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Alemania creará centros para expulsar más rápido a los solicitantes de asilo rechazados

Un grupo de inmigrantes caminan tras cruzar la frontera entre Alemania y Austria en Passau (Alemania).

Carmela Negrete

Berlín —

Los refugiados tendrán que registrarse obligatoriamente cuando lleguen a Alemania. Para ello se creará una base de datos y un documento de identidad para solicitantes de asilo. Los refugiados que se opongan a dicho registro, como es el caso de muchas personas que en realidad quieren ir a otros países europeos donde están sus familiares, serán sancionados. Esta es la primera novedad del acuerdo al que llegaron anoche la canciller alemana Angela Merkel y sus socios de coalición, así como los ministros-presidente de cada estado. El objetivo es atajar la crisis humanitaria de refugiados que trae al país de cabeza desde hace semanas y que ha puesto a Merkel en una difícil situación, con una fuerte bajada de su popularidad y con numerosas críticas de sus colegas de coalición.

La canciller ha cedido en algunas exigencias de los bávaros, los más críticos con su política de asilo, y ha evitado otros más duros, como la creación de las denominadas “zonas de tránsito”, en la frontera del país.

El nuevo de la coalición plan prevé deportaciones más rápidas para refugiados de países recogidos en la lista que Alemania ha catalogado como “origen seguro”. Entre ellos, Afganistán, Kosovo y Albania. La idea de la gran coalición es que los nacionales de dichos países sean enviados a sus países en tan solo tres semanas desde su solicitud de asilo en caso de ser rechazada.

Las ONG de defensa de los derechos de los refugiados han dado la voz de alarma asegurando que estas expulsiones exprés podrían contradecir el derecho al asilo internacional. Tanto el partido de La Izquierda (Die Linke) como Los Verdes (Die Grünen) además han criticado que dicho plan es poco realista, pues en este momento las personas esperan de media un mínimo de seis meses para la primera respuesta a su solicitud de asilo, la cual puede ser impugnada. El proceso, dependiendo del país de origen y del caso concreto, puede demorarse años.

Otra de las conclusiones de dicho acuerdo ha sido el fomento ante la UE del control fronterizo y la creación de más 'hotspots' (puntos de registro de migrantes y refugiados), como el de Lesbos. En la isla griega se encuentran miles de refugiados en condiciones deplorables desde hace meses ante la pasividad europea.

Desde hace semanas, el ministro-presidente de Baviera y jefe del partido CSU, en coalición con Merkel, había solicitado la creación de “zonas de tránsito” en la frontera. El programa satírico Extra 3 de la televisión pública resumía así el concepto de “zonas de tránsito”: “Los alemanes encierran a personas en un campo. Una gran idea. Hace mucho que no la teníamos.

Aunque estas “zonas de tránsito” no han sido aprobadas, sí se ha acordado crear centros de registro en los que los refugiados habrán de permanecer y dar sus datos obligatoriamente. Entre tres y cinco de estos centros serán erigidos en todo el país. Una estrategia mediante la que la canciller cede en parte ante sus socios bávaros, que le vienen exigiendo una política más dura de acogida.

Aplazamiento de las reagrupaciones familiares

Asimismo el plan de Merkel contempla un aplazamiento de hasta dos años de las reagrupaciones familiares, lo cual podría contradecir asimismo las convenciones internacionales. La idea tras dicha media sería “controlar el flujo de refugiados actual”. Un claro mensaje a los refugiados de que, a diferencia de las palabras amables de la canciller de este verano, ya no son bienvenidos en el país.

El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) descata la reunificación familiar como una de las vías legales más importantes que Europa debería fomentar para evitar que los refugiados arriesgan su vida en peligrosas vidas, como la del Mediterráneo que ya se ha cobrado alrededor de 3.400 vidas este 2015.

Mientras en Alemania se discute sobre “el mayor desafío interno del desde la reunificación alemana”, como lo denominó el vicecanciller Sigmar Gabriel (del partido socialdemócrata SPD), el ministro del interior, Thomas de Maizière, se ha marchado de vacaciones a Mallorca, según informaba el periódico sensacionalista Bild. Según dicho medio, mientras el ministro se relaja en la playa, hay trabajadores del Ministerio de inmigración que no pueden tomarse vacaciones y tienen que trabajar los fines de semana y por la noche hasta que la situación se normalice.

Graves acusaciones contra el gobierno de Baviera

En la frontera con Austria la situación de llegada de los refugiados es más que caótica. Miles de personas atraviesan la frontera por las ciudades de Passau, Freilassing y Lindau y permanecen esperando largas colas e incluso durmiendo al raso. El gobierno bávaro acusaba de dicha situación a Austria, pues según ellos, enviaban autobuses o trenes sin avisar, en ocasiones en medio de la noche. El discurso que Horst Seehofer, el socio de la canciller en dicho estado, consiste en afirmar una y otra vez que se ha alcanzado el límite posible de acogida en la región.

La televisión pública austríaca incluso reportaba la existencia de niños y bebés durmiendo entre cartones con temperaturas bajo cero. La imagen ha dado la vuelta a Alemania y ahora la ONG Flüchtlingsrat ha acusado al gobierno de Baviera de “escenificar el caos” a conciencia para dar la impresión de que Alemania se encuentra al límite de su capacidad de acogida, según informa el Huffington Post.

Según la organización, a tan solo 150 kilómetros de distancia esperan refugios acondicionados vacíos, voluntarios, ropa y comida caliente a los refugiados... y sin embargo, éstos no son transportados en autobuses sino que los dejan esperando al raso a conciencia.

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