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Localizan en Argelia el cuerpo de la madre de Samuel, el niño que puede ser el “Aylan español”

Veronique, la madre de Samuel, muertos mientras trataban de llegar a las costas andaluzas.

Gabriela Sánchez

El cuerpo de Veronique, la madre de Samuel, el niño de cuatro años fallecido en el naufragio que tuvo lugar el 14 de enero en los alrededores de las costas andaluzas, ha sido localizado por las autoridades argelinas, según ha informado la ONG Caminando Fronteras. Se trata de la madre del menor que, según la primera hipótesis, podría corresponder al cadáver del llamado “Aylan español”, que todavía no ha sido identificado por las autoridades españolas.

Este jueves, varios números de teléfonos de los allegados de Veronique comenzaron a sonar en Kinshasa (República Democrática del Congo, su país de origen) y Rabat (Marruecos, donde vivía Veronique y desde donde partió hacia España). Llamaban desde Argelia: las autoridades habían localizado un cadáver “muy deteriorado” de una mujer, relata Helena Maleno, portavoz de Caminando Fronteras.

En uno de sus bolsillos hallaron un teléfono móvil, de cuya tarjeta obtuvieron varios números de teléfono, por lo que pudieron concluir que, a la espera de las pruebas de ADN, “se trataría del cuerpo de Veronique”.

La diferentes respuestas de España y Argelia

Según han relatado las autoridades argelinas a Maleno, quien está en contacto directo con las víctimas de la tragedia, “han tomado la muestra de ADN al cuerpo y ha pasado a disposición judicial”, así como que “la Embajada de Argelia en Kinshasa se pondría en contacto con los familiares”.

Antes de esperar a recibir la llamada del consulado, Aimbe Kabamba, padre de Samuel y pareja de Veronique, ha acudido a la Embajada argelina para tratar de obtener información sobre el paradero del cuerpo de su pareja. Ha sido recibido por el cónsul, explica Maleno, quien le ha explicado personalmente que, cuando reciban una notificación de la policía, le expedirían un visado para viajar a Argelia a identificar el cuerpo localizado“, explica Maleno tras hablar con el familiar.

La respuesta de la Embajada de Argelia en Kingshasa ante la petición de información del padre de Samuel choca con la realizada por el consulado de España en la capital congoleña, denuncia la ONG.

Tras conocer el posible hallazgo de los restos mortales de su hijo de cuatro años en Barbate, Kabamba se personó en las instalaciones españolas, como ha hizo este jueves tras la aparición del cadáver de su pareja. “Le dijeron que el responsable no le podía recibir. Tan solo le dijeron como solución que llamase de vez en cuando a la embajada, por si hubiese novedades. Ese fue el trato”, lamenta la activista.

Desde el Ministerio de Exteriores aseguran que, junto con Interior, han iniciado el proceso de identificación del menor hallado en Barbate y están en contacto con la Embajada española en Kishasa. Sin embargo, desconocen si el padre del menor ha sido recibido por las autoridades españolas en el Congo.

“En Argelia el caso no es mediático. En España ha sido mediático y recordamos que durante el naufragio de esa patera hubo algunos problemas en la búsqueda y rescate por parte de Salvamento Marítimo. Es otra parte del maltrato institucional”, denuncia Helena Maleno.

Los obstáculos impuestos por el Gobierno español a la identificación de los cuerpos de víctimas de tragedias migratorias son constantes. Uno de los casos más paradigmáticos es el caso de los cadáveres hallados en Ceuta en 2014, tras la muerte de 14 personas en un intento de entrada repelido por la Guardia Civil con pelotas de goma. A pesar del intento de las familias de viajar a España para poner nombres y apellidos a estos cuerpos, el Ejecutivo les ha denegado los visados. Tres años después, solo uno de los cinco cuerpos localizados en aguas españolas ha sido identificado.

“La reparación empieza en que las Embajadas en origen. Deben facilitar los trámites, la información, los test de ADN... ¿Por qué las embajadas españolas no lo están haciendo y otras como la de Argelia, sí?”, se pregunta Maleno.

Mientras, Aimbe Kabamba espera las llamadas de ambos consulados, a la espera de confirmar que los restos mortales de su pequeño Samuel y de la madre de su hijo están donde parecen estar. A miles de kilómetros de distancia de Kinshasa y separados por el obstáculo de la burocracia.

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