producido cierto grado de desapego con las autorizaciones a su tramitación”.

Un 93% de los artistas entrevistados valora de forma negativa el actual modelo de autorización, entre otras cuestiones, por unos periodos de autorización “inadecuados” o porque se requiere “mucha antelación” para solicitar el permiso. Por ello, plantean un modelo alternativo basado en dos posibles periodos de adaptación, uno corto y otro largo, “para que los músicos pudieran elegir cuál se adapta mejor a sus circunstancias”.

Los intérpretes reclaman modificaciones en la ordenanza, como la utilización de un medidor de decibelios por parte de la policía, cambios en materia de horarios para que se permitiera tocar a mediodía y alargar el horario nocturno, permitir la venta de discografía propia, además de permitir el uso de amplificación o percusión ya que la actual redacción “es muy confusa a la hora de determinar si el uso de amplificación está totalmente prohibido”.

Conclusiones

El informe, en sus conclusiones, califica a Valencia como “una ciudad problemática para actuar” a causa de una ordenanza que los intérpretes consideran “inadecuada y, en algunos puntos, discriminadora y criminalizadora”, además de “obsoleta” si se compara con las de ciudades como Madrid o Barcelona. Los músicos reivindican una modificación de las políticas del Ayuntamiento que hagan de la música en la calle “un valor colectivo”, lo que puede ser “perfectamente compatible con el respeto de los intereses y necesidades” de los vecinos.

Por todo ello, consideran necesaria la apertura de un debate público, que implique a los vecinos y otros agentes implicados, para crear una ordenanza “más inclusiva y adaptada a los intereses de los diferentes colectivos implicados y a la sociedad en general”. Precisamente, este sábado, a las 11 horas en las Naves, tendrá lugar una mesa redonda en la que se presenta este estudio y se someterá a debate.

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