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Las incógnitas de la apertura de una fábrica de Coca-Cola en Gaza

Imagen de la fábrica de Coca - Cola en Gaza/ Imagen cedida por la Compañía Nacional Palestina de Bebidas 'Coca-Cola'

Isabel Pérez

Poco importa que en cinco años la Franja de Gaza vaya a ser “un lugar inhabitable”, según sentenció la ONU en un reciente informe. Sin agua potable, con escasas horas de electricidad al día, bajo el bloqueo impuesto por Israel que permite la entrada de material de construcción con cuentagotas, parece increíble que la fábrica de la compañía nacional palestina de Bebidas 'Coca-Cola' esté a punto de abrir en Gaza.

¿Cómo es posible que Coca-Cola vaya a asentarse en la abandonada Franja? ¿De dónde extraerá su principal materia prima, el agua? ¿Cómo afectará a la economía gazatí y qué opina el movimiento BDS, Boicot, Desinversiones y Sanciones contra Israel, que incluye en su lista de empresas amigas del colonialismo israelí a la empresa internacional Coca-Cola Co.? eldiario.es ha entrevistado a cada una de las voces destacadas en este entresijo de dudas.

Dificultades en la construcción de Coca-Cola

La siempre polvorienta zona industrial de la Franja de Gaza va recuperando su actividad tras la destructiva operación militar israelí 'Margen Protector' de julio y agosto de 2014. Cercana al paso fronterizo de Karni, donde antaño transitaban camiones de mercancías dentro y fuera de la Franja de Gaza, el área no acoge la totalidad de industrias gazatíes. Una de las razones es porque se encuentra demasiado cerca de la línea verde y, por ende, del peligro de las incursiones o de los morteros lanzados desde los tanques israelíes. Sin embargo, es ahí donde Coca-Cola está levantando su fábrica.

“Vivimos en Palestina, aquí estamos y aquí seguiremos. No dejaremos de desarrollar esta zona por cualquier riesgo que pueda haber”, dice patriótico a eldiario.es Imad al-Hindi, director general de la compañía en el territorio palestino.

Desde Ramallah se coordina todo con sumo cuidado, sobre todo las imprescindibles coordinaciones con Israel, Estado que mantiene al territorio bajo ocupación y a la Franja de Gaza, además, bajo bloqueo.

“Nos costó mucho tiempo obtener el permiso de Israel para introducir el material y la maquinaria”, explica al-Hindi. “Antes distribuíamos a Gaza desde Cisjordania. Este proyecto de la fábrica en Gaza se está realizando en tres fases. Comenzaremos a operar en la segunda mitad de octubre de este año”, añade.

Según Maher Tabba'a, economista de la Cámara de Comercio palestina, la empresa palestina de Coca-Cola comenzó el proyecto hace ya tres años.

“Alquilaron un lugar en la zona industrial para levantar la fábrica y para la administración de la nueva rama de la compañía aquí en Gaza”, explica Tabba'a. “Ha habido dificultades con la construcción y con la entrada de las líneas de producción”.

Israel se mostró reticente a otorgar el permiso para construir una estación de dióxido de carbono para producir el gas necesario para la bebida. Finalmente terminó aceptando, pero con condiciones y restricciones.

Coca-Cola en un lugar con falta de agua

La situación de las industrias en Gaza es complicada. La exportación es prácticamente nula y la poca que hay se limita a fresas, flores y hierbas aromáticas.

“Si se continúa impidiendo el envío de productos de Gaza a Cisjordania, si sigue el bloqueo israelí y los cortes de electricidad, la situación se agravará y la competitividad en Gaza será feroz porque el mercado es muy limitado”, aclara el economista Tabba'a. En Gaza existen, desde hace años, varias fábricas de bebidas gaseosas, entre ellas la de la marca rival de Coca-Cola, Pepsi.

Además de la escasa importación o del déficit de electricidad, el agua se convierte en un recurso precioso que cada vez se encuentra menos y cada vez está más contaminado. El agua dulce está disponible en el subsuelo de la zona industrial y se extrae cavando profundos pozos que penetran en la capa freática del acuífero de la Franja.

“Las instalaciones industriales, como dicha fábrica de Coca-Cola, aumentan la sobreexplotación del agua del acuífero ya que en Gaza no hay otra alternativa para extraer agua”, afirma preocupado Rebhi Esheikh, vicejefe de la Autoridad del Agua en Gaza. “Este tipo de instalaciones consumen una cantidad enorme de agua”.

Un año después de la operación militar israelí 'Margen Protector', EWASH (Emergency Water and Sanitation-Hygiene Group), una coalición de varios grupos y ONG que trabajan juntos por el saneamiento del agua y la distribución de agua potable en territorio palestino, advierte que en la Franja de Gaza unas 120.000 personas todavía no están conectadas a la red de distribución de agua.

El 60% de la población se suple de agua potable a través de compañías privadas, lo que supone gastarse un tercio de sus ingresos en comprar agua para el consumo humano. EWASH señala que el agua del acuífero costero es, en un 96%, no apta para el consumo.

“Debemos bajar la dependencia del acuífero”, apunta Esheikh. “El año pasado, en este mismo mes, se habían consumido del acuífero 105 millones de metros cúbicos para uso doméstico.”

Desde Coca-Cola, al-Hindi reconoce que saben a lo que se enfrentan. En Gaza se necesita mucha inversión. “El tratamiento del agua que necesitaremos será a través de nuestras propias plantas de tratamiento”, explica el director general. “Por otro lado, en nuestra inversión social tenemos pensado distribuir parte de esa agua potabilizada a los hospitales”, apunta.

Activar el empleo en Gaza

La Franja de Gaza es el lugar del planeta con mayor tasa de desempleo. Así lo constató el Banco Mundial en un informe el pasado mes de mayo: en Gaza hay un 43% de desempleo y eso sin contar, apunta el informe antes mencionado de UNCTAD, el “desempleo enmascarado” y el “subempleo” que hacen que la profundidad real y la inutilización de la mano de obra sea mayor.

El director general de Coca-Cola en Palestina se muestra satisfecho por la oportunidad que su fábrica ofrecerá a los habitantes de Gaza. “La fábrica creará unos 3.000 puestos de trabajo”, afirma al-Hindi. “Nuestra filosofía es crear oportunidades para la sociedad palestina”.

Parece indiscutible que no vaya a ser un alivio, sobre todo para los jóvenes gazatíes cuya tasa de desempleo se sitúa en un 60%. Sin embargo, la aparición de una fuente de ingresos como esta no está siendo el tema principal de sus conversaciones. Al menos todavía.

“Nosotros también queremos desarrollar un proyecto sostenible con el medio ambiente”- continúa al-Hindi.- Nos convertiremos en un modelo a seguir en Gaza“.

Ética contra la ocupación

A pesar de las buenas intenciones y el optimismo que emanan desde Coca-Cola Palestina, el coordinador en Gaza del Comité Nacional palestino del movimiento global BDS, Boicot, Desinversiones y Sanciones contra Israel, Abdulrahman Abunahel, niega que la construcción de una nueva fábrica en Gaza vaya a resolver la miseria de sus habitantes que siguen viviendo bajo ocupación y bloqueo israelí.

Abunahel señala la responsabilidad ética que la empresa Coca-Cola Internacional debería asumir frente a la ocupación ilegal israelí de territorios palestinos.

“Coca-Cola Internacional debe poner fin a sus vínculos con la empresa CBC Israel (Coca Cola israelí) y finalizar su complicidad con las violaciones israelíes del derecho internacional y los derechos de los palestinos”, comunica Abunahel en representación del movimiento.

“Coca-Cola en Israel es cómplice de las violaciones israelíes de la ley internacional ya que trabajan en asentamientos israelíes ilegales en tierra ocupada en 1967 - continúa Abunahel.- Explotan ilegalmente los recursos naturales palestinos y hacen de Jerusalén-Este un mercado cautivo para Coca-Cola Israel, en lugar de ser un mercado para Coca-Cola Palestina”.

El Comité Nacional palestino del BDS es la coalición más amplia dentro de la sociedad civil palestina y recuerda, a través de su coordinador, que Israel “todavía obstaculiza la reconstrucción de Gaza después de su última matanza devastadora en 2014”.

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