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Médicos Sin Fronteras denuncia recortes “radicales” en la atención sanitaria a refugiados en Lesbos

Un chico que padece un trauma (a la izquierda) con su familia en el campo de Kara Tepe, Lesbos.

Desalambre

Agencias —

Ahmed (nombre ficticio) llegó el pasado 16 de junio a Lesbos con su esposa y sus dos hijos pequeños, de dos años y seis meses. Había huido hace dos meses, explica, de la guerra de Siria. “Salí de mi país porque fui retenido como rehén y me torturaron”, explica en un testimonio recabado por Médicos Sin Fronteras (MSF).

“Al llegar a este campamento, me he quedado en este refugio de plástico sobre el suelo de cemento, sin nada más. Mis hijos están llorando, están enfermos. Mi cuerpo está lleno de heridas de cuchillo. Necesito un médico. Mi esposa y yo aún no estamos registrados. Aún no he visto a un médico. No sé realmente cuánto tiempo más puedo aguantar esta situación”, relataba pocos días después de su llegada.

“Nuestro equipo ha conocido a personas con discapacidades físicas, víctimas de tortura y otras que tuvieron serias enfermedades médicas, y ninguno de ellos había tenido un examen médico o de vulnerabilidad. Estaban durmiendo en el refugios ad hoc con decenas de otras personas, sin el cuidado y la protección que necesitaban”, concluye MSF en un informe hecho público este lunes. En él, la ONG alerta del “deterioro dramático” de las condiciones en las que se encuentran los solicitantes de asilo en la isla griega de Lesbos.

Así, la organización denuncia los recortes en la atención sanitaria en los campos de la isla, la saturación de estos y el “deficiente” sistema de identificación de la población refugiada vulnerable. El documento, basado en datos médicos de MSF y en los testimonios de las personas atendidas, revela que de los 154 pacientes de salud mental de la clínica de la ONG en Moria, el 79% podría ser considerado, según los criterios de la organización, vulnerable, pero solo ha sido identificado como tal el 14%, de acuerdo con el informe.

La organización asegura que con la nueva gestión de la Cruz Roja helena en el campo de Moria (Lesbos) –desde abril de 2017, cuando tomó el relevo de Médicos del Mundo– los departamentos de enfermería, psicología y trabajo social han quedado reducidos a un solo trabajador y se han quedado sin coordinador médico ni coordinador de campo, según detalla el informe.

Dos de cada tres pacientes ha sufrido violencia

Sin embargo, estos “radicales” recortes denunciados por la ONG contrastan con el aumento de la cantidad de personas que llegan a la localidad griega. Según MSF, el número de llegadas a Lesbos se ha cuadruplicado desde abril de 2017 –cuando llegaron 230 personas a la isla– hasta la primera mitad de junio –con 785 llegadas–, y en los campos –con capacidad para 3.500 personas– se concentran cerca de 4.500, según el ministerio griego de Migración.

La organización también alerta sobre el estado de vulnerabilidad de la población refugiada en Lesbos, que en su mayoría ha huido de la guerra y la violencia en Siria, Irak y Afganistán. Según su estudio, el 80% de los refugiados evaluados en Lesbos cumplían los criterios de gravedad respecto a su salud mental, con trastornos de estrés postraumático, depresión, ansiedad o desórdenes psicóticos. Dos de cada tres pacientes de salud atendidos por la organización han sido víctimas de la violencia antes de llegar a Grecia y uno de cada cinco, dicen, ha sufrido tortura.

Además, la mitad de las mujeres atendidas en la clínica de la organización en Lesbos ha sufrido violencia sexual, un tercio de ellas en su país de origen y dos tercios en el camino hasta Grecia. MSF, que también denuncia que los recortes han venido acompañados de “reducciones en la asistencia jurídica y el cierre de refugios”, pide que se amplie la prestación de servicios sanitarios en las islas griegas.

El pasado 13 de julio, la ONG ya alertó de las “condiciones límite” que se viven en el campo de recepción de Moria, un lugar preparado para un máximo de 2.500 personas donde se encuentran, según sus cifras, 3.000 migrantes y refugiados. La organización humanitaria denunció entonces “la falta de adaptación del campo” a las altas temperaturas del verano en Grecia, lo que puede llegar a incrementar el riesgo de enfermedades. También hacía referencia a la “drástica reducción” de la asistencia sanitaria desde que Médicos del Mundo salió del campo.

“Sus condiciones de vida son difíciles y viven hacinadas. Al complicado sistema legal y al intenso sufrimiento personal se suman la honda sensación de pérdida del hogar, la familia y los amigos, y la violencia que muchos refugiados han padecido durante el viaje”, indica Louise Roland-Gosselin, responsable de Incidencia Política de MSF en Grecia.

Protestas contra las malas condiciones

“Las personas retenidas están y se sienten abandonadas, el clima de tensión es elevado y tienen lugar sucesos esporádicos de violencia”, comenta la organización en un comunicado. La semana pasada un grupo de refugiados en Lesbos inició una protesta en el campo de Moria contra las malas condiciones de vida y la larga espera en sus demandas de asilo que fue reprimida por la policía con lanzamientos de piedras, gases lacrimógenos y varios detenidos, según informó la Agencia EFE de acuerdo con la organización United Rescue Aid, presente en el campo.

La semana previa también se registraron incidentes similares en el mismo campo, donde además 12 refugiados están en huelga de hambre desde el 20 de abril por las demoras de meses en sus demandas de asilo y el peligro a ser deportados a Turquía, según Efe.

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