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Las muertes de menores en Siria alcanzaron su cifra récord en 2016, según Unicef

El 27 de diciembre de 2016, en la ciudad de Alepo, en Siria, Hasan (derecha), de 10 años, recoge agua para su familia en el barrio de Shakoor.

Desalambre / EFE

2016 fue el peor año para los niños en Siria. Las violaciones graves contra los menores en el país batieron su récord el año pasado, según ha denunciado la Agencia de la ONU, cuando está a punto de cumplirse el sexto aniversario del inicio de la guerra. Las muertes y los casos de mutilaciones y el reclutamiento de menores han aumentado de forma aguda por la escalada de la violencia en el país, señala Unicef.

Alaa tiene nueve años y está desplazada junto a su familia en Bseireh, en la ciudad costera siria de Tartous. Lo que más le gusta de su nueva vida es el mar. Le sorprendió su inmensidad: se lo imaginaba mucho más pequeño, “como una piscina”, cuando vivía en Alepo, de donde huyó en 2012.

“Estaba sentada jugando con mis hermanos. De repente, la electricidad se cortó y los bombardeos comenzaron a fortalecerse. Estábamos tan asustados que nos escondimos en el baño. Toda la habitación temblaba”, relata, según el testimonio que recoge el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). 

Al menos 652 niños y adolescentes murieron en 2016 en el país, el mayor número de bajas de menores desde que se comenzó formalmente a documentar este tipo de víctimas, en 2014, lo que supone un incremento del 20% respecto a 2015. De los menores fallecidos el año pasado, al menos 255 perdieron la vida en ataques dentro o cerca de escuelas, de acuerdo a los datos de la Agencia.

Mahmoud tiene 11 años y está en cuarto grado. Estudió hasta segundo y su escuela cerró debido a los bombardeos en Alepo. Desde entonces, estuvo sin ir al colegio cinco años, según su testimonio recopilado por Unicef. “Había una escuela cerca de casa, pero fue destruida en la guerra. Abrieron otra en el barrio de Al-Sakhour, así que mis hermanos y yo comenzamos a ir allí”, recuerda. 

“Les digo a todos los niños que vuelvan a la escuela y aprendan. Así podremos conseguir nuestros sueños”, afirma Mahmoud. Alaa, por su parte, está en segundo grado. “La nueva escuela está bien, pero me gusta más mi escuela en Alepo porque están todos mis amigos”, comenta. 

Aumentan los reclutamientos

Asimismo, la Agencia señala que más de 850 fueron reclutados para luchar en el conflicto, el doble que en 2015. Unicef explica que los menores son empleados para luchar directamente en los frentes de guerra y participan cada vez más en actividades de combate, e incluso, en ocasiones, actúan como verdugos, suicidas y guardias de centros de detención.

“La magnitud del sufrimiento no tiene precedentes. Millones de niños de Siria son víctimas de ataques a diario, sus vidas han dado un vuelco”, subraya el director regional de Unicef en Oriente Medio y Norte de África, Geert Cappelaere, desde la provincia central siria de Homs. “Cada niño está marcado para el resto de su vida con consecuencias terribles para su salud, su bienestar y su futuro”, advierte.

La Agencia de la ONU critica que las dificultades para acceder a distintas partes de Siria obstaculizan la evaluación del sufrimiento de los menores y la llegada de ayuda humanitaria para los más vulnerables.

Además de las bombas y disparos, muchos niños y adolescentes mueren a menudo de enfermedades que podrían haber sido prevenidas, ya que el acceso a la atención médica y otros servicios sigue siendo complicada, según describe Naciones Unidas.

Unicef indica que de todos los menores de Siria los más vulnerables son los 2,8 millones que residen en zonas de difícil acceso, de los que 280.000 “viven bajo asedio”, casi completamente aislados de la ayuda humanitaria.

Niños como Mahmoud, que hasta hace dos meses, cuenta, no podía salir de casa debido a los bombardeos en la batalla por la ciudad. “Lo que más miedo me daba es estar lejos de mis hermanos si alguno resultaba herido”, explica.

El organismo internacional hace un llamamiento a todas las partes en el conflicto, a quienes tienen influencia sobre ellas, a la comunidad internacional y a cualquiera que se preocupe por los niños para lograr una solución política inmediata que acabe con la contienda.

También pide el fin de las violaciones graves contra los menores, el levantamiento de los asedios y el apoyo sostenible a los Gobiernos y comunidades de acogida para los niños vulnerables, independientemente de su estatus.

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